28. Eres una mierda.

103 2 6
                                    

Romeo

Desde que bese a Camille algo en mí se encendió, seguíamos igual que siempre, siendo simplemente solo amigos, pero... al menos ahora sé que le gusto. Ari, Lex y Marcus no dicen nada al respecto, solamente ríen como tontos.

Marcus, Hunt y yo estábamos en la cafetería, en la mesa que suelen ocupar las pequeñas Blanco y Abrakatt, y desde donde estábamos vimos llegar a Camille y Ariadne quienes llegaban acompañadas de Lexie y Romina, en ese momento pude notar que a Hunt, se le dibujaba una tonta sonrisa que abarcaba toda la expresión de su rostros -espero que no sea por Camille- pensé, pero recordé que hace unos días me pregunto que si conocía a Lexie y comprendí que esta loquito por ella, estoy seguro que si Camille se entera que enojara muchísimo, después de todo es su "hermanita".

Cuando se acercaron las cuatro a la mesa le sonreí a Romina más que a Camille, desde ayer cuando en casa de la familia Abrakatt vio el beso que le plante a Cami me mira con rabia, con Abrakatt no cambio nada pero creo que mi ex cuñada me odia.

-Lexie... -dijo Noah, el nuevo chico del equipo de fútbol- ¿puedo hablar un momento contigo? -Romina y Hunt los miraron mal.

-Claro -dijo con una expresión entre confusión y asombro.

Puso sus cosas sobre la mesa y camino junto a Noah hasta la barra de comida, di gracias a Dios que las miradas no mataban, porque si no, en este momento mi amigo estaría refundido en la cárcel.
Creo que también la hermana sobre-protectora se dio cuenta porque fulminada a mi amigo con la mirada.

-¡Hey Hunt! ¿Listo para el entrenamiento de esta tarde? -pregunte para aliviar un poco el ambiente.

-ERES UNA MIERDA, ROMEO ADAMS -escuche gritar y al girar la cabeza vi que la que gritaba era April- siempre supe que lo eras, igual a él -espeto refiriéndose a Marcus.

-¿Que te sucede, terminaste de volverte loca? -intervino Romina.

-Tu, eres igual que él, una traidora -afirmo- ¿cómo eres capaz de fraternizar con el enemigo?

-¿Con el enemigo? -Romina soltó una gran carcajada- yo no fui la que metió droga en el bolso de mi "mejor amiga" y en el de un chico, solo porque él no gustaba de mí. -todos abrimos los ojos como platos.

-CÁLLATE ROMINA...

-NO, April... tú y mi hermana siempre andan criticando las formas en la que hago las cosas y lo siento pero Julieta ni nadie puede obligar a un chico a estar a su lado, mi hermana se está comportando como una bruja, tanto así que ya hasta Romeo se dio cuenta.

-Lo mejor es que te vayas April. -pidió amablemente Ariadne- ya tuvimos suficiente de ti.

Yo observaba a Camille, que había tomado un libro de Lexie y fingía leer pero sin perder de vista los movimientos de April.

-Romeo, ¿podemos hablar? -cerré los ojos, era Julieta quien hablaba a mi espalda y aunque no deseaba hablar con ella, tampoco deseaba lastimarla y mucho menos humillarla en público.

-Claro, -acepte y Romina me miro mal, en cuanto a Camille seguía fingiendo leer el libro, fue su excusa perfecta para ignorarme.

Caminamos un poco hasta salir de la cafetería...

-Ron, yo quería saber si...

-Vamos al gimnasio -la interrumpí- será mejor hablar en un lugar donde no esté tan lleno de personas.

Caminamos hasta el gimnasio en profundo silencio, entramos y nos sentamos en unas butacas bastante alejadas, mire a Julieta y ella me devolvió la mirada, estaba con los ojos rojos e hinchados, un ochenta por-ciento de su rostro también estaba rojo.

-Yuli, yo lo...

-No me llames así -solicitó con un hilo de voz.

-¡Bien! -dije lamentándome haberla llamado así- Julieta, yo... bu-bueno yo...

-¿Me quieres? -ese pregunta me tomo por sorpresa.

-Mira, yo te quiero pero...

-Siempre hay un pero... -susurro- cuando algo va terminar para siempre, siempre hay un pero.

-No eres ni la mitad de la chica de quien creí estar enamorado, cambiaste -verla llorar mi partió el corazón y entonces por mis ojos también salieron algunas lágrimas- Y a eso le sumamos la llegada Camille...

-¿y ahora es a ella a quien quieres? -asentí- ¡DILO! -grito poniéndose de pie- DILO CON TODAS SUS LETRAS ¡DILOOOOO! -gritaba ahogada en llanto

-M-Me temo... que, que sí, creo que la quiero... -dije poniéndome también de pie.

-pero... pero... -decía entre sollozo y murmullo- soy tu novia hace más de dos años, ¿cómo pudo pasar?

-No lo sé -dije.

Y ¡PUM! la mano de mano de Julieta se estrelló en mi rostro.

-Lo siento, no quería lastimarte.

¡PUM! otro golpe y otra vez y otro más, no sentía el coraje suficiente de detenerla, la había lastimado me lo merecía, sabía que tenía las pequeñas y frágiles manos de Julieta pintadas en mi rostro y me dolía pero sabía que más le dolía a ella el corazón. Hizo el intento de volver a golpearme pero en lugar de eso se dobló por la cintura con las manos en forma de equis sobre su pecho...

-Te pido que hagas de cuenta que nunca en la vida nos hablamos, -dijo tomando su postura recta de siempre- ni nos besamos, ni nada ¡TE ODIO! Romeo Adams, TE ODIO -volvió a gritar entre sollozos y pude sentir que mi corazón se partía en dos.

Julieta salió del lugar casi que corriendo, me odiaba por provocar que se encontrara en ese estado. Nunca quise lastimarla, pero recién comprendo que nunca la ame.

-MALDITA SEA. -grite. 


Romeo No Quiere Besar A JulietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora