Ed Gein

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El ladrón tomó una olla

que de sus pies colgó en el techo,

escuchó a una voz lejana

que siendo un pulso le dictó un secreto.


Le dijo que abriera su vientre,

el de un corazón que en la olla se horadaba.

Le dijo que de todas sus muertas,

se hiciera estrellas y cimentara su gracia.


El ladrón obedeció y botó del cielo

la voz de todos sus tormentos

se vistió con sus listones y sus vendas,

y fue el edén de los pecados de un linaje.


Cerebros (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora