Capítulo 8

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Las dos y media de la mañana y desvelado, que raro en mi. Llevo más de una hora con "The Wolves" de Bon Iver en repetición y tumbado en de la cama mirando al techo con la mente en blanco. Es una canción que me calma y me hace olvidarme de todas mis inquietudes, me lleva al mundo de la tranquilidad que solo se encuentra cuando desconectas totalmente de todo, cuando sientes que tu cuerpo no pesa y que estas encima de una nube que te lleva por el cielo a ninguna parte. Cuando sientes que eres un caballo salvaje que corre por una padrera en mitad de la noche persiguiendo a una luna que siempre permanece en el mismo punto de vista. La paz existe en los sueños imposibles de soñar, en la lluvia que choca con el cristal de la ventana, en el silencio de la oscuridad, en nosotros mismos. Somos nuestro propio punto de vista, y cada uno de nosotros ve las cosas como cada uno queremos, no como son en realidad, porque la realidad no existe. Cada persona ve el mundo de una manera, no existen dos personas que lo vean igual, siempre habrá una mínima diferencia, porque así funcionamos y llévamos siendo desde hace millones de años. Nada es real, pero todo es posible.

Imaginad que sois un color. ¿Qué color seríais? Se que parece una pregunta hecha por una profesora de preescolar a sus alumnos, pero no. Es muy importante saber que color querríamos ser, porque esta decisión nos define como personas. Por ejemplo, la personas a las que les gusta el color azul tienden a ser sabias, valientes, seguras de si mismas, nobles. Son personas que tienen miedo de no tener miedo a equivocarse, de tirarse al vacío sin pensarlo dos veces, son racionales, piensan antes de actuar y saben admitir que se han equivocado, pero desgraciadamente la humanidad relaciona el color azul con la tristeza, con la oscuridad, y en algunos casos con enfermedades mentales. El color verde se relaciona con las personas que se sienten bien consigo mismas, que se miran a un espejo y no tienen miedo a no quererse, personas que no tienen complejos y que no dejan de ir a la playa por tener algún kilo de más, personas que se quieren tal y como son, no con la esperanza como nos llevan contando toda nuestra vida. Como os he dicho, la realidad es muy subjetiva, y tiene tantos puntos de vista diferentes que nunca sabremos de cual fiarnos más que de nuestra propia percepción. Por eso, como os he dicho, la realidad no existe.

Ahora mismo Maggy estará durmiendo, soñando con Alemania, su universidad y sus nuevos compañeros. Soñando con su nueva vida y sus nuevos proyectos, pero del sueño a la su realidad hay un camino largo pero no imposible. Se despertará sobre las ocho de la mañana, desayunará con sus padres y su abuela, se preparará e irá al aeropuerto. Almorzarán mientras esperan a que los llamen sobre las tres y cuarto para empezar a embarcar, y cuando lleguen las cuatro dirá adiós a California desde el aire. En las doce horas de vuelo su madre la agobiará con sus paranollas de secuestros de avión y faltas de combustible, y al llegar a Europa, cuando pise tierra empezará su nueva vida, lejos de lo "de siempre". Irá en busca de su destino y de su realidad. Si lo piensas parece sencillo y aburrido, pero al vivirlo todo cambia. Lo que parece aburrido se convierte en nuevas experiencias y en un horario diferente, el tiempo se pasa rápido porque estas pendiente de situaciones que no te hacen parar a preguntarte cosas como ¿qué hago aquí? o ¿cuál es mi destino? En momentos como este, de paz y relajación me hago mucho esta segunda pregunta. ¿Cuál es mi destino? ¿quién puede saberlo? ¿alguien puede saberlo? No lo creo. El destino es un poder sobrenatural e ineludible que nos guía a un fin que no escogemos. Hay personas que creen en él y otras que no, que son más partidarios de la casualidad. Personalmente, las casualidades no existen, cada uno de nosotros tiene un destino que cumplir que no averiguaremos hasta que no llegue el momento indicado. Puede ser hoy, mañana, o dentro de veinte años. No podemos saberlo con certeza, solo debemos tener los ojos bien abiertos para darnos cuenta y no dejar escapar ese momento, porque cuando llega una vez y se va no vuelve una segunda.

Recuerdo que hace poco salió una noticia de que una chica de secundaria se había suicidado porque ya no aguantaba más. El bullying acabó con ella y con su ganas de seguir caminado en este camino pedroso lleno de serpientes venenosas. Ahora ella nunca será capaz de hallar su destino porque otras personas se lo han robado. El ser humano es capaz de quitar algo que nos pertenece por derecho y que nos hará estar donde deberemos estar. Gente pensará que este era el destino de esta chica, pero no, porque la muerte nos va a llegar a todos aunque no queramos y tendremos que aceptarla, pero antes de que nos toque pudrirnos en un ataúd debemos encontrar nuestro destino, sino seremos personas sin un papel en este mundo, seremos zombies que divagan en busca de nada. El mundo es el un libro infinito donde todo esta escrito, pero que puede ser modificado por la cobardía y la maldad del animal más peligroso que existe en La Tierra, el humano. La vida es una partida de ajedrez en la que nos encontraremos peones que nos querrán hacer caer mil veces, una reina que nos clavará un puñal por la espalda y unas torres que nos pararán los pies cada vez que queramos sobrepasar una muralla, hasta que nos toque enfrentarnos a un rey que nos querrá hundir en arenas movedizas y al que le tendremos que demostrar que por ser una pieza más no somos menos que él. El rey es el miedo al triunfo y a hayar nuestro destino, detrás de él esta nuestro motivo de existencia y el final de nuestro capítulo número uno que nos llevará a cruzar los siguientes hasta el fin de nuestra vida, siempre desde nuestro punto de vista.

¿Cuál es mi destino? Aún no lo sé, pero se que algún día encontraré la respuesta a esta pregunta extremadamente peligrosa.

MetamorfosisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora