Capitulo III

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Jack
El Comienzo

Parte I

Es un viernes por la mañana y tengo un problema.
Peor todavía, no consigo recordar su nombre.
Ella suspira y murmura algo incomprensible en sueños, se da la vuelta de cara a mí, me rodea la cintura con el brazo y lo deja allí, contra mi piel.
Echo un vistazo al despertador de mi mesilla de noche 07:31. Después la miro a ella: un tapiz de cabello castaño que lo oscurece todo excepto la nariz. Como nariz no está del todo mal. Miro al techo, atrapado en un juego cruzado de pensamientos contradictorios.
Por una parte, no me encuentro en una mala situación. Aqui estoy yo, heterosexual y soltero, acostado en la cama al lado de una mujer desnuda que, por más que la información de que dispongo  se limita a la forma de su nariz y a toda una serie de recuerdos de borracho, es una compañía buena y razonablemente buena en la cama. Nos conocimos en una discoteca, bailamos y flirteamos y nos vinimos aquí en un taxi a primera hora de la madrugada.
El sexo fue satisfactorio, no hablamos. A veces me gusta así, sin contacto vocal, ningún contacto mental. La situación estaba tan desnuda como nosotros.
El ideal siguió siendo verdad. Buena prueba de ello fue el hecho de que ella NO:
A) oprimió mi mano.
B) me miró largamente a los ojos.
C) pregunto cómo era posible que no me sintiera solo sin novia.
D) siguió el camino de la intimidad, compartiendo mi cigarrillo.
E) sugirió que nos volvieramos a ver muy pronto.

En su lugar:
A) mantuvo la manos quietas.
B) miró al techo.
C) me dijo que lo mejor de acostarse por ahí era que nunca había dos tíos iguales.
D) encendió su propio cigarrillo.
E) me dijo que se iba a hacer un viaje a Australia de tres meses.

Después, ambos apagamos nuestros cigarrillos individuales, yo apague la luz y nos quedamos dormidos.
De momento, todo bien. La perfecta aventura de una noche. Me sentí satisfecho de mi mismo, mejor dicho me sentí complacido.
Por otra parte, la situación tampoco es que sea lo que se dice buena. Es un viernes por la mañana y tengo cosas que hacer. A pesar de la cómoda postura, ha llegado el momento en que nos levantemos y nos pongamos en marcha.
Procurando no molestarla, me levanto y depositó su brazo sobre las sábanas. Veo su ropa amontonada en el suelo al lado de la cama. Me pongo unos calzoncillos y veo en el suelo una pequeña billetera, debe ser de la desconocida. La tomo y salgo de mi habitación hacia la cocina.
Matt está allí, ya vestido y calzado, inclinado sobre un cuenco de cereales y una taza de café humeante. Me siento delante de él y le quitó su café.
Pero¿es que todavia esta ahi?— pregunta en un susurro.
Sí.
¿Cómo se llama? ¿La vecina de Chloe?
Chloe es una chica con la que íbamos a la escuela, pero con la que jamás salimos. Como consecuencia de ello, consiguió pasar de la categoría de novia en potencia a amiga.
Sí, la como-se-llame. Ésa es.
Asiente con la cabeza, asimilando la información, y después pregunta:
¿Es buena?
No está mal.
Sonríe.
Muy ruidosa.
Le devuelvo la sonrisa.
—Dímelo a mi.— Brindo por él con su taza de café.— por cierto, feliz cumpleaños.
—¿ Te has acordado? Gracias.
—Hasta tengo un regalo para ti.
—¿Qué es?
—Tendrás que esperar a la noche.
— Lo cual quiere decir que aún no lo has comprado.
—Lo cual quiere decir que tendrás que joderte y esperar.
Matt toca la billetera y me pregunta—¿Has perdido la memoria?
La abro y le echo un vistazo al carnet de identidad.
—Ya no.

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⏰ Última actualización: Mar 30, 2017 ⏰

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