Obsesión

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"Cuandote importa algo, empieza a ser agotador de muchas maneras."

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Capítulo 3: Obsesión

El lugar era tan cálido que no quería despertar pero con aquel dolor de cabeza y músculos se vio obligada a hacerlo. Una manta azul muy calientita la cubría de pies a cabeza, se fue descubriendo la cabeza lentamente. Todo le daba vueltas aun así inspecciono la habitación y supo que no estaba en su casa. Entonces el miedo estropeo su cálido momento.

Se levantó de inmediato, camino hacia la ventana que tenía un cercado de hierro detrás del cristal. Giro analizando la habitación. No era un sótano abandonado, de eso estuvo más que segura. La habitación tenía una cama muy cómoda, las paredes estaban pintadas de colores claro, había lámparas en los extremos de la cama y había unas lindas flores en una mesita justo a un lado de la ventana.

Corrió a la puerta en su intento por abrirla, pero estaba completamente cerrada. Entonces supo que se encontraba prisionera. La pateo por todas partes para ver si cedía, pero no funciono. Escucho pasos fuera de la habitación. Entonces supo que la persona que la tenía encerrada sabia su verdadera identidad ya que no tenía su peluca, su antifaz y solo tenía puesto su traje. Se quedó detrás de la cama, esperando a atar a su enemigo.

La perilla de la puerta giro después de unos segundos. Aprovecharía el momento para atacar antes de que volviera a escapar. De pronto, en un momento rápido, el tipo sospechoso entro a la habitación, cerrando de nuevo la puerta, asegurándose de que Bella no intentara escapar.

— Tu, ¡maldito bastardo! ¿Qué pretendes conmigo? —le grito furiosa. Fue ahí cuando él se giró para verla de frente y sus ojos verdes se cruzaron con los de ella.

— Un gusto tenerte conmigo —Edward sonrió de manera perfecta.

— Eres un maldito pervertido. Te matare —amenazo la joven temiendo un poco por su vida.

— No lo harás. Estarás bajo mi control.

— Antes muerta. —fue ahí cuando se lanzó contra Edward intentando golpearlo por todas partes, pero él también era un chico que había practicado artes marciales desde muy pequeño. No había oportunidad contra él.

Edward, la tomo por ambos brazos, la tendió en el suelo para inmovilizarla y decirle desde el principio sus perversos planes para ella.

— Te diré todo lo que tendrás que sabes, desde porque te traje aquí y porque no te re iras hasta que yo me canse de ti —apretó mucho más los brazos, la giro para que la viera de frente y así ver sus reacciones. —Desde que te conocí en el hospital eh estado buscándote incansablemente por las noches, sé que tu padre el jefe de policía así que lo hice con mucho cuidado. Planee secuestrarte y traerte desde un principio, pera esa heroína como la conocen en el pueblo iba a interferir con mis planes. ¿Quién iba pensar que esa heroína ibas a ser tú? Ayer por la noche cuando volví a buscarte, me encontré con Defbel y la drogue. Mi curiosidad aumento cuando le quite el antifaz y vi de nuevo esa bella cara de la cual me obsesiono mucho. Pensaba enviar a Defbel lejos de aquí, pero al verte supe que debía traerte a mi casa.

— Eres un maldito...

— Shu, nadie sabe que yo te tengo aquí. Ahora, no te iras de aquí hasta que yo te lo ordene por una cosa. Tú has salvado a muchas mujeres durante mucho tiempo, ¿Qué pasaría si llegara alguien y las volviera a acosar y a matar porque su gran heroína ha escapado de su prisión? Sería muy trágico ¿no lo crees? —su mirada se volvía más intensa cada vez que parpadeaba.

— ¿A que te refieres con eso? —el miedo comenzaba a inundar su cuerpo.

— Si tú escapas de esta casa, yo me encargare de que todas esas mujeres tengan un final doloroso. —la piel de Bella se erizo, no quería que aquellas mujeres volvieran a pasar de nuevo aquella trágica pesadilla, pero tampoco quería ser un objeto para Edward.

— No harías algo así. Tu eres un doctor, te encargas de salvar vidas no de asesinar personas inocentes —sus ojos se humedecían por el hecho de pensar en ella.

— Has lo que te ordeno, y nadie saldrá lastimado. Por cierto, una de las mujeres que salvaste hace un año, tiene un bebe de dos años. ¿pretendes quitarle a su madre solo porque no fuiste buena conmigo?

Bella sabía más que nada que era crecer sin una madre y lo que menos quería era que muchas personas sufrieran. Tendría que sacrificar su vida por muchas personas, sin importar que tan lejanas fueran y si alguna vez tuvo contacto con ellas. Solo quería hacer el bien por todos. Edward era fuerte e inteligente, así que no había oportunidad de pelear contra él, por el momento.

— Está bien... —acepto pensando en todos— me quedare. Pero prometo que si algún día llego a salir de aquí serás el primero en morir.

— No saldrás de aquí. Seré la persona que tendrás mas en tu mente —de pronto su mirada se volvió más cálida. Se acercó a Bella y le planto un beso en sus labios. Fue tan rápido que Bella apenas y lo llego a sentir— Te veré en un momento para almorzar juntos —sonrió.

La castaña se quedó tirada en el suelo. Entonces comenzó a llorar. Después de todo su esfuerzo por salvar vidas, termino en una casa con un tipo que solo conocía porque era un doctor. El pecho le dolía, no soportaba el llanto que le provocaba esta terrible situación. "Todo estará bien" parecía que escuchaba la voz de su madre. Entonces se tranquilizó un poco.

Asustada por todo lo que había sucedido decidió dormir un poco más.

...

Edward no sabía si estaba en lo correcto habiendo tal cosa, de verdad solo la quería para el mismo. Bella tenía razón cuando dijo que el cómo doctor debía de salvar vidas y no a quitarlas. Su obsesión lo llevo a mucho que sabía de todas las mujeres que habían sido salvadas por la chica que le gustaba.

Entonces se preguntó ¿por qué? ¿Por qué llego a ese grado al investigar a tantas mujeres? ¿Por qué quería matarlas si Bella no le obedecía? ¿Por que mantenía a Bella secuestrada? ¿Por qué estaba tan obsesionado con ella? Y ¿por qué ella y no otra chica cualquiera? Tarde o temprano llegaría el momento de saber las respuestas correctamente. Ahora debía tratar bien a la chica para que ella no se sintiera más terrible por la situación que había provocado.

Decidió preparar la comida. Quería sorprenderla con sus dones culinarios y hacer una rica ensalada con pollo frito, algo ligero para su estómago. Mientras la ensalada reposaba un poco subió por su nueva inquilina. Había dejado la puerta sin llave así que probablemente ella se dio cuenta e intento escapar. Aunque eso era muy lógico sabiendo las consecuencias.

La vio dormida en el piso tal cual la había dejado. Su cara mostraba un poco de desesperación pero aun así era un ángel caído del cielo. Entonces ahí estaba la respuesta a una de sus tantas preguntas. La belleza que poseía la chica era la culpable de que él estuviera tan obsesionado. Toco con la lleva de los dedos las mejillas rosadas de la castaña, su piel carecía de maquillaje y aun así era tan suave como el algodón pero un poco fría como la porcelana.

Beso su mejilla intentando no despertarla. El olor a rosas lleno sus pulmones. Fue cuando acepto que la chica comenzaba a gustarle a pesar de que no la conocía. Sin embargo necesitaba que ella también lo aceptara tal cual. Y sabía que iba a ser muy difícil después de todo lo que le había hecho.

— Quiéreme... —murmuro. En ese momento Bella abrió los ojos. Edward ni supo que hacer y se quedó inmóvil.

— Idiota, no me mires así —sonrió al saber que ella actuaba natural y sin miedo a él.

En ese momento era muy feliz. 

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