Potenciales Asesinos

Libertad

"No me queda más remedio que vivir... asumiendo mi destino."

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Capítulo 7: Libertad

Bella se encontraba sobre su cama, no supo cómo llego hasta ahí. Miro a su alrededor y vio que traía su pijama puesta. Quería pensar que solo había tenido una horrenda pesadilla, pero la idea se desvió tan rápido como vino. Una nota de su culpa yacía sobre la almohada de junto. Cuadro Edward hacia algo malo con ella, el cobrizo siempre se disculpaba.

"Ya estos cansada de todo esto" dijo para sus adentros "quiero saber de este lugar"

Bajo más cansada de lo habitual a la cocina para prepararse algo. A pesar de que estaba muy molesta con Edward eso no le quitaría el apetito. Su móvil vibro sobre la mesa del comedor. Extrañada lo tomo entre su mano y leyó aquel mensaje de noticias.

"Encuentran a mujer muerta que desapareció hace un par de meses en las afueras de Seattle. Se dice que el culpable esta en uno de los pueblos de Washington. Favor de tomar precauciones."

La rabia no dejo que pasara algún alimento por su boca. Necesitaba matar al maldito que había asesinado aquella mujer y quien sabe cuántas más. Subió a su habitación frustrada y triste porque aún se mantenía cautiva. Durmió casi todo el día, antes de que llegara Edward. Estaba dispuesta a hacer lo que fuera a costa de su libertad.

...

Edward se encontraba un poco devastado por lo que le había hecho a la pobre de Isabella. Quería que todo estuviera tranquilo entre ellos dos. Pero él no lo estaba logrando. Compro algo de cenar para llevarle a Bella. Quería hacer las paces con ella y que no volviera a ocurrir lo mismo de la noche anterior.

Al llegar a su casa, fue directo a la habitación de la chica. Se preocupó un poco al ver las luces de la habitación apagadas. Abrió la puerta con lentitud y solo asomo un ojillo para ver si estaba ahí. La chica se encontraba dormida en su cama. Con mucha lentitud él se acercó.

Observo el angelical rostro de la chica y sonrió. Solo la luz de la luna y las estrellas le permitían apreciar ese rostro angelical.

— Quisiera que tú me quieras de verdad. Así... ya no estuviéramos pasando por todo esto. —murmuro para ella.

La chica, lentamente abrió sus ojos somnolienta. ¿Había escuchado las palabras de Edward?

— Solo por esta vez, escúchame —dijo al mismo tiempo que se incorporaba.

— Dime.

— Por favor... déjame libre —las lágrimas comenzaron a derramarse solas— déjame libre y prometo que estaré siempre a un lado tuyo y que no me separare de ti —se arrodillo ante él.

Había gastado el orgullo y la dignidad que le quedaban a manos de aquel joven.

— No lo hagas Isabella —intento ponerla de pie— no me lo pidas de esta forma.

— Necesito vengarme. Pero primero quiero que me dejes en libertad. Por favor... te lo suplico: déjame libre. —se incorporo

— ¿Qué haces? —Edward se sorprendió en el momento que Bella le quitaba la camiseta.

— Te dije que haré todo lo que me pidas hasta que me dejes libre —sin previo aviso, Isabella pego sus labios con los del cobrizo. Desesperada lo beso hasta dejarlo sin aliento.

Aquellos dos jóvenes desesperados, cada quien por su razón, se besaron apasionadamente. Sin ningún sentimiento de amor, solo de obsesión y conveniencia. Se dejaron caer sobre la cama. Ella ya estaba a punto de quitarle ya camisa, cuando sintió una mano fría sobre su vientre que se deslizaba poco a poco hacia su pecho. Entonces ahí se detuvo, preguntándose sobre que estaba habiendo.

— Ahora, ¿puedes creer que hare lo que me pidas? —murmuro entre palabras cortas por la falta de oxígeno.

— Si es la única manera de tenerte a mi lado. Acepto —bajo la mirada. Sus ojos estaban un poco llorosos. — Dime que me quieres.

— Te quiero, Edward. Te quiero demasiado —lo abrazo.

A pesar de que ese abrazo y aquellas palabras no eran sinceras. Era un gran alivio escucharlas y sentir a Bella junto a Edward. Quería recordar ese momento para toda su vida a pesar de que fuera una gran mentira.

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A partir de este contenido, los capítulos serán más cortos por falta de tiempo. Una gran disculpa.