Running low [EDITANDO]

(O31)

–¡Déjame, por favor te daré lo que quieras, pero déjame!–Le imploraba Amanda.

–Ya te dije que no, entiende–Contesto Hayley con una sádica sonrisa en él rostro y forzando los amarres.

–¿Que...?

–¿Qué te haré?, ya verás Amanda–Dijo Hayley soltando una risilla.

Hayley tapó la boca de Amanda, la sonrisa de su rostro no se había ido; Amanda sollozaba mientras Hayley pensaba que hacer.

–Ahora vuelvo–Dijo Hayley.

Se dirigió hasta la cocina y tomo varias cosas.

Llegó hasta la habitación y Amanda la miro con temor, pero eso en vez de causar compasión en Hayley, aumento sus ganas de matarla y de hacerla sufrir.
Después de un rato masacrando a la chica hasta dejarla inconsciente se subió en ella y saco sus largas garras de sus manos, las garras eran grises, pero en cuanto las encajó en él pecho de Amanda fueron rojas.

Hayley reía y disfrutaba de lo que estaba haciendo, antes de saciarse la sirena de la patrulla se escuchaba cerca, Amanda si había llamado a la policía, pero ya era tarde, muy tarde. Hayley salió por la ventana contraria y sonrió, de nuevo la lluvia caía por sus hombros y cabello.

—Me encanta lo que hago—Susurró.

Hayley se dirigió a su casa caminando, entro a su habitación y llego una laguna mental.

(...)

—No entiendo porque lo hace, realmente es terrible lo que hace—Comento Stiles mientras caminaba en círculos.

—Leí que los jikininki tienen que saciar su sed de sangre, pero no lo hacen con la intención de agredir, si no solo llevarse a las almas malas, pero en el caso de Hayley es diferente, según la pagina decía que quien tenía delirios o alguna enfermedad mental era peor porque llegaban a sufrir ataques psicóticos he incluso llegaban a hacerse daño a ellos mismos—Dijo Lydia mordiendo su labio nerviosamente.

El celular de Stiles comenzó a sonar mientras vibraba en su bolsillo de su pantalón.

Era Liam...