15. ¿Saúl?

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Camille

¿De verdad April me había dicho insecto? Aggg... es una imbécil igual a la tarada de su prima, pase toda la clase de literatura riendo con Romeo, es un chico... lindo, inteligente y claramente su mala elección es la novia arruina todo en él.
Estoy segura que en ese momento no utilizaba ni el cinco por ciento de su cerebro.

-Camille...debo ir a casa, Saúl estaba un poco enfermo cuando salí de casa y quiero saber como sigue. -explicaba Romeo metiendo las cosas en su locker. -¿Paso por ti?

-¿Por mi? -pregunte sorprendida y él dejo salir una gran carcajada.

-Proyecto de literatura, biblioteca, 3:00 p.m. ¿recuerdas?

-¡Oh! -respondí fruncido los labios. -Necesito ir a comprarle a Lex un suéter del que se enamoró, lo vio en una tienda del mall y también tengo que ir por la llave maya, ¿te parece si más bien yo paso por ti?

-¡Esta bien! -respondió sin pensarlo. - Escribe mi dirección.

-¡Ya la tengo! -el me miro exagerando un gesto de sorpresa y yo reí fuertemente. -Vives a dos casa de Carson ¿cierto? -asintió. -Por cierto ¿quién es Saúl?

-Mi hermano menor... -dijo con una linda sonrisa que me recordó mucho la de Zaed cuando habla de nosotras. -soy su ídolo y él mi inspiración.
Lo dijo de una manera tan tierna que sentí todo mi cuerpo estremeciéndose.
-Tiene seis años, fue un gol olímpico para mis padres, los tres creímos que yo sería hijo único. -reímos fuertemente, hoy habíamos hablado tanto y es agradable.

-En mi casa no conocimos ese sentimiento, soy dos años mayor que mi hermana y mi hermano es apenas tres años mayor que yo, así que mis padres jamás pudieron darse el lujo de pensar en un solo hijo. -él río sutilmente. -Creo que fui concebida en el aeropuerto en uno de estos cambios de vuelos que tenían mis padres. -ambos reímos tan fuerte que ganamos la atención de todos los presentes.

-¿Tus padres son pilotos? -cuestionó aun riendo y yo asentí.

-Una vida llena de lujos -admití -y aunque nunca se los digo eran muy ausentes... -Sentí un nudo formarse en mi garganta y Romeo lo notó. -¡Debo irme!

-Yo también... -dijo rápidamente. -Si no te molesta, te puedo acompañar, también voy para el parqueo.

-¡Bien! -dibujé una medio sonrisa, ambos cerramos nuestros lockers y caminamos juntos hasta el parqueo.

Ya en la gran plaza donde dejamos los coches caminamos hasta el mio, el tomo las llaves de mi mano y se dirigió a la puerta del piloto y como todo un caballero la abrió para que yo me montará.

-¡Gracias! -dije simulando una falda y haciendo una reverencia.

-¡Gracias a ti preciosa! -no podía creer lo que había escuchado y creo que él no podía creer que lo hubiera dicho, sus ojos estaban tan abierto como los míos y su rostro mostraba un nerviosismo familiar.

-Ok, nos vemos... -dije aclarando la garganta y subiendo a mi auto para seguidamente cerrar la puerta y cuando me preparaba para encender el auto, él se inclinó a la altura de mi ventana, toco mi cabello poniéndolo detrás de mi oreja y seguidamente metió la cabeza por la ventana para depositar un beso en mi mejilla. Yo estaba tan estática que parecía un yeso, gire mi rostro para mirarlo y me encontré con sus ojos profundamente café, le sonreí, encendí el motor y salí de ahí chillando llantas y muerta de los nervios.

¿Que me estaba pasando? hasta hace unas horas el tipo me caí mal, pésimamente mal y ahora... justo ahora me ponía nerviosa un estúpido beso en la mejilla y peor aun, yo había permitido que me lo diera.

Romeo No Quiere Besar A JulietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora