Inspirada en Larry y un ship llamado Sogolico.
Louis Tomlinson es un homofóbico y Harry Styles, su mejor amigo, está enamorado de él.
O donde Louis Tomlinson es novio de Harry Styles y tiene un padre homofóbico.
—¿Louis?— Anne alzó una de sus cejas y se sentó en el sofá al lado de su hijo. —¿Ese chico que siempre te tuvo loco, uh?— Harry se sonrojó notoriamente al instante. —Sí... Vendrá a casa en una hora...— Dijo cabizbajo, no le gustaba cuando lo veían sonrojado. La mujer pasó su mano por su cabello y asintió lentamente. —Está bien... Sabes que debo ir a trabajar, espero que se comporten y que no hagan nada indecente. —¡Mamá!— Harry levantó su cabeza y chilló para luego soltar una pequeña y ronca carcajada. —No digas esas cosas...— Murmuró arrugando su nariz, causando un poco de ternura en su madre.
Anne conoció a Louis cuando Harry comenzó a hablarle de él. Tenía miedo de que lastimara a su hijo, siempre fue muy sobre protectora, debía conocerlo. Siempre le pareció una buena influencia, un niño bueno. Siempre había tratado bien a Harry, incluso recordaba cuando le ayudaba con las tareas que no entendía. Pero sí que le sorprendió que Tomlinson se alejara de su hijo de un día para el otro sin explicación alguna. Harry cayó tan bajo, demasiado bajo. Sin saberlo, su hijo había sufrido depresión y anorexia. No lo supo hasta que lo vio llorando en el baño, lleno de vomito.
"—Harry... Debo ir a la tiend— Entró al baño, buscando a su hijo. Anne se calló antes de terminar la frase y abrió sus ojos ampliamente, sorprendida. Su hijo estaba contra la pared, restos de vómito yacían en todo su pijama, rostro y en el suelo. Se podía ver un leve color rojo en sus ojos, estaban más que hinchados. La mujer corrió hacia su hijo y se sentó a su lado, soltando un pequeño sollozo. Su mano fue hacia su frente para tomarle la temperatura pero al ver que no había rastro de fiebre, decidió preguntar qué estaba haciendo. —¿Q-qué hiciste, Hazz? ¿Te sientes mal? —Harry negó lentamente, sin fuerzas. Su piel estaba más pálida de lo normal y habían ojeras en sus ojos. ¿Cómo puede ser que nunca se dio cuenta de que él estaba pasando por algo tan tremendo como eso? —¿P-por... ¿P-por qué Lou me odia, m-mami?— La voz del rizado estaba quebrándose, hasta el punto de poder hablar en un hilo de voz, era horrible. Anne soltó un suspiro, dolida y mordió su labio inferior. —Tesoro... Mi tesoro, él no sabe valorar a sus amigos de verdad.— La castaña sintió que pequeñas gotas comenzaban a acumularse en sus ojos, amenazando con salir. —Pero yo fui un buen amigo... Y é-él no me quiso porque me gustan l-los niños.— Las lágrimas del pequeño Styles humedecían todas sus mejillas de forma instantánea, no iba a detenerse. —¿Por qué? ¿E-está mal q-que me gusten los niños?— El corazón de Anne estaba tan roto. Ella negó, soltando una pequeña risa y acercándose más al pequeño para besar la punta de su nariz. —Está perfecto, príncipe.—"
Anne se levantó del sofá luego de quitar aquellos recuerdos de su mente y miró a su hijo por unos segundos.
—Sólo... No hagan nada indecente, eso es todo lo que pido Harry.— Le miró por unos segundos más y luego se fue hacia su recámara.
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—Pov Louis—
Detuve mi auto en frente a una casa de dos plantas, colorida. Sus paredes eran amarillas, las rejas azules y las macetas llenas de flores eran de color naranja con lunares amarillos. Bajé de mi auto y caminé hacia las rejas para tocar el timbre, el auto de la mamá de Harry no se encontraba en la cochera y ésta estaba abierta, supuse que había salido. Luego de varios segundos un chico de cabello rizado abrió la puerta de la casa con una tímida sonrisa en su rostro.
Tierno.
El chico caminó a paso rápido hacia la reja para poder abrirla y recibirme con un fuerte abrazo. Las manos de Harry estaban alrededor de mi cuello y mis manos sobre su cintura, lo apretaba contra mi cuerpo como cuando hablamos en el baño. Acaricié su cintura de forma lenta y cálida y luego me separé de él, regalándole una de mis mejores sonrisas.
—¿Puedo entrar, Harry?— Murmuré soltando una carcajada. Ya habían pasado algunos minutos y el chico aún me tenía allí afuera. Él asintió, soltando también una carcajada. Sus manos se posaron sobre la reja y antes de seguir caminando dentro de la propiedad, Harry se detuvo y miró el color azulado de éstas por unos largos segundos. —Es como el azul de tus ojos, Lou.— Soltó una risa tímida y volteó su cabeza para verme, asentí al instante. Tenía razón, no me había dado cuenta de eso antes. El chico siguió caminando y lo seguí dentro de su casa, era acogedora. El diseño de las paredes era diferente al que se muestra en el exterior. Un cálido marrón, cercano al bordó decoraba todas las paredes de la sala principal. Los sofás eran grises, bonitos. El suelo era negro. La mayoría de las veces el negro en una casa daba la impresión de tristeza... Esta vez no. Aún todo era acogedor, todo dulce y suave; como Harry. Era todo tan ordenado, diferente a mi casa. Me senté en uno de los sofás y Harry se paró a unos pasos lejos de mí, frunciendo su ceño. —¿Quieres algo de comer o beber? Mi mamá hizo algunos refrigerios para que no tuviéramos hambre... —Las mejillas del rizado se tiñeron de rojo y yo asentí, viendo aquellas mejillas de tono rojo como si estuviera alabándolas o algo así. Supongo que Harry pudo ver que estaba embobado y que por eso se fue de la habitación principal balbuceando cosas que no podía entender.
El chico regresó a la habitación con una bandeja; habían tostadas sobre un plato, dos tazas de café y un poco de mantequilla para las tostadas. Dejó estas cosas sobre la mesa y luego se sentó a mi lado. Antes de que se sentara junto a mí, sentía que el aire estaba frío, como si no hubiese color. Cuando él se sentó a mi lado me inundó con ese típico olor a vainilla suyo. Lo miré y sonreí amplio, agradeciendo. —¿Vainilla, uh?— El oji verde asintió y llevó una de sus manos hacia la mía, la tomó y la colocó sobre sus rizos. Vaya, sí que sabe lo que me gusta. Años atrás, mi cosa preferida en el mundo era los rulos de Harry. Siempre los acariciaba, en cualquier lugar. El chico soltó un ronroneo al sentir que mis manos masajeaban su cabello lentamente siendo... cuidadoso.
—Recuerdo cuando solía hacer esto.— Murmuré, viendo el rostro de Harry calmado, relajado. Sus ojos se cerraron y comenzó a morder su labio inferior de manera leve por lo que sonreí, sabía que le encantaba. —Te encanta...— Murmuré nuevamente, intentaba ser pacífico como él. Iba a seguir masajeando su cabello, pero su tímida voz me interrumpió; dejándome helado.
—Tú me encantas.
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Dejo esto acá porque... Bueno, porque quiero dejarles la intriga y que sufran como yo sufrí con muchos fics que hacían esto.