Era una noche helada de invierno, la nieve adornaba el parque con su delicada y especial capa blanca; los faroles de las calles irradiaban su luz amarilla sobre la nieve haciéndola brillar. Pero nada podía brillar más que los diamantes en el cielo. Observado, vigilando, presenciándolo todo.
— ¿Viniste?— dijo la voz masculina que salía entre dos árboles ubicados en las esquinas del pequeño parque. An se sobresaltó y pego un grito mientras tomaba una rama del suelo e intentaba pegarle en la cabeza a su "asaltante"— ¡Ana, no! ¡Soy yo! ¡Theo!
An relajo los músculos pero no del todo— ¡¿Sabes?! ¡Eso no me hace quitarme las ganas de pegarte un buen golpe en la cabeza!
Él en lugar de retroceder o inmutarse por la amenaza, solo sonrió y se acercó aún más a ella, tomó la rama que estaba sujetando y la dejo caer otra vez sobre el suelo. La rama cayó haciendo un estrépito en el inhabitado parque. An miró como esta rebotaba contra el suelo, y volvía a caer, una y otra vez, hasta dejar de hacer ruido. An espero que Theo se alejara de ella ahora que estaba "seguro". Pero Theo no soltó la mano de An, como ella esperaba, en su lugar, lo único que hizo fue entrelazar sus dedos con los suyos.
An se quedo muda, mirando sus manos entrelazadas, claro que no por completo ya que los dos traían guantes gracias al frío. Sin embargo por alguna extraña razón, ella sentía que el clima había subido consideradamente. Y ya no necesitaba los guantes.
An pestañeo repetidamente, eso estaba mal, ella lo odiaba, no vino aquí para dejarse engañar de nuevo, ella vino por respuestas, nada más. Deshizo rápidamente su mano con la de Theo.
Él retrocedió lentamente, como si nada hubiera pasado, pero no era si, ya que un extraño brillo se notaba en sus ojos ¿desilusión tal vez? ¿O acaso es la luz de los faroles lo que hacía ese efecto? Theo suspiró— Siéntate— dijo mostrado el congelado banco.
An no recriminó y se sentó, mientras más rápido terminará todo mejor para ella. Theo se sentó a su lado, manteniendo un poco la distancia, muy a su pesar.
— Bien dime lo que querías decir.
Theo por primera vez en toda la noche levanto la vista hacia los ojos de An. Estos brillaban bajo las luces tanto artificiales como naturales. Y eso por alguna extraña razón, le encantaba. Pero ese encanto no duraba demasiado, ya que luego recordaba cuantas veces había visto esos mismos ojos cafés llorar, por su culpa, por su jodida culpa, y se sentía el idiota más grande del mundo.— Lo siento— empezó— Lo siento muchísimo, no sabes cuánto, An, soy un idiota.
— Lo sé
Theo arrugo la boca.— Se que estas enojada, enfurecida, y tienes toda la razón. Te hice tanto daño... No debía... No tenía el derecho ha hacerlo, lo siento mucho An. Por favor perdón.— An no dijo nada— Ana por favor...
—¿Porque exactamente te estás disculpando? ¿Por hacerme quedar en ridículo con toda la escuela? ¿Por jugar conmigo? ¿Por quitarme mi almuerzo todos los días? ¿Sabes qué hay muchas cosas, no Theo?
Una ráfaga de viento paso soplando y An se estremeció, Theo con temor a su rechazo, se sacó su bufanda y su suéter, y se lo puso a An, ella se negó, pero él dijo que ya había hecho mucho daño y que no quería que cogiera un resfriado también por su culpa.
Luego de unos minutos sentados sin decir nada, Theo miro por el rabillo del ojo a An. Se veía tan linda con su gorro rojo y su bufanda azul. Tan adorable y a la vez tan fuerte y decidida; y fue ahí cuando Theo no hizo caso a su razón, ni escucho sus pensamientos, bloqueo todo. Lo que único que podía oír fue los latidos extremadamente rápidos de su corazón cuando los labios tibios de An se encontraron con los suyos.
Y fue ahí cuando lo supo. Cuando su mente y su corazón se dieron cuenta de lo que verdaderamente estaba pasando. Eso era lo único que le hacía sentir vivo, feliz, capaz de todo. Lo que le daba energía, vitalidad y todo lo que necesitaba. Eso, los besos de An, era lo que tanto le había faltado y lo que ahora no quería perder. Pero era tarde, ya lo había perdido.
—¡¿Pero qué haces?!— grito An alejándose abruptamente.
— Y-yo lo-lo siento n-no se, solo me deje llevar, lo siento tanto— dijo Theo tartamudeando.
— ¡Siempre lo sientes! ¡Cómo si eso fuera a solucionarlo todo! ¡No, no es así Theo!
— An... Yo
— An nada, dime lo que vine a oír ¿Qué querías decirme en realidad? Porque no te creo ese cuento de que lo sientes. Porque tú no sientes nada.
Theo pasó los dedos por su cabello frustrado, miro a las estrellas y decidió admitir lo que él mismo no se había dado cuenta hasta ese momento—Si te digo que te amo. Que no puedo dormir, comer ni pensar, sin que tú estés junto a mí ¿Me creerías?
—No
—¿Por qué? — pregunto mirándola a los ojos.
—Porque ya me canse de esto Theo. Ya no quiero ser más tu juguete. Solo déjame en paz ¿quieres?
— Y si te digo que no te amo. Y que solo estaba jugando contigo desde el principio...
—Entonces te creería.
— ¿En serio eso es lo que crees sobre mi?— pregunto entre asombrado y abrumado.
—No Theo. Esa ni siquiera es la tercera parte de lo que yo creo sobre ti.
Entonces lo noto. Noto la gravedad de sus actos, lo que le había hecho a la dulce An de la clase de química, a la An que él había notado detrás de su cuaderno en el primer día de clases, la An dulce, amable y cariñosa. Simplemente ya no estaba—Estas equivocada An. Yo te amo. Te amo más que nada en el mundo.
—Eso hubieras dicho cuando Ashley subía el vídeo donde nos estábamos besando en la fiesta de Alisson...
—An tú sabes que...
—No.. No quiero oírte. Solo me haces daño. Ya no quiero llorar Theo. Ya no.
— Yo no quiero que llores dulce An
— ¡LÁRGATE CON TU DULCE AN A OTRA PARTE! ¡NO TE DAS CUENTA QUE TE ODIO! ¡TE ODIO THEO!
— PERO YO TE AMO.
— Jodete — lanzó la bufanda y el suéter a la nieve, se levantó del asiento y salió corriendo. Con sus ojos brillando, pero esta vez no por la luz, sino por las lágrimas.
Y Theo lo noto, lo noto y se odio a él mismo como nunca antes.
Ok, gente!
¡NO SABEN LO FELIZ QUE ESTOY!
Quiero agradecerles muchoooooo por todo el apoyo que esta recibiendo esta historia. Y si, sé que ya no subo caps tan seguido como antes.
Pero, no se... Como que me gusta dejarlos con la intriga XD
Pd: Cap largo para recompensarlos espero que les haya gustado!
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¡No las leas! (#3)
Short StoryAn escribía cartas a Theo, cartas que él nunca recibiría. Querido Theo: Desde lo más profundo de mi corazón hoy te quiero decir que te... Odio -An ............................................................................... Libro número (#3) de...