12. "¿Qué es esto, Harry?"

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Y antes de comenzar con el capítulo quiero agradecer a las chicas que siempre comentan los capítulos pidiendo más e insultándome por avanzar tan rápido tanto en las edades de los chicos como en las relaciones que éstos tienen. Las amo aunque sean unas locas, síp. No las hago esperar más, aquí tienen la nueva actualización de Broken. Disfrutadla, chicas. No os olvidéis de votar, hacedlo por mi acento español.

...


Debía admitir que Harry se sentía pésimo en ese momento. Louis y Lottie ya se habían ido de su casa y habían dejado a un confuso Harry solo, sin saber qué hacer. ¿Por qué Louis había reaccionado tan mal? Aquello que le había dicho le había dolido tanto. ¿Era necesario decir que no son nada? ¿De verdad lo era? Louis tenía más que claro que Harry le quiere y aún así le echa en cara que no corresponde a sus sentimientos.
Se siente tan mal. Tiene un gran vacío en su pecho, en todo su cuerpo si es capaz de decirlo. Sólo le falta Louis.

Se sentó en una silla en frente al escritorio de su cuarto, tomó su cuaderno junto a una pluma y comenzó a escribir algo que nunca le daría a Louis, algo que no l serviría de consuelo alguno y que lo seguiría destruyendo. ¿Pero es que acaso sus poemas lo ayudan en algo?... ¿Lo consuelan?  No, pero una pizca de dolor más no es nada...

"Louis... ¿Por qué no me quieres? Por ti lo intenté todo y muchas veces, incluso cuando mis miedos eran más fuerte yo iba a por todas con ellos por ti. Incluso ni siquiera pensé en decirle a mi madre lo enamorado que estaba de ti, y lo enamorado que sigo de ti, aún sabiendo que ella podría reaccionar peor de lo planeado. Pero dime que me amas y que sólo conmigo te sientes cómodo, prefiero que me mientas a tener que afrontar la realidad de vivir sin tu cariño, de vivir enamorado del hijo de un homofóbico que siempre hará lo posible para alejarnos. He vivido con tu herida por más de dos años, ¿No ha sido suficiente ya? ¡Por favor, al menos miente sobre tus sentimientos hacia mí! ¡Haz como si yo te importara de esa manera! Por favor..."

Luego de acabar contempló la hoja en frente a él y dejó que una pequeña lágrima cayera sobre ésta.
Tomó su celular y le marcó al Bianca, hace días no hablaba con ella y la necesitaba. Luego del tono de llamada, una voz ronca atendió el celular.

—¿Hola?— Bianca tosió un par de veces intentando aclarar su voz. Se le notaba un tanto enferma. Harry comenzó a dibujar garabatos del otro lado de la hoja en donde había escrito aquello para Louis y arrugó su nariz.
—¿Estás enferma, Bian?— Preguntó un tanto chistoso. Oyó un gruñido del otro lado de la línea y comprobó que sí, Bianca estaba enferma. Harry tomó la hoja y la arrugó, luego la lanzó al suelo y agachó su mirada.
—Un tanto resfriada... ¿Tanto se nota?— Harry asintió aunque la pelirroja no pudiera ver que lo hacía y respondió con un suave "sí", para luego dejar su pluma a un lado del cuaderno y caminar hacia su cama para recostarse. —¿Para qué llamas? ¿Ha sucedido algo?— El rizado suspiró triste y ella hizo un sonido de dolor. —Vamos, Hazz. Cuéntame.— Del otro lado de la línea, la pelirroja estaba viendo hacia su computador, decidiéndose por qué canción reproducir.
—¿Recuerdas que te comenté que hoy Louis vendría a mi casa? Estaba muy nervioso porque le dije que me encana, no sabía si vendría normal o si vendría a hablar conmigo sobre lo del otro día.— Hizo una pausa y tragó saliva, la pelirroja mordió su labio inferior y asintió.
—Sí, recuerdo que me dijiste eso. Y aún no puedo creer que le hayas confesado que te gusta, Harry.— Se decidió por "Hymn for the weekend" de Coldplay y esperó a que Harry acabara lo que tenía que contarle para no interrumpir con su música. —Aunque me pareció demasiado valiente de tu parte. Le dijiste aún sabiendo que él no puede mantener nada contigo. Pero no te lo digo como un regaño, ni para ser mala... Sabes que no pueds meterte en un cuento de hadas que tiene muy pocas posibilidades de ser real. No estoy diciendo que lo suyo es improbable, sólo que tiene pocas posibilidades, pero tanto yo como tú no debemos perder esperanzas.— Harry soltó un corto suspiro después de oírla y siguó hablándole.
—Lottie trajo a Louis porque ella quería conocerme. Ella ya me conoce pero creo que no me recordaba. Ya sabes, hace mucho nadie de la familia de Louis me ve y era posible que no se acordara de mí. Bien, ese no es el caso. En un momento Louis se fue de la sala en la que estábamos charlando los tres para ir al baño y Lottie se abalanzó sobre mí y me besó. Juro que... Intenté separarla de mí pero me fue imposible. La chica me estaba apretujando contra ella y ya sabes, soy muy débil y ni siquiera tengo fuerza.—
—¡¿Qué?! ¿Lottie te besó?— Mordió su labio inferior, intentando no gritar aunque ya lo había hecho. Estaba furiosa. Cerró su computador de golpe, haciendo que el ruido se oiga del otro lado de la línea y Harry se sobresalte, volviéndose un tanto nervioso; más de la normalidad.
—Sí... Ella me besó, Bianca. Quise detenerla... Pero eso no es lo peor...— Bajó su mirada y tomó la almohada bajo su cabeza para ponerla en su pecho y apretarla contra él.— Louis salió del baño en el momento... Y... Ella seguía besándome...—
—¡No es posible, Harry!— La pelirroja saltó de la cama donde yacía sentada hablando con el chico y comenzó a caminar de un lado a otro, mordiendo una de sus uñas y haciendo muecas de asco ya que la pintura de sus uñas no era bastante buena para su gusto.
—Intenté explicarle y él me dijo q-que... Él me dijo... Y dolió...— El rizado no se había percatado de las lágrimas que mojaban sus mejillas. Los sollozos del chico se oían desde la otra línea y eso preocupó demasiado a la chica.
—¿Qué fue lo que te dijo, bebé? ¿Él te insultó?— Dejó de caminar y se sentó en su cama, esperando a que el otro respondiera. Dios, si Tomlinson lastimó a su bebé le haría el doble de daño.
—Q-que no debía darle explicación alguna p-porque no somos nada...— Tragó saliva y sintió un golpe al otro lado de la línea. Bianca sostenía una de sus almohadas para lanzarla al suelo, como a la anterior.
—Bebé... Cálmate... Voy para tu casa. ¿Estás solo o Anne está allí contigo?— No dudó en levantarse enseguida. Tomó sus vans y se las colocó al instante. Estaban bastante gastadas pues Louis se las había obsequiado años atrás en uno de sus cumpleaños.
—Estoy solo... Ven, por favor.— Su voz se sentía dolida, quebrada y vacía.
—Él sólo volvió para romperte otra vez... Él no sabe cuánto nos costó hacer que dejara de dolerte tanto lo suyo... Pero me aseguraré de que le duela, Harry. Me aseguraré, lo prometo. Ya estoy yendo para allá, mi bebé, descuida.— La pelirroja se movía lo más rápido que podía y hablaba rápido también, tenía miedo de que el rizado cometiera algún error. Él no era estúpido pero siempre que le pasaban estas cosas se agobiaba, y agobiado no pensaba tanto y podía cometer cualquier idiotez que pasara por su mente.
—Está bien, Bianca. Está bien, te espero.— Y la llamada terminó, más bien Bianca la terminó. La pelirroja ya se dirigía a la casa del rizado caminando. Ésta quedaba solo a dos cuadras y podía ir rápidamente caminando sin necesidad de un automóvil.


Cuando eran niños solían escaparse de sus casas para jugar en la vieja casa del árbol de Harry. Bianca salía de su casa e iba rumbo a la de Harry. Trepaba hasta el gran ventanal en la habitación de Harry y los dos salían, se divertían mucho. Eran adorables juntos.

Luego de dos cuadras corriendo, la pelirroja llegó a la casa de Harry. No era para nada necesario tocar el timbre, tenía todo el permiso de la familia Styles de entrar por si misma. Abrió la puerta y se encontró con una sala totalmente ordenada, todo en su lugar, eso le daba indicios de que Harry no se había vuelto loco mientras que ella corría sin parar hasta su casa. Subió las escaleras hasta el baño y abrió la puerta, Harry tampoco estaba allí. Abrió la puerta de su dormitorio y allí lo encontró, recostado en su cama. El rizado se volteó al oír el ruido de su puerta al abrirse y sonrió de lado al ver a la pelirroja ya en su casa.

—Bianca...— Su voz aún se sentía vacía y rota. La chica se acercó hasta él y se sentó a su lado. Su mano recorrió su mejilla con lentitud intentando calmarlo.
—Estoy aquí, Harry. No te preocupes, ya estoy aquí para ayudarte.— Y en cuanto aquellas palabras salieron de su boca, el rizado se echó a llorar. Era un llanto incontrolable, eran sollozos que lastimaban y destruían el alma de la pelirroja cada vez más. Le dolía tanto ver a Harry roto por incontable vez por culpa de aquél chico de ojos azules.

Pov Bianca.

Ver así  a Harry me destrozaba. Mi garganta ardía tremendamente y no había forma de saciar aquello. Dolía el verlo mal y no poder ayudarlo. Lo único que podía hacer era quedarme con él y hacer el intento de calmarlo aunque la mayoría de las veces me era imposible y creo que esta es una de esas veces.

¿Por qué no podía volver a ser feliz? Harry ya no es aquél niño feliz, sonriente y encantador de antes y todos nos habíamos dado cuenta. Siempre en el instituto estaban presentes esas enormes y espantosas ojeras que carga bajo sus ojos, también esa piel exageradamente pálida por no salir y tomar Sol, por permanecer todo el día encerrado escribiendo en aquél cuaderno poemas que lo destruyen cada vez más.

Pero esto no sólo me destruye a mí por ser su mejor amiga, sino que también a Anne. El verlo dejar de comer por las noches, el verlo con ese cruel insomnio todos los días le rompe el corazón. Y claro que me lo ha dicho, y hasta ha llorado frente a mí, y hemos llorado una con la otra. Pero nunca con Harry. Nunca con él, él siempre... Él siempre se guarda sus dolores y los comparte con su soledad. Pero... Al menos agradezco el esfuerzo que hace por no abandonarme, él sabe que tampoco lo abandonaré y que Anne tampoco lo hará. Algunas veces Anne me llama para que venga con Harry y lo anime para que salga de la casa y tome algo de aire, más del que toma al salir para el instituto. Nunca puedo hacer que logre salir de su casa. Siempre acabamos viendo algunas películas, ya saben, para darle algo de fantasía a su vida. Solemos ver "Alicia en el país de las maravillas", él dice que le encanta la fantasía y que le hace escapar de la realidad. Así que, siempre que le digo que veremos una película él ruega por ver esa. Yo acepto aunque ya hayamos visto esa película más de cincuenta veces sólo para hacerlo feliz.

—Bianca, ¿Podemos comer algo?— Su suave y pacífica voz me sacó de mis pensamientos. Lo miré, había dejado de llorar y no me había dado cuenta. Limpié los restos de lágrimas secas en su rostro mientras asentía y lo ayudé a levantarse.
—Haré algunos refrigerios, comeremos mientras miramos Al- —Y no pude acabar lo que estaba diciendo, allí estaba otra vez su entusiasmo.
—¡Alicia en el país de las maravillas!— Chilló sonriendo. Sus brazos rodearon mi torso y escondió su cabeza en mi cuello, me encantaba cuando se comportaba como un niño pequeño. Asentí y caminé con él en aquella posición hasta la cocina. He de decir que bajar por las escaleras con un chico de dieciséis años pegado a ti.
—¿Y bien? ¿Qué refrigerios quieres?— "Chocolate caliente, galletas de fresa y palomitas" Me lo sabía de memoria.
—¡Chocolate caliente, galletas de fresa y palomitas, Bianca!— No pude evitar soltar una pequeña y ronca carcajada.
—El menú de siempre, Styles.— El rizado asintió y se dirigió hacia la sala para poner la película mientras yo me quedaba en la cocina a preparar lo que él quería.

...

Luego de acabar, llevé todo en una bandeja a la sala y dejé todo en la pequeña mesa delante del sofá. El chico ya había colocado el dvd de la película y ya estaba todo listo para comenzar nuestra tarde divertida.

—Hazz, creo que deberíamos comenzar a buscar otra película de fantasía. Nos conocemos de memoria los guiones de esta película, siempre la vemos.— Hablé. Tomé con mis manos la taza verde de chocolate caliente y le di un sorbo. Oí una carcajada, era de Harry.
—Tienes bigote, bebé.— Murmuró, tomando una servilleta para limpiarme al instante. —Y sí... Quizá debamos buscar, pero mientras no encontremos una película tan interesante como esta la seguiremos viendo.— Rodé mis ojos y asentí.
—Subiré a tu habitación y traeré una manta para los dos, comienza a hacer frío.— Comenté y me levanté del sofá. Al entrar a la habitación de Harry tomé la manta que cubre su cama y la enrollé para poder cargarla sin inconvenientes. Comencé a caminar hacia la puerta pero algo me detuvo; una hoja de papel arrugada. Fruncí mi ceño y la levanté. Me parecía extraño, Harry no dejaba papeles regados en el suelo, siempre los ponía en el cesto de la basura. Iba a tirarlo pero me di cuenta de que era una hoja de su cuaderno de poesía ya que las hojas de éste tienen un borde amarillo abajo. La abrí y comencé a leer primero la fecha "03, Mayo" aquello parecía de hoy, yo no lo había leído. Comencé a leerla y sentí que mi corazón se estrujaba, que dolía cada vez más mientras avanzaba en la carta o lo que aquello fuese. Lo que sabía era que iba hacia Louis.

Bajé las escaleras rápidamente con la manta enrollada en mi pecho y la carta en mi mano. Lancé la manta al sofá sin cubrir a Harry y me paré a su lado, mostrándole la hoja.

—¿Qué es esto, Harry?—


Broken. → Larry Stylinson. #lgbtespañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora