He aquí, el maratón de 2 partes de Broken, disfrútenlo.
...
"Somos adictos a lo que nos hace daño."
Sabes que puedes cerrar los ojos a las cosas que no quieres ver, pero no puedes cerrar tu corazón a las cosas que no quieres sentir. Puedes evitar verlo, pero no puedes evitar sentirlo. Puedes cerrar los ojos y dejar de ver el dolor, pero nunca dejas de sentirlo en el corazón. Así eran ellos.
Aún seguía lloviendo fuera del automóvil de Louis y Harry y él seguían dentro, besándose.
Louis lastimaba tanto a Harry como Harry a Louis. Ellos se lastimaban tanto, se herían a cada segundo, hicieran lo que hicieran. Y aún así seguían queriéndose.
El oji azul movió sus labios contra los del rizado, con miedo de que el otro se separara. Estuvieron con un movimiento lento de labios por algunos segundos y luego se separaron en busca de aire. Las mejillas de Harry estaban totalmente sonrosadas y sus ojos contenían un fuerte brillo.
—Harry...—
Louis comenzó, mordiendo suavemente su labio inferior.
—Yo lamento todo lo que pasó... Yo nunca quise lastimarte...—
—Dijiste lo mismo la última vez, Louis. Habla con la verdad, habla con sinceridad.—
Sollozó el rizado, refregando su mano contra uno de sus ojos para quitar los restos de lágrimas que allí quedaban.
—Estoy hablando sinceramente, de corazón. Harry, créeme, nunca fue mi intención lastimarte. Y hablo de todas esas veces cuando te hice sentir menos, cuando te traté mal y hasta cuando te dejé por segunda vez. ¡Pero tú también me lastimaste!—
Harry levantó su mirada y negó. ¿Lo había lastimado...? ¿Louis decía algo cierto?
—¿Cómo es que yo te lastimé si el que me ha dejado fuiste tú, Louis?—
Lo miró soltando un pequeño bufido, metiendo sus manos en sus bolsillos.
—Besaste a mi hermana. Harry... Me dijiste que te gusto... ¡¿Y de un día al otro dejas de sentir algo por mí y besas a mi hermana?!—
—¿Q-qué? Yo... Fue ella...—
Murmuró, sintiéndose débil cuando Louis comenzó a gritarle.
—¡Juegas conmigo, Harry! ¡No puedes simplemente decir una cosa y hacer otra!—
—¡Yo no juego contigo, estás equivocado! ¡Me encantas Louis Tomlinson! M-me encantas... ¡Y-y fue ella quien me besó y no dejó que me separara!—
Harry se rompía siempre, no podía evitarlo. Louis lo miraba expectante desde su asiento, sin saber qué decir.
Harry se volteó y recostó su cabeza contra su asiento, dirigiendo su mirada al paisaje. Llovía y parecía que nunca se detendría.
—Pov Harry.—
Me sentía tan débil. Tan débil, tan inseguro. Inseguro, por el simple hecho de que no sabía si Louis jugaba conmigo o no. Triste. Triste por pelear con el chico de mi sueños. Frustrado. Frustrado porque él no me creía. Enamorado. Enamorado de Louis Tomlinson.
Cómo me encantaría volver a ser un infante, volver a ser feliz. Volver a aquellos tiempos donde solo me preocupaba si Anne no volvía a la escuela para recogerme. Aquellos tiempos donde podía ser yo, podía expresarme libremente sin un montón de personas encima de mí intentando ayudar en algo que no les incumbe. Como me gustaría volver en el tiempo para cambiar todo y no haber conocido a Louis Tomlinson, el chico que arruinó todo en mi mundo.
Entrelacé mis huesudos dedos sobre mi regazo y cerré mis ojos mientras escuchaba el motor del auto de Louis encenderse. Ojalá me lleve a mi casa para poder llorar sin avergonzarme. Cuando me encerraba en mi habitación todo era más fácil, allí aún había un poco de ese antiguo y infantil Harry. Aún habían algunos dibujos de arcoíris en mis paredes, algunos animalitos de peluche que me habían dado en varios cumpleaños y una colección entera de stickers de arcoíris. Me gustan los arcoiris. Bueno, me gustaban. Solía verlos luego de una tormenta, generalmente le tenía miedo a estas y ver un arcoíris luego de la tormenta me calmaba. Ahora para mí ya no sale el arcoíris, y la tormenta nunca acaba. Es una constante llovizna llena de penas que me acompañan para no dejarme llorar solo. Ahora suelo abrir las cortinas cuando comienzo a llorar y veo la lluvia, lloro con ella y ella llora conmigo, somos una mutua compañía. Mis cortinas amarillas siempre acaban en el suelo cuando las corro para ver la lluvia, ya que tanto es el entusiasmo por sentirme acompañado que las lanzo al suelo. Aunque ya no están amarillas, tienen algo de polvo por lo viejas que están y por todo el tiempo que pasan en el suelo por mi culpa. Oops.
Sentí una mano sobre la mía y con rapidez giré mi cabeza, Louis intentaba tomar mi mano mientras conducía. Negué rápidamente y pude ver que hacía un puchero. Solté un gran bufido mientras mantenía al chico en mi mirada y me deshice de mi agarre de manos propio y tomé su mano fríamente. Mis manos eran tan huesudas que daban la impresión de frialdad, la impresión de soledad. Todo mi cuerpo es así y es lo que me representa, y no me tomo en cuenta el rechazo hacia mí por ser tan... Flaco.
Mi piel blanca está cada vez más pálida y las ojeras negras bajo mis ojos se notan cada vez más, me gustan, hacen buen juego con los moretones que tengo en uno de mis brazos. Siento unos labios finos contra mi seca piel y enseguida me muevo, haciendo una mueca de disgusto.
—Aléjate, Louis.—
Fue lo que logré decir para luego cerrar mis ojos nuevamente. Intentaba ignorarlo lo más posible aunque se me hacía difícil. Louis se alejó de mí y oí su pequeño sollozo a la perfección. Me dio algo de pena pero debía contenerme. Mis dientes retuvieron mi labio inferior entre ellos y luego lo soltaron, haciendo que soltara un jadeo de dolor.
—¿Sucede algo?—
Su ronca voz me hace perder los sentidos en su totalidad. Mi cabeza estalla cada vez que lo oigo hablar. No puedo negar que su voz es la más hermosa que he escuchado en mis cortos dieciséis años.
—No, no te preocupes.—
Abrí mis ojos rápidamente y mi mirada se desvió hacia él al ver que no estábamos en el camino de mi casa, si no en el camino de la suya. Fruncí mi ceño al instante y comencé a negar. No podía obligarme a estar en su casa.
—Quiero ir a mi casa, esta es tu casa.—
Dije cuando él detuvo el auto en frente a su residencia. Una casa blanca, con decoraciones florales por fuera. Flores amarillas para ser más exacto, que combinan con los árboles de limón que hay a los costados de la casa pero que aún así se pueden notar desde lejos. Recuerdo que Jay siempre nos daba algunos cuando ya estaban listos para usarse, siempre los utilizábamos para hacer limonada. Podíamos pasar días bebiendo limonada, sin duda con aquellos limones quedaba espectacular.
—Lo siento, Harry. Necesitamos hablar.—
Sus palabras atravesaron mi cabeza, mi corazón, mi alma y mi cuerpo como una rápida espada. ¿Qué quería ahora? Mi cabeza daba vueltas en ese momento. Aún así me relajé y seguí admirando aquella casa, habían pasado años sin estar allí y rezaba porque ninguna persona estuviera dentro, no quería que nadie más me viera; los Tomlinson me odian y está muy claro y no necesito que una familia me arruine el día aunque técnicamente ya está arruinado.
—Como digas.—
No me resigné. Sabía que si me resignaba Louis insistiría todo el día y toda la noche hasta que aceptara hablar con él. Mi mirada se desvió y fue hacia las flores que habían allí. Eran nuevas, pues no recordaba haberlas visto allí antes. Sí, en definitiva se veían nuevas y lo eran. Aún no eran muy grandes, tenían un tamaño mediano y estaban en una gran maceta blanca todas juntas. Jay es como mi madre, le tiene una gran adoración a las flores y a la buena decoración. Louis se bajó del auto y yo seguí dentro, en mi mundo, pensando y viendo las nuevas cosas de la casa Tomlinson. El oji azul me abrió la puerta y salí a pasos rápidos hasta el portón. No podía abrirlo, tenía cerradura. El mayor se adelantó y me abrió el portón para que entrara. Se comportaba como un caballero, pero sin dudas no caería en aquél sucio juego que planeaba.
—No recuerdo esas flores...—
Murmuré apuntando a las flores amarillas que había estado mirando desde hace ya un buen rato. Le miré, esperando a que respondiera. Él se dio vuelta ya que aún seguía caminando y llevó su mirada hacia donde yo apuntaba.
—Mi madre las compró hace una semana.—
Asentí, como si estuviera tomando nota de aquello. Louis no se veía frustrado, confundido ni nada de eso y tal cosa me sorprendía, acostumbraba a estar mal cuando peleábamos, o al menos eso recordaba yo de su infancia. Pero Louis cambió y yo apenas asimilaba aquello. Luego de entrar a la casa —que por cierto tenía todo como antes— me senté en el sofá de la sala y le esperé, estaba en la cocina sirviéndose algo para beber, y algo para mí también. Mi garganta estaba completamente seca y necesitaba beber algo, lo que fuera.
—Aquí tienes, Harry.—
Me sacó de mis pensamientos y dejó el vaso de vidrio con gaseosa sobre la mesa, en frente a mí. Lo agarré y comencé a beber sin detenerme. Santo Dios, qué gran alivio, mi garganta volvía a ser normal por fin.
—¿Y de qué querías hablar?—
Le pregunté mientras veía a mi alrededor. La casa estaba repleta de cuadros familiares que ya había visto pero que no recordaba mucho. Mi mirada se detuvo en uno muy particular; Danielle tomando la mano de Louis y Louis besándole la frente. ¿Por qué no me sorprendía que él aún guardara aquello?
—De nosotros.—
Mi mirada fue hacia él y mi ceño se frunció. ¿De "nosotros"?
—Querrás decir de ti y de mí, aquí no veo ningún "nosotros" Louis.—
Le hablé con sinceridad. Intentaba ser lo más realista posible con él y sobretodo conmigo, no quería volver a la misma ilusión de siempre que me dejaba partido a la mitad.
—Esto no puede seguir así, y solo hay una forma de arreglar todo esto que está sucediendo entre tú y yo. Tú me dijiste, confesaste, que te encanto. Que te gusto. ¿Cierto?—
¿Adónde quería llegar con esas cosas? ¿Quería dejarme en ridículo?
—Sí, cierto. ¿Adónde vamos con esto? No tengo mucho tiempo.—
Louis, quien estaba sentado en el sofá en frente a mí se levantó y se sentó a mi lado. Rodé mis ojos y me acomodé de costado para poder verle bien.
—Luego de haberlo pensado. Luego de haber dejado la jodida confusión que tenía puedo decir que tú también me gustas, Harry. Creí que podría ocultar este sentimiento hacia ti pero me es más que imposible. Cuando te vi besándote con Lottie sentí un nudo en mi garganta, sentí que estaba siendo reemplazado y que alguien se estaba ganando el premio que yo ya había perdido. Se sintió horrible. Y no quiero que vuelva a suceder. No quiero volver a verte besándote con alguien más, no quiero sentir ese maldito nudo en mi garganta nuevamente. Estas palabras eran como cemento en mi cabeza, pesaban demasiado y ahora al confesar todo me siento libre.—
Estaba en shock. ¿Le gustaba de verdad a Louis Tomlinson?
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Broken. → Larry Stylinson. #lgbtespañol
FanfictionInspirada en Larry y un ship llamado Sogolico. Louis Tomlinson es un homofóbico y Harry Styles, su mejor amigo, está enamorado de él. O donde Louis Tomlinson es novio de Harry Styles y tiene un padre homofóbico.