Marie se encontraba en el hospital al siguiente día después de recordarse de aquellas tortuosas palabras. Su amor estaba muy angustiado, ya que los médicos le habían diagnosticado que sufría de una enfermedad que era incurable.
Por raros motivos no tenía cura, y ni siquiera tenía nombre, ya que afectaba directamente al corazón mediante las arterias, que se irían tapando poco a poco hasta dejar al corazón sin latir, aquello partió el corazón de él.
Marie estuvo los próximos dos días atendida las 24 horas seguidas por su amor, de la manera más dulce, delicada y atenta posible.
Aquel hombre se desvivía por ella y no pegaba el ojo en toda la noche para dormir. Era algo maravilloso y lo amaba de verdad, pensaba Marie.
Pero sabía que no le quedaba mucho tiempo de vida, así que decidió decirle la verdad...
—Amor...
—Dime mi querida Marie ¿Quieres algo?
—Tengo que decirte algo.
Ella le comentó sobre su deseo, y de todo lo que había sucedido para que se cumpliera. Era algo imposible de creer, pero que solo la única persona en el mundo que podría creerlo sería él.
Y también le dijo que conoció al hombre de su vida, a un hombre que la amo de verdad con todo su corazón. Y tanto así fue, que dio incluso su vida por ella, y ahora le tocaba hacer lo mismo para así poder estar juntos por toda la eternidad.
Ese hombre era él, y así ella era muy feliz.
Y él, confuso y muy triste, pero con el amor en el alma le respondió:
—¿Por qué lo hiciste?
—Porque te lo mereces, eres la mejor persona que pude haber conocido en toda mi vida. Y esa persona fue la única que me amó de verdad... gracias por amarme amor..., gracias por hacerme la mujer más feliz del mundo, mil gracias.
Y Marie cerraba los ojos con una enorme sonrisa de felicidad... que ni la misma muerte podría borrar ni en su mejor intento.
...
Él, totalmente destrozado, muerto en vida y sin razón para vivir. Confundido y aturdido por el golpe tan bajo, que ni siquiera la muerte sería capaz de propinar.
Su dolor era tan devastador que no tenía alma ni lágrimas, su corazón solo sobrevivía al momento por el recuerdo de su amada Marie. Pero que aún así con todo eso no sería capaz de aguantar más.
Y sin decir una sola palabra, tomó el ascensor y se fue al piso más alto del hospital hasta llegar a la terraza.
Estaba decidido, a terminar con su vida. Era demasiado inhumano vivir con aquello y cuando ya estaba arriba, corrió para encontrar lo último.
Sin pensar en nada, sin ni siquiera ver abajo, corrió y corrió hasta llegar al final.
Se impulsó de sus dos piernas y saltó.

ESTÁS LEYENDO
Saltando al amor
RomanceA primera vista un chico encuentra a una chica en la calle del que jura es el amor de su vida pero... ¿Será que ella también lo es? Todos los derechos reservados. ©