13. "Eleanor"

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Ya había pasado una semana desde el último encuentro de Louis y Harry. Aquél día cuando Lottie y Harry se besaron los dos chicos se distanciaron un poco. Louis ya no se sentaba con ellos en los recesos, ya ni siquiera les hablaba y si lo hacía era para saludarlos y nada más.

Louis era consiente de que Lottie había hecho aquello a propósito. Es decir, la chica nunca mencionó sentimientos hacia el rizado, sólo lo hizo para joderle. Se supone que Louis debería confiar en Harry, el rizado le expresó sus sentimientos pero aún así dejó de creerle cuando lo encontró besándose con su hermana menor. Aquello de verdad lo había destrozado. Y pensar que se le iba a declarar a Harry.

—Buenos días mamá y Fizzy.—

La familia Tomlinson se encontraba en el comedor, desayunando. Lottie también estaba allí pero Louis no tenía ganas de saludarla, estaba bastante cabreado con la menor como para dirigirle la palabra.

—Buenos días, Louis.—

Jay le sonrió y le pasó su tazón de cereales y leche a Louis para que comenzara a desayunar o llegaría tarde al instituto, como pasaba la mayoría de las veces. A veces tenía la impresión de que su hijo quería dejar el instituto... Pero no lo creía capaz de tal barbaridad.

—Gracias, se ve bien.—

El oji azul acomodó el tazón frente a él y comenzó a comer. En la noche no habría cenado nada ya que estaba un poco cansado, todo el día estuvo fuera de su casa sin hacer nada. Sólo se mantuvo sentado en el parque, pensando y viendo a las personas ser felices. Se devoró todo en pocos minutos y se ganó una pequeña carcajada de Felicite.

—Qué hambriento, Lou.—

El nombrado levantó su cabeza y la miró por unos segundos, fulminándola con la mirada. Sí, estaba bastante hambriento pero ya se acostumbraría a estarlo, su vida era una miseria. Ni siquiera le quedaban ganas de comer.

Es decir, ¿Qué tiene de bueno ser homosexual y vivir con un padre homofóbico? Dios, a él le encantaría gritar que es homosexual, le encantaría el apoyo de su familia pero lamentablemente no lo tendría nunca. Eso no es vida.

—Sí, ayer no quise cenar y me quedé con algo de hambre.—

Su estómago rugía, necesitaba más pero lo ignoró. De verdad necesitaba acostumbrarse a alejarse de su familia y pasar fuera de su casa y a veces en su cuarto donde nadie le molestaría ni siquiera para llevarle comida. Tenía que afrontar la verdad de su vida, tenía que asumir la realidad y darse cuenta de lo mierda que era todo.

—Oh, espero que no suceda lo mismo hoy, Louis. Cuando llegues de la práctica de Fútbol te estaremos esperando con la cena. Y espero que te comportes, tu padre regresa de su viaje de negocios hoy y sabemos que estará bastante cabreado.—

Asintió a las palabras de su madre. En realidad, cuando llegara de su práctica de Fútbol treparía el árbol de su casa y entraría a su habitación. Luego simplemente gritaría para anunciar su llegada y que no bajaría a cenar con una típica excusa de "me duele el estómago, lo siento" y todo estaría bien. Podría estar en paz, cerraría la puerta con seguro y escucharía música hasta dormirse.

—Me voy... Llegaré tarde si no me voy ahora. Las veo luego.—

El chico se levantó de la silla y tomó su mochila. Salió a paso apresurado sin darle un abrazo a su madre y se encaminó hacia el instituto.

¿Por qué su vida debía ser tan... Cruel? ¿Por qué él tenía que pasar por aquello? No era una vida digna para él. ¿En qué estaba equivocado? ¿Alguna vez hizo algo tan malo como para merecer esa mierda que recibía todos los días de parte de su familia?

Tomó su celular y se colocó los auriculares mientras buscaba el playlist que había añadido ayer en su música. Al encontrarlo comenzó a reproducirlo y siguió caminando, ahora con un poco más de ánimos. Al ver el instituto desde donde estaba caminó más rápido, intentando no demorar más.

Su curso ya estaba en clase y al abrir la puerta todas las miradas fueron hacia él y no pudo evitar rodar los ojos. Mientras caminaba una chica de cabello castaño le sonrió de forma coqueta para seducirlo y lo único que hizo fue echarle el dedo discretamente para que el profesor no lo viera y le sumara más reportes de los que ya tenía. Le habría prometido a su madre que tendría un buen año y un buen futuro, no podía decepcionarla ganándose una expulsión.

Él no había reconocido a la chica que le había sonreído, por lo que al llegar a su asiento comenzó a buscar a la chica hasta encontrarla. Tenía ojos verdes, cabello largo hasta la cintura con leves e indefinidos rizos. Se preguntó su aquella chica era nueva porque nunca la había visto.

Para su suerte, la clase aún no había comenzado. El profesor se paró y comenzó a hablarle a los alumnos.

—Alumnos, alumnas, hoy se integra a nuestro grado una nueva alumna. Señorita Calder, preséntese por favor.—

El anciano calvo se sentó y le hizo una seña a la castaña para que se animara a pasar al frente para presentarse.

—Hola... Mi nombre es Eleanor. Eleanor Calder. Vengo de otro instituto, en el anterior me expulsaron por casi matar a una chica a golpes.—

Ni Eleanor ni los alumnos pudieron evitar soltar varias carcajadas en el asunto pero el profesor hizo que se callaran al instante. Louis también rió, aquella chica parecía interesante. ¿Por qué no lo sería? No tenía actitud arrogante como las demás, tampoco vestía de forma provocativa y aquello era aliviador, no era puta.

—Espero que quieran ser mis amigos, me gustaría integrarme rápido aquí. Pasar recesos sola no es algo agradable.—

La chica se sentó en su lugar y miró hacia atrás, miró a Louis. Ella se había percatado de que el chico la había estado mirando de forma fija durante toda su presentación y aquello le pareció lindo. Louis desvió su mirada cuando la chica lo miró y oyó su risa desde donde estaba sentado.

...

—Hola.—

Eleanor se sentó en la misma mesa que Louis, estaban en el receso. Dejó su bolso a su lado y su bandeja en frente a ella.

—Hey, puedes sentarte si gustas, no hay problemas.—

Louis le sonrió y la chica asintió, regalándole también una tierna sonrisa.

—Louis... ¿Verdad? Mucha gente en el curso me habló de ti, se ve que te quieren.—

—Sí, Louis. Y dudo que me quieran...—

El oji azul soltó un suspiro y la castaña mordió su labio inferior.

—Lo siento, no era mi intención...—

—Descuida, nunca lo es. En fin, ¿Estuvo bueno tu primer día aquí?—

—Oh, sí. Conseguí integrarme rápido, se interesaron mucho por mí.—

Louis asintió y tomó en su mano la lata de jugo que tenía en su bandeja, escuchando a la castaña hablar.

—Por las dudas, no me expulsaron por casi matar a una chica a golpes.—

—¿Uh?—

El oji azul alzó una de sus cejas y dejó de beber de su jugo. ¿La chica había mentido para ganarse la atención de sus nuevos compañeros?

—Mentí, no quería que me vieran como una chica aburrida en mis comienzos.—

—Eh... No pareces alguien aburrida.—

Se encogió de hombros y Eleanor le sonrió, en modo de agradecimiento.

—Muchas gracias, Louis. Pero ya sabes, me han dicho que no soy como las otras chicas de aquí. No uso esa clase de ropa... Sensual, ya sabes. Tampoco me comporto rebelde, no hay nada interesante que rescates de mí.—

—A mí me pareces interesante. No hallo nada de bueno en las putas, qué te digo.—

La castaña soltó una risa.

—Eres divertido, me agradas.—

—Y tú a mí, Eleanor.—

La chica tomó su sándwich y le dio una gran mordida.

—Lo siento, estoy hambrienta. Mis padres no suelen darme dinero para el receso.—

—No importa, comprendo lo que dices. Los míos... Bueno, mi padre, no se preocupa mucho por mí. Mi madre es un caso perdido, me trata como a un niño pequeño.—

—Me pasa con mis dos padres. Suelen pasar todo el tiempo en viajes de negocios...—

—El mío también.—

—Tenemos mucho en común, Louis.—

Sonrieron ampliamente.

—Mucho, Eleanor.—

...

De camino a la práctica de fútbol, Louis decide no entrar a la cancha. El castaño pensó que sería mejor idea quedarse en la calle a descansar, a librarse un poco de su vida. 

Y ahí estaba otra vez escuchando el playlist en su celular. La gente pasaba por su lado, lo miraban. Algunas miradas eran con desprecio, otras normales y las demás compasivas.

"¿Ahora un adolescente no podía descansar porque era tomado como un vagabundo? Vaya idiotez la del mundo."
Pensaba Louis cada vez que alguien le miraba con desprecio. No entendía las miradas comprensivas y no querías interpretarlas de ninguna forma.

De repente, algo caminando encima de él hizo que bajara su mirada hacia sus piernas. Un gato estaba acurrucándose encima de él. Mordió su labio inferior y pasó su mano por el pelaje del minino, aquello era muy bonito. Era gris y sus ojos eran verdes, se le hacía muy tierno. Podía ver que el animal estaba temblando y se decidió por quitarse su gorro de lana y meter al gato allí, quizás dejaría de tener frío. El gato también estaba algo... Demasiado desnutrido. Se levantó de la banca donde estaba sentado y comenzó a caminar rumbo a su casa. El sol estaba ocultándose y las calles eran muy peligrosas a esas horas. De igual forma se detuvo en una tienda para comprar algo de leche y comida para gato, se quedaría con el animal.

—A partir de hoy te llamarás Zeus, cariño. Y serás mi mejor amigo.—





Hola, bebés

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Hola, bebés. ¿Cómo están? Yo estoy perfecta.

Debo decirles que me ha encantado escribir esto y que lo he borrado y re escrito varias veces ya que ninguna versión para este capítulo me convencía pero me decidí por esto.

¿No les parece tierno que Louis tenga una mascota para librarse de todo su dolor? hsdfhdh.

¿Y VIERON A LOUIS CON TRAJE EN LA GALA DE NO SE QUÉ? OMG HSABFJHDKJHGJFH SE VEÍA TAN BEBÉ, TAN FELIZ Y CASI MUERO. PERO BUENO, VAMO A CALMARNO. Es que soy Louis girl y me encanta verlo feliz, sdhfkjdsg. Además nO ESTABA CON OLI, NI FREDDIE NI DANIELLE Y ES TAN SAJDHASHJHDSKGJ LIBRE. Bueno, mucha emoción por hoy.

Nos vemos en la próxima actualización, bebés.

Merci, Shaya.

Broken. → Larry Stylinson. #lgbtespañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora