Capítulo 13

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Llegó la noche y ya era hora de dormir, todo estaba oscuro y tranquilo. Mientras Belinda dormía tranquilamente, Tía Verónica, inquieta, dudosa e intrigada, no podía dejar de pensar quién era ese tal Federico, ¿y si todo era una broma?, ¿y cómo encontró su número? ¿porqué le pidió una cita?.
Tía Verónica se levanto de la cama y cogió su móvil para volver a leer los whatsapps.
La luz cegadora de la pantalla dañó sus ojos, pero al cabo de un rato se acostumbró a la luz que emitía el aparato.
Habían 6 whatsapps que todavía no había leido. Entró en el chat y empezó a leer:
--Este sábado? (21:17)
A las 8 en El Anocheza? (21:17)
Vale? (21:20)
Estás ahí? (21:47)
Hola? (21:56)
Ya me contarás, adiós! (22:00)

Ya eran las once de la noche, pero ella no dudó en contestar:

--Vale ;) (23:14)

Y de repente su estado pasó a estar en linea, y luego a pasar a escribiendo...

-- :D   (23:15)

Tía Verónica apagó el móvil y se fue a dormir con una sonrisa en la cara.

Eran las tres de la mañana, un extraño sonido, procedente de abajo, despertó a Tía Verónica, con pereza se levantó de la cama y fue a la habitación de Belinda, pero no estaba. ¿Quién podía ser?. Cogió un candelabro del pasillo y lenta y sigilosamente bajó las escaleras.
Nadie estaba en el salón, así que se dirigió a la cocina.

--¿Belinda?
--
--¿Qué haces aquí? Me habías asustado, ¿sabes? Es tarde-- dijo mientras se frotaba un ojo con la mano.
--Solo quería beber agua-- dijo como si nada y una sonrisa.






Belinda Mcmurffie ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora