Sueño

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Se escuchó dentro del sueño mágico y misterioso de Marie, una gran voz de tenor lírico, algo sutil y de tono angelical y complaciente, Marie la escuchaba y no sabía como lo hacía pero podía, la voz le decía:

—Al parecer has de llegar a tu destino final, has demostrado de que eres capaz.

—¿Quién eres? ¿Por qué me dices eso?

—No importa saber quien soy yo, ahora dime pequeña ¿Qué deseo quieres?

—Quiero tener vivo al hombre de mi vida y estar junto a él.

—Revivir a un muerto tiene su precio... ¿Estás dispuesta a pagarlo?

—Sí, estoy segura. No deseo vivir esta vida tan aburrida.

—Está bien... lo cumpliré, tu condición será...—Marie no logró recordar más palabras que aquellas dichas por esa enigmática voz...

...

Y Marie regresaba en el tiempo casi 10 años atrás, en el momento de la muerte del amor de su vida. Antes de que él muriera, le dio el tan ansiado beso que nunca le pudo dar.

El chico no sabía que estaba pasando, ya no tenía aquella herida en su pecho y estaba recibiendo el beso del amor de su vida.

Era perfecto, y él correspondió el beso sin dudarlo.

Marie con una gran sonrisa de satisfacción, le dijo:

—Vamos, párate de ahí, y seamos felices juntos.

Y así fue.

Fueron muy felices, durante las próximas semanas. Era maravilloso.

Estaban juntos, por toda París. Visitando todos los grandes sitios: tomándose fotos, riendo juntos, comiendo lo que se les antojara, y disfrutando de su amor tan precioso y tan único.

Ellos eran felices por doquier, y todo el mundo los observaba tan alegres y celestiales que contagiaban al resto con su amor de ensueño.

Y Marie, a las tres semanas de estar juntos, le dio una gran sorpresa a su chico.

—Adivina querido.

—¿Que sería? Amor de mi vida.

—¡Estoy embarazada!

—¡¿Qué?! no lo puedo creer... ¿Seré papá?

—¡Sí! ¡Vas a serlo! ¡Serás un grandioso padre!

—¡¡Ay hermosa!!—expresó en éxtasis—. Te amo con toda mi alma y mi ser... ¡Es el día más feliz de mi vida!

—Me alegra tanto amor... ¡el mio también lo es!

Era todo alegría y felicidad, algo indescriptible, un lazo que perduraría por todas las vidas que pasaran.

Y desde ahí... fue el momento justo en el que Marie recordó aquellas palabras que había olvidado de la voz angelical...

A ella solo le quedaban tres días de vida.

Y Marie se largó a llorar a lágrimas derrumbada, pero con una sonrisa de regocijo que lo era aún más. Todo había valido la pena.

Saltando al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora