capítulo 3

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Noa

Como de costumbre me encontraba en uno de los despachos que se habían tenido que instalar en la fábrica. Los planos del nuevo hotel estaban en mi poder, los negocios que teníamos eran sólo para tapar el hecho de que éramos mafiosos y también nos servían para lavar el dinero, aunque con los nuevos negocios tendríamos que emplear nuevas empresas para poder tener limpio todo ese dinero.

—¿Sigues aquí? — la voz de Brad me saco de mi concentración

—Tengo que firmar unas cosas, tengo que ver con detenimiento estos planos — respire hondo y me acerqué al ventanal — no puedo dejar mi trabajo de lado, esto es lo único que me mantiene cuerdo

—Jamás lo dejas de lado, todo esto no es más que un escondite para ti — camino hacia la puerta y hablo sin mirarme — tratas de huir de una realidad que es inevitable, ya no eres aquel chiquillo Noa

Quizá Brad tenía razón, pero este era ahora yo, no podía sacarme sus ojos de mi mente, mucho menos sus lágrimas y la última mirada que me regaló antes de irse, sabia que ya no era un pequeño que podía esconderse detrás de su madre, pero a pesar de eso, es lo que mas deseaba en este momento

Sentí la ira llenar mi cuerpo y sin siquiera pensarlo golpee el cristal con todas mis fuerzas haciendo que este se rompiera, la sangre no tardó en salir de mi mano, pero aun así no me importó, quería sacar toda esa ira de mi sistema

—¡¿PERO QUE CARAJOS TE HICISTE?! — la voz histérica de mi madre penetró mis oídos hasta casi hacer que explotaran

—Nada, esto no es nada, cálmate mamá — dije aparentando una calma que en realidad no sentía

—Vamos a que te cure esto — me miro molesta y con algo de pesar

Tomó mi mano y me guio hasta uno de los baños en donde primero enjuago mi mano para luego desinfectantes y suturar las cortadas...

—No puedes seguir haciéndote daño Noa — suspiro — quizá no se el dolor que sientes, pero ella no quisiera verte así

—¿Tu que sabes acerca de lo que ella hubiese querido para mí? — pregunté molesto — nadie sabe el maldito dolor que me carcome, así que no madre

Vi el dolor atravesar sus ojos y me sentí mal, mi madre no tenía la culpa de los demonios que me atormentaban, ella era quien menos tenía que ver en este asunto y yo acaba de herirla

—Lo siento madre — intente tocar su mano, pero ella esquivó mi toque

—Cuando quieras aceptar todo el daño que te estás haciendo ven a buscarme — Sin decir más se puso de pie y se marchó, dejándome ahí con un sabor amargo en la boca

Jamás la había tratado así, el amor y el respeto que le tenía a mis padres era muy grande, pero hoy había sobre pasado esa valla que yo mismo me había formado, esto no estaba nada bien, no sólo me destruía a mí mismo si no también a mis seres queridos

Solté el aire y me dirigí a mi cuarto, sólo esperaba que esta noche no fuera tan largo como las otras.

Pero claro no todo lo que sé desea se cumple, mi noche fue aún peor que las anteriores, mi sueño se había esfumado a media noche como todos los días y no tuve más remedio que salir de mi cuarto e ir al jardín, me sentía mareado y hasta cierto punto sentía que mi cuerpo no era mi cuerpo, me sentía en un lugar muy lejano, el dolor que sentía era ficticio, desde hace mucho las cosas habían dejado de interesarme pero mi madre no me dejo derrumbarme, pero todo seguía ahí nada había cambiado y dudaba que eso pasará, sabía que matando a ese bastardo ella regresaría a la vida pero quería verlo sufrir, desearía que solo así se devolviera a mi vida todo lo que había perdido

La luna alumbraba todo el jardín haciéndolo lucir menos sólo, eso era lo que me gustaba de las noches, la tranquilidad y paz que brindaba, aunque no se quedará esa sensación en mi cuerpo.

Habían pasado barios años desde la muerte de Ada y no había podido cambiar nada desde aquel entonces

Hoy sería un nuevo día y estaba dispuesto a seguir buscando a ese mal nacido...

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Alexia

Llevaba días a qui encerrada, solo esperando para saber cual seria la nueva orden de mi padre, me había encerrado en este lugar solo porque no había querido saludar a uno de sus socios, pero ese hombre no era de mi agrado, era demasiado asqueroso y yo no me arriesgaría a que interpretara mal las cosas y luego quisiera tomarme como lo hizo con aquella chica del servicio.

Sabia que mi padre me odiaba, a cada momento me lo hacia saber, y yo mentiría si dijera que no lo odiaba también, solo deseaba encontrar un motivo, a una persona para tener el valor y huir de este infierno...

Siempre Serás Tú (De la saga Tu #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora