22. ¿De verdad me amas?

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Romeo

Salí de clase algo abrumado. Este no ha sido un día para nada bueno, Julieta ha terminado conmigo y Camille por una extraña razón estaba sumamente molesta conmigo, aunque lo negaba, se que lo estaba, no vi su hermosa sonrisa ni una sola vez en clase  y cada vez que buscaba su mirada me esquivaba. 

-Ron, Ron... -Escuche gritar y cuando me gire Romina estaba a unos pasos de mi. 

-Hola Romi, ¿pasa algo? 

-Casi no te alcanzo... -Dijo aun agitada y jaleando. -¿La quieres? -Pregunto y la mire confundido. -¡Ay Ron! a Julieta ¿la quieres? 

-Claro que si Romi, yo...

-Pero no como antes ¿cierto? 

Demonios, no pude evitar sonreír, Romina es una chica muy quisquillosa y no se queda con ninguna duda. ¿Ahora comprenden cuando les decía que esta chica que la pequeña rubia no se muerde nunca la lengua?

-No comprendo muy bien a que te refieres con esa pregunta. 

-Vamos Ron, eres dos años mayor que yo, claro que sabes a que me refiero. -Chillo algo molesta, con sus labios muy fruncidos. -En los pasillos hay muchos rumores, ambos sabemos que cuando el rió suena es porque piedras trae, no te juzgo ¿sabes? Camille es hermosa, y a demás es todo lo que mi hermana no es... simpática, diver...

-Ahora si que no te comprendo ¿De que estas hablando? 

-¡Bien! por lo que veo no llegare a nada, solamente te pido una cosa. No la lastimes, aunque duela si no la quieres, no vayas a casa. -Pidió pasando a mi lado. -Por que cuando te vea, de seguro que te perdona. ¡Nos vemos! -Se despidió.

Estoy empezando a creer  eso de que me gusta Camille, todos lo dicen, Julieta, mama, Marcus y ahora también Romina. Ella es hermosa y podría gustarle a cualquiera pero a mi no, yo quiero  a mi rubia, es mi Yuli , claro que iré a casa de los Blanco, quiero estar con Julieta. 

Camine los pocos metros que me faltaban para llegar a mi auto, abrí la puerta, me senté en el lugar del piloto, cerré la puerta y seguidamente introduje la llave pero no encendí el motor, me quede un tiempo analizando lo que Romina y Marcus me dijeron, claro que es una tontería no puede ser que esto me este perturbando tanto. Finalmente encendí el motor y salí del parqueo con rumbo a casa de mi chica. 

Llegue hasta su calle, estacione en la entrada de su casa, baje del vehículo y camine hasta la puerta , tome un poco de aire y golpee la puerta un par de veces.

-¿Que haces aquí? -no puede ser solo esto me faltaba. 

-¿Esta Julieta?

-¿Para que la quieres? -Pregunto April fulminándome con la mirada. 

-No es tu problema, ¡LLÁMALA! -Ordene pero claro que ella no obedeció.

-Es mi problema, es mi prima. 

-Creí que esto eran asuntos de pareja. -April río sarcásticamente.

-Ya no son nada ¿recuerdas?

-Apuesto a que ya la envenenaste lo suficiente. 

-No seas idiota, Ron, esta encerrada en su habitacion sin hablar con nadie, solo ha Romina ha dejado entrar. En serio ¡DÉJALA EN PAZ! 

April tiene un don único para hacerme enojar, nadie lo consigue como ella. Claro esta que no me cae bien desde que provoco que Marcus y Ariadne no pudieran estar juntos. 

-ES MI NOVIA Y LA AMO. -Grite

-¿De verdad me amas? -Escuche una voz quebrada que provenía de las gradas, levante la mirada y se me partió el alma, Julieta tenia los ojos tan rojos e hinchados de llorar y su para parecía un tomate.

De un movimiento brusco termine de abrir la puerta y con la mirada aparte a April de mi camino.

-Claro que te quiero, por eso estoy aquí. -Dije tocando su rostro. -No se que hice pero... ¿me podrías perdonar? -Pedí ignorando la presencia de April, Romina y Carmen la que fue toda una vida la niñera de Julieta y Romina.

-Estoy horrible. -Aseguro tapándose la cara con las manos.

-Estas igual de guapa que siempre. -Dije apartando sus manos y abrazándola.

Pase toda la tarde en casa de los Blanco, tratando de darle a mi nuevamente novia cientos de motivos para que dejara de creer que me gusta Camille. Eran casi las 8:00pm cuando me entro un mensaje te texto.

Mamá: -¿Donde esta? Saúl no deja de preguntar por ti, dice que no dormirá hasta que te vea. Ademas tu papá y yo estamos preocupados. 

-Es mamá. -Informe a Julieta mientras bloqueaba mi teléfono. -Quiere que me vaya ya a casa. 

-Bien, salúdala de mi parte. -Asentí.

-¿Te veo mañana? -Julieta negó.

-No puedo, mañana tengo por obligación practica de voleibol el campeonato esta cerca. 

-Ni modo... -Dijo encogiéndome de hombros. -Me tendré que conformar solo con verte en las clases. -Julieta beso mis labios y de esa manera nos despedimos en el lumbral de la puerta.

Subí a mi auto y conduje en dirección a casa, al llegar vi a Ariadne bajar de un auto que se me hizo muy familiar. ¡Si! justo lo que pensé cuando Carson estaba apunto de abrir la puerta de su casa, Camille bajo del auto con algo en la mano. Así que apague mi coche y baje de el, camine estúpidamente rápido hasta ellas, no sabia porque lo hacia pero seguía haciéndolo. 

-¡Hola! -Salude cuando estaba atrás de Abrakatt, ambas me miraron confundidas. -Abrakatt ¿puedo hablar contigo? 

Romeo No Quiere Besar A JulietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora