El lugar donde se encontraba era sin duda un sitio de lo más extraño, aquel cuarto blanco era un sitio por completo desconocido para él y sin embargo extrañamente familiar. Le parecía atípico estar en aquel sitio, pero lo que le parecía más perturbante era esa sensación de irrealidad que desde que había despertado percibía recorrerle todo su cuerpo.
La habitación era de un blanco intenso, sin ningún otro objeto cercano reconocible. Las paredes eran de una contextura similar a un puro mármol y lo único que se salía de la austeridad de la habitación era el reflejo de un espejo lograba mostrarle la silueta de un muchacho de no más de quince años, que le miraba con ojos vacuos y tristes; y que evidentemente se encontraba desnutrido. Era evidente que ese era su reflejo pero... si ese era su reflejo, si esa era su imagen, ¿por qué no podía reconocer a aquel individuo que le producía al tiempo una inmensa pena y una terrible ira?
-Parece que al fin has despertado
Dijo una voz femenina con fuerza y ligera pedantería que parecía no provenir de ningún sitio en específico. El muchacho miró a su alrededor para tratar de dilucidar si le estaban hablando a él o si se trataba e su imaginación. Al no encontrar a nadie suspiró pesadamente y se golpeó suavemente la cabeza.
-Parece ser que ya enloquecí...
Se dijo a sí mismo y el eco de su voz reverberó en las paredes de la habitación como una sombra que se cernía sobre sí, una inmensa incomodidad pareció abarcar cada fibra de su ser y casi como si el hablar fuese el peor insulto que su boca hubiera proferido, golpeó fuertemente sus labios. Un sabor metálico cubrió sus papilas gustativas, pero tan rápido como apareció se esfumó.
<<Extraño>> pensó meditabundo de su situación actual. <<Aunque me golpee con fuerza... no sentí nada>>
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La doctora Ritsuko Akagi estaba estresada, se podía ver en sus facciones con claridad. El contemplar a Ikari Shinji le era enormemente desagradable, sin embargo, constatar que su experimento no había salido como había planeado era lo que en ese instante más le incomodaba. El comportamiento del muchacho era ante todo errático. La conducta que mostraba no se parecía a los análisis de personalidad que su amplia base de datos había desarrollado. Evidentemente la única explicación para su conducta era un daño neuronal severo asociado al uso de la máquina EMMRTM.
-Maldición -murmuró mientras trataba de calcular más datos a través de las MAGI, semejante error no era admisible para ella- estúpido crío.
La comandante Akagi se encontraba a su lado imperturbable, observando con curiosa perversidad la conducta del muchacho. Pese a que Ritsuko adoraba a su amiga, en esos momentos le parecía desagradable verla sumida en esa apática melancolía que la caracterizaba tanto durante los últimos años.
-Supongo que el experimento no fue del todo un fracaso -dijo la mayor mientras se volteaba a verla- ya está activo.
-¿Eso implica que irá a interrogarlo? -preguntó la doctora mientras esperaba que las MAGI dieran respuesta a la nueva información introducida sobre el muchacho- sería conveniente esperar.
-¡¿Acaso no ve que no tenemos tiempo?! -dijo la comandante con vehemencia- si la interrogación falla haga lo que sea necesario, debemos saber qué pasó con Adam, debemos saber si estamos preparados para sobrevivir.
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Optar por darle la espalda a aquel espejo fue la mejor decisión que había tomado desde que despertó en la habitación. Solo al reclinarse dándole la espalda al vidrio pudo percatarse que salvo por un batón de color grisaceo no tenía otras vestimentas.
<<¿Me pregunto dónde estoy?>>
Pensó mientras miraba a aquel techo de imperturbable pureza y trataba de encontrar una posición más cómoda para su descanso.
<<¿Acaso siempre he estado aquí?>>
De repente, una de las paredes se abrió de par en par y una mujer vestida de un rutilante traje militar entró a la habitación.
-¡Identifícate!
Gritó la mujer con premura en cuanto ingresó a su habitación sobresaltándolo y haciendo que se levantara como impulsado por invisibles resortes. Sin embargo, de su boca no pudo salir sonido alguno pues, sólo por la orden de la mujer él se percató de una cruel realidad... no sabía quién era.
-Creo que no me escuchaste mocoso -dijo la mujer con un seseo cargado de ira- dije que te identificaras.
Aterrado empezó a negar con la cabeza tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicarle a la mujer su dilema, sin embargo, antes de que de su boca pudiera proferir sonido alguno una fuerte presión lo lanzó varios metros contra la pared. Parte el aire de sus pulmones salió y por un instante sintió que no podía respirar, sin embargo...
<<No me duele>>
Volvió a pensar mientras se deslizaba lentamente contra el piso.
<<Pese al golpe contra mi estómago no me duele en absoluto>>
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<<Pérdida de sensibilidad al dolor>>
Esa era la única explicación para que ni siquiera la más leve de las quejas saliera de la boca del muchacho. Misato se había encargado de fracturarle varias costillas, luxarle y dislocarle cada articulación de su brazo derecho, generarle cortadas en diversos grados en su espalda con una navaja, quemarle con agua hirviente su pierna izquierda y pese a todo el muchacho no había mostrado rastro de resentimiento, dolor o incomodidad por todo lo que ella le había hecho.
-Parece ser que eres un hueso duro de roer -dijo tratando de cargar su voz con todo el desprecio que podía enarbolar, tratando de ocultar la inmensa desesperación y dolor que las acciones que ella se estaba viendo forzada a hacer por aquella pizca de información que en la cabeza del muchacho se hallaba le causaban- sólo me interesa saber una cosa de ti... ¿quién eres?
El muchacho la miró confuso y de su boca salió un ligero sonido que alcanzó a escuchar con claridad antes que el muchacho mismo se golpeara con intensidad su boca nuevamente.
-No lo sé...
Resonó por la habitación como una sentencia de muerte lanzada en el peor momento.
<<Maldición>>
***
Continuará
Próximo capítulo: "Capítulo 4: you can (not) dream
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Evangelion 3.1 you can (not) feel
Fiksi PenggemarDespués de los sucesos ocurridos en Evangelion 3.0 you can (not) redo, Ikari Shinji ha caído finalmente en un estado de catatonía, la luz de la vida se ha apagado finalmente y parece que no hay más esperanza. Sin embargo, la puerta de la esperanza a...