Capítulo 16

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─Encantada de conocerte─ dijo Tía Verónica

─Igualmente señora

─Oh cielo, no estoy casada.
Son las nueve y media, ¿no crees que deberías de irte ya a tu casa? Es muy tarde.

─Sí, justo ahora me iba a ir, ¡qué rápido pasa el tiempo!

─Y que lo digas─ dijo sonriéndole.

Sara, cerró la puerta y se fue.

─¿Qué tal con Federico?─ Preguntó Belinda.

─Bien, gracias.

─Ah...

─¿Sabes que Federico es el director de tu instituto?

─¡¿Ah, sí?!─ dijo sobresaltada.

─Sí. Bueno, ¿tienes hambre?

─Un poco.

─Calentaré las sobras de lo que hemos comido hoy en microondas, y luego, directa a la cama.

─¿Micro-qué?─ dijo confusa.

─Esa caja de metal con botones que está en la encimera de la cocina.

─Ah...

¡Bing!, la comida ya estaba lista para sacarla del microondas, Tía Verónica sacó un plato, echó la comida en él y se lo sirvió a Belinda.

─¿No vas a comer nada?

─Ta he cenado en el restaurante con Federico, ¿recuerdas?

─Ah... Es verdad...

Al terminar de cenar, Belinda ayudó a recoger la mesa, después, las dos se fueron a dormir.

Ya era por la mañana, un día soleado, Tía Verónica se había levantado pronto, se encontraba en la cocina haciendo el desayuno.
Belinda estaba durmiendo en su habitación, hasta que de pronto:

─¡NO!─ exclamó Belinda asustada, se había despertado de golpe. Quizás era una pesadilla.

Tía Veronica le escuchó, subió a su habitación y encontró a Belinda acostada en la cama.

─¿Estás bien?, cielo. ¿Qué te ha pasado?

─Una pesadilla...─ dijo triste

─¿Y qué pasaba en tu pesadilla?─ preguntó Tía Verónica con cierto interés.






Belinda Mcmurffie ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora