En marcha

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Marie luego de saber todo al respecto del artículo; databa de los años 600 d.C de una pareja de indios prehispánicos que se vio envuelta en un mal presagio de los dioses. Y en donde para resolverlo, era un deseo que colaboraba para seguir con el curso de sus vidas, creyendo en su único y verdadero Dios.

Aquel fue su peor pecado, dado a ello acabaron falleciendo, juntos pero felices, unidos para siempre sin poder ser separados nunca.

Y según para cumplirse su deseo, establecen los escritos, tenían que superar ciertos desafíos para saber si merecía la pena ser cumplido, y no desistir en ningún momento.

Todo sonaba espectacular pero había un gran problema, de acuerdo a los investigadores, era una historia muy antigua y del que poco se tenía registrado. Para saber en realidad la verdad detrás de todo esto había que viajar a las selvas amazónicas y buscar los escritos de la iglesia pentecostal de Manaos en Brasil.

Dicho y hecho, porque Marie luego de varios años de volverse una gran investigadora, trabajó y se transformó en una sorprendente historiadora de figuras prehispánicas. O de al menos todo lo relacionado con las etnias indígenas antes de la llegada de Colón a tierras Americanas.

Ya inclusive se encontraba titulada como magíster en Historia de la universidad de Oxford, UK. Luego de una ardua investigación, hacía dos meses antes se cumplirían 9 años del fallecimiento de su gran amor. Y en su obsesiva búsqueda encontró los escritos de la iglesia de Manaos, ya perdidos tiempo atrás por una subasta que hizo la iglesia hace 47 años.

Los escritos los poseía como reliquia una familia rica coleccionista de Río de Janeiro, que curiosamente eran socios afiliados de la empresa de su padre, el reloj Debuchy.

Poco fue el valor que pidió la familia por los escritos (875.000 dólares) ya que para Marie, el dinero era algo absolutamente vacío e inocuo en su vida.

Y no era para más, porque su padre era uno de los hombres más adinerados del mundo y Marie ya con su título de magíster en historia poseía una oficina y biblioteca propia en la ciudad de París, de la cual poco a poco se ganaba su nombre en Europa, y era muy rentable en materia de turismo.

Marie, decidida, leyó los escritos que se encontraban en tipografía del idioma Latín, y se preguntó inclusive antes de tener los escritos...

«¿Por qué las manos que antes los poseían no se dedicaron en saber en realidad para qué servían?»

Luego de leer por horas y horas, hasta días, no le encontraba el sentido a las palabras de los escritos, sin embargo, hubo una parte que se cruzaba con el comienzo y final.

Luego de unirlas, ya que por añadidura la escritura se refería a un pequeño cuento de comienzo corto con final anticipada, en conclusión, juntando las dos palabras en latín, y dándoles algo de coherencia, enunciaban: "Salire angelus".

Y traducido al español, en pocas palabras significaba: Salto Ángel.

Marie se sorprendió mucho ya que estaba plenamente segura, a qué se refería a ese lugar, porque en una parte del cuento hablaba sobre grandes deseos que caen desde lo más alto.

Así que sin más nada que objetar o decir, emprendió su viaje a Venezuela.

Saltando al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora