Capítulo 41 Y que se espere el Mundo

8.5K 288 76
                                    

CAPÍTULO 41 Y QUE SE ESPERE EL MUNDO

Necesitaba ralentizar mi modo de vida como fuera.

Sentía la necesidad de cerrar los ojos y sentirme completamente tranquila y segura; de todos modos aún no era tiempo para eso. Sabía que aún quedaba el camino más complicado y difícil de todos. Aún tenían que presentar las pruebas contra mi padre y llevarlo a juicio... y a ser posible que todo el peso de la ley recayera sobre él y lo metieran en la cárcel lo antes posible. También sabía que eso no sería nada fácil. Charlie era un guerrero sin piedad ni corazón, si debía morir lo haría matando.

Eso me daba miedo.

La vida estaba unida a la muerte por un hilo demasiado tenso y frágil; si lo estirábamos demasiado corríamos el riesgo de que terminara rompiéndose. Y yo no quería más hilos rotos en mi vida, ya tenía unos cuantos. Además, ya no sólo se trataba de mi seguridad y la de Edward. Ahora también estaban Phil, Jacob y Peter, aunque a este último apenas lo conociera. Evidentemente, quedaba la parte más importante, Matt y Sue. Había unas cuantas manos dispuestas a romper hilos... ¿Cómo podría reaccionar mi padre al verse descubierto? No quería ser espectadora de ese momento ni por todo el oro del mundo.

Definitivamente no era tiempo para relajarse. Aún no.

Quedaba mucho por hacer. Lo primero de todo era esperar a que la reunión de Edward con el juez Collins saliera lo mejor posible, aunque era tremendamente complicado. Ni sabía ni quería conocer los detalles de la operación encubierta que había llevado a cabo James en ese club de putas a espaldas de Edward, pero tenía que reconocer que había conseguido material explosivo contra ese hombre del demonio. Sin duda alguna, el hecho de que esas fotos salieran a la luz provocarían un gran revuelo en la prensa amarilla que llevaría a ese juez a la destitución inmediata de su cargo. Esperaba que el juez hiciera lo que Edward le iba a "pedir amablemente".

Después quedaba lo que Sue me había recordado de manera sutil.

Sabía que tenía que contarle a Edward aquello que me pasó en la casa de campo en la que me recluyó mi padre... lo sabía. Pero era algo tan tremendamente delicado que no sabía cómo empezar con la historia. He de reconocer que también tenía miedo a su reacción al ocultarle algo de ese calibre. Lo haría, evidentemente se lo diría, abriría mi corazón y escupiría toda la historia, hasta la última palabra... pero simplemente ahora no podía. No era el momento. Primero tenía que asegurarme que los huesos de mi padre estarían en una maldita celda para hacer esto en condiciones. Tenía que sentirme libre para hablar... Señor, mi cabeza parecía querer explotar a ratos por toda la información acumulada de mala manera.

Me senté en el sofá del salón y observé la carta que me había dejado mi madre.

Gracias a ella ahora tenía un pase seguro a una vida plena sin mi padre. Mi madre decía en la carta que le apenaba pasarme ese legado nefasto que eran las pruebas contra él; no estaba para nada de acuerdo. No sólo me había tendido esas malditas pruebas, también me había dejado una carta llena de amor y de fuerza cuando más lo necesitaba. También me había dicho que me pusiera en contacto con Edward... Qué maldita ironía de la vida que él y yo acabáramos de esta manera. Al fin y al cabo, el destino hubiera querido que nos encontráramos antes o después.

Revisé el móvil esperando tener pronto noticias de Edward.

Pero la pantalla estaba libre de mensajes o llamadas perdidas y ya eran más de las diez de la noche.

¿Qué demonios estaría pasando en el despacho del juez Collins? Me hubiera gustado acompañarlo, pero sabía que eso era algo que tenía que hacer él solo, por la memoria de su padre... Quería que Edward llegara ya a casa, quería que me contara que todo había ido más o menos bien... Basta que desees que algo pase rápido para que se te haga eterno...

Suavemente, me matas (+18) #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora