(O23)

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Al llegar a mi hogar, estaban todos mis amigos en la sala con caras preocupadas. Cuando entre el primero que me vio fue Stiles y corrió a abrazarme.

–Estábamos preocupados por ti nena–Dijo en mi oído.

–Estoy bien–Lo abracé aun más atrayendo un poco de su energía para poder quitar mis ojeras y todo lo mal que estaba en mi, necesitaba muy poca así que no sé cansaría, tampoco se sentiría mal.

Al final termine diciéndoles que solo había salido a caminar y que estaba absolutamente bien.

–La policía esta buscando a George, escapó y nadie sabe en donde está–Scott.

–¿Quien es George?–Pregunté.

–Tu vecino...

Baje la mirada y no dije nada, no sentía culpa, pero una parte de mi se sentía satisfecha, incluso orgullosa.

–Los cuerpos no tenían mordidas, solo garras afiladas en la parte del corazón y ya, no había rastros de alguna otra cosa y no era un hombre lobo–Dijo Stiles muy seguro.

Había sido yo y debo admitir que lo disfrute.

(...)

Algunos días después me encontraba en mi habitación llorando por lo que había hecho, después de haber recapacitado y de haber quitado temporalmente todos esos pensamientos malignos me sentí mal. Scott entro a mi habitación en silencio y se sentó a lado de mi en mi cama.

–¿Por qué lloras?–Dijo en voz baja.

–Por todo Scott, por todo.

Lo que ellos no sabían era qué Stiles estaba del otro lado de la puerta, escuchando todo.

–No te sientas culpable, si nos besamos fue porque estábamos desesperados–Contestó con una voz comprensiva.

Se abrió la puerta de golpe, un Stiles confundido entro.

–¿Se-se besa-sa-ron?-Preguntó con dificultad.

–Stiles...–Hablé con la voz entrecortada.

–Scott, lo volviste a hacer...

Stiles no había olvidado que tiempo atrás Scott beso a Lydia, no sentía remordimiento, pero en el momento se sintió traicionado, como ahora.

Running low [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora