Capítulo 5: invisible

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El recreo se me estaba haciendo interminable y, además, ahí estaban esas chicas con las que tenía que hablar, por órdenes de Keyla. Realmente estaba aterrorizada, ¿por qué tenía que hacer esto yo sola? Me giré intentando buscar confianza en la mirada de mi hermana, pero ella ya se había levantado y no me prestaba atención. Volví a mirar hacia el grupo de chicas al que me dirigía y me detuve poco antes de llegar. ¡No quería enfrentarme a aquello! Respiré hondo y me concentré en dejar de pensar, como hacía siempre que me ponía nerviosa de esa forma, sentí poco a poco, como todo lo que me rodeaba desaparecía. Era una sensación increíble. De nuevo, una corriente de calor ascendió hasta mi cuello y ahí se detuvo. Fue muy extraño, como cuando toqué el símbolo que le apareció a Keyla en la nuca. En fin, con todo lo que estaba pasando hoy...

Dirigí una rápida mirada a aquellas chicas, y una de ellas, la que parecía más pequeña, me estaba mirando. No sé qué me echó atrás, su mirada asesina o la persona que estaba detrás de ella. En la puerta acristalada del instituto, un chico me miraba fijamente. O eso creía. ¿Me miraba a mí? No, seguramente estaba concentrado en alguna de esas chicas que estaban justo enfrente. Pero, tendría uno o dos años más que yo, y era muy atractivo... De repente sentí una oleada de frío, un frío gélido que me provocó un escalofrío de pies a cabeza. Bueno, se detuvo en el cuello. ¿Por qué pasaba todo aquello? ¿Unas veces sentía calor y otras frío? Entonces sentí que todo se desvanecía, y solo quedábamos el chico misterioso y yo, era todo lo que podían ver mis ojos. Fue increíble. El chico comenzó a caminar hacia mí, despacio pero decidido.

Noté cómo cada vez me ponía más nerviosa ¿Me quería decir algo? No me creía capaz de entablar una conversación con él, no estaba preparada. Entonces se detuvo. ¿Qué estaba haciendo? Noté el calor en la nariz y las orejas, así que decidí escapar de allí. Giré a la derecha y empecé a caminar en dirección opuesta al grupo de chicas, que todavía seguía ahí. Pero el chico rubio me seguía con la mirada mientras caminaba. Todo era tan raro... Parecía un sueño. Me sentía capaz de volar con solo mirarlo. Di varios pasos, intentando escapar de él, pero en un abrir y cerrar de ojos se dio la vuelta y corrió hasta la puerta del instituto. Desapareció en el interior del edificio. ¿Qué demonios...? ¿Por qué se había ido de repente? ¿Por qué ahora y no antes? ¿Es que quería que le siguiese? No, no... No sería capaz. Aunque... No, no puedo espiar a alguien que me parece atractivo desde la primera vez que lo veo...

Y sin pensar, mis pies empezaron a caminar por sí solos, dirigiéndose a la puerta por donde había desaparecido el chico rubio. Me paré en seco. ¿Por qué no podía decidirme? Si entraba por esa puerta seguramente me lo encontraría escondido y esperándome para reírse de mí. Aunque, ¿por qué se iba a reír? No me he caído, ni tropezado, ni montado un numerito delante de cientos de adolescentes. Miré mis tenis blancos esperando no encontrarlos desatados. Vale, no había problema. No me caería por eso. Pero entonces, ¿qué iba a hacer? ¿Le seguía? Sintiendo casi demasiada curiosidad me dirigí al interior. Mi mayor error... En cuanto entré al instituto le vi a lo lejos, corriendo por un pasillo lleno de gente. Pero, parecía que nadie se daba cuenta de que estaba ahí. ¿Qué estaba pasando? Prácticamente iba empujando a todo el mundo...

Un momento... Nadie se giraba para quejarse o exigirle una disculpa por haberle empujado, simplemente se giraban buscando al culpable, y después seguían con sus asuntos. Pero, entonces eso significaba que... ¿Nadie le estaba viendo? Entonces, ¿por qué yo sí? Todo era tan raro... Empecé a correr hacia él, evitando perderlo de vista. Atravesé el pasillo sin hacer caso a toda aquella gente y llegué a unas escaleras. Iba a subirlas casi volando para seguirlo, pero... Él ya estaba esperándome. De pie, en el primer escalón, me miraba intensamente con esos ojos de un verde muy llamativo que tanta curiosidad me habían causado.

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