2. "Bianca, mi nueva amiga."

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—Mami... ¿Es normal que sienta cosquillitas aquí?— Harry tocó su estómago, haciendo un pequeño puchero.
—Sí bebé. Es tu primer día de escuela, es normal que sientas cosquillas en tu estómago.— La señora soltó una tierna risa por la inocencia de su pequeño hijo.
—¿Qué es normal?— El rizado frunció su ceño y arrugó su nariz, siendo curioso. La mujer lo pensó por unos momentos.
—Bebé, no puedo decirte lo que es normal y lo que no. De eso aprenderás cuando seas más grande.— Anne hacía bien. Si le daba un mal significado a "normal" como algunos padres acostumbran, Harry sería, posiblemente un abusador, un patán. Así como su ex esposo.
—Está bien, mami.— Sonrió ampliamente. Los hoyuelos del pequeño se marcaron y Anne hundió uno de sus dedos en uno de ellos, haciendo que Harry suelte una carcajada. Bajaron del auto y caminaron hacia la entrada del instituto. Habían muchos niños pequeños llorando sin querer despedirse de sus padres. Harry no quería hacer eso, no quería que lo vieran débil. Su madre le había enseñado a ser fuerte por lo que sólo se limitó a hacer un pequeño puchero que su madre quitó al abrazarlo de manera cálida.
—Pórtate bien, Hazzy. No hagas ninguna locura, ¡Haz nuevos amigos, es mejor!— Su madre literalmente chilló. No podía ocultarlo, era el primer día de escuela de su bebé. Harry asintió y terminó el abrazo para luego alejarse junto a su mochilita celeste de rueditas a paso rápido ya que el timbre había sonado.

En la clase no había nada extraño. La mayoría eran niñas, todas muy tiernas. Algunas rubias, otras castañas y hasta una pelirroja. Esta tenía la cara llena de pecas, a Harry le pareció muy tierna.

—¡Hola!— Chilló Harry hacia la pelirroja. Esta volteó y sonrió de lado, agitando su mano como un saludo.
—Hola, ¿Cómo te llamas?— Ella preguntó mientras tomaba asiento junto al rizado en unas sillas bajas de color amarillo.
—Me llamo Harry, ¿Y tú?— Él dejó su mochila debajo de la mesa y también dejó la de su compañera de banco para que no se quedara regada en el suelo y pudiera ensuciarse.
—Bianca. Oye, me gusta tu nombre. ¡Y tus rulos!— Llevó sus pequeñas manitas al cabello de Harry y lo despeinó rápidamente, soltando pequeñas carcajadas, contagiando al rizado.
—¡También me gusta tu nombre! ¡Y tus pecas, y tu cabello rojo!— Rió otra vez.

Una chica de igual estatura que la pelirroja se acercó. Tenía el cabello castaño, casi negro. Unos ojos verdes obscuros, lejos del tono de Harry. Se sentó al lado de la pelirroja y vio la escena con ternura.

—¿Son novios?— Ella preguntó de la nada, entrando en el mundo de los dos niños.
Ellos voltearon a verla, no se habían dado cuenta de su existencia hasta oírla hablar.
—¿Qué?— La chica preguntó, confundida.
—¿Qué es un novio?— Harry hizo un puchero, sintiéndose estúpido al no saber nada.
—Los novios consisten en una parejita de un niño y una niña que se quieren muchito y se lo demuestran con besitos. Ustedes parecen novios.— Ella sonrió ampliamente. —Por cierto, me llamo Danielle.
—¡Yo Harry!— Chilló el rizado.
—¡Y yo Bianca!— La pelirroja lo imitó, causando que Danielle riera sin parar.
—¿Y tú tienes novio, Danielle?— Bianca preguntó, arrugando su nariz.
—Sí, se llama Louis. Es un grado más grande que nosotros.— Ella suspiró, embobada.
—Esperamos conocerlo.— Harry y Bianca dijeron al unisono, causando más risas de parte de los tres niños.

La clase transcurrió normal, todos debieron presentarse. No hubieron inconvenientes, realmente todos los niños parecían amigables desde el punto de vista de Harry y eso era suficiente para él.
A la hora del receso, se juntó con Bianca y Danielle.

—¿Qué tienes para la merienda, Bianca?— Harry echó un vistazo a la lonchera rosa de su nueva amiga. —Una barra de cereal con frutitas dentro, un yogurt y un plátano, ñam ñam.—  Sonríe ampliamente. Bianca levantó su mirada y sacó con sus pequeñas manitas una barra de cereal, un yogurt y un plátano. Los dejó sobre la blanca mesa y luego miró a Danielle.
—¿Y tú qué comerás?
—Yo estoy esperando a Louis. Mi mami no tiene mucho tiempo para hacerme una merienda, entonces me da dinero para que compre cosas en la cafetería. Louis fue a comprar algo para los dos.
—¡Conoceremos a Louis!— Harry chilló, golpeando su manita contra la mesa. —Ouch...
Bianca tomó la manita roja de Harry y la besó cortamente aunque sabía que no sanaría.
—Espera, ¡Tu manita tiene polvo blanco de la mesa!— Danielle soltó una carcajada contagiando a los demás chicos en esa mesa.
—Blanco me suena a Bianca.— Dijo Harry, soltando una risita casi inaudible.

Un niño un poco más alto que Harry se sentó al lado de Danielle. Tenía en sus manos un jugo de naranja y un sándwich, aparentemente de crema de cacahuete y jalea roja. Llevó su mirada a todos los presentes, sonriendo a todos. Cuando su mirada fue a Harry, éste se heló. Los ojos azules de Louis se clavaron en él, no supo cómo reaccionar.

—¿Tú eres L-louis?— Fue lo único que se le ocurrió decir para salir de shock y no quedar como un idiota. Louis asintió mientras dejaba la comida de su novia en la mesa.
—Así es, soy Louis. ¿Ya conocen a mi novia, Danielle?— Preguntó, tomando la mano de su chica.
—Sí... Nos contó de ti...

Es muy lindo... ¡Es muy lindo!

Pero Harry.... Es un chico...






Hola. Bienvenidos a este nuevo fic. Quiero decirles que esta historia es completamente mía. Segundo, que los primeros capítulos serán cortos ya que los demás serán muy largos y no quiero nada excesivo para ustedes. Y que pueden pedirme dedicaciones cuando quieran, con gusto les dedicaré capítulos.


Merci, Shaya.

Broken. → Larry Stylinson. #lgbtespañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora