Hugo Fernández -alias- "Hache" llegó a su vida como un huracán. Quizás, por eso, le llaman Hache. Es un hombre misterioso, serio y peligroso con un pasado que lo ha convertido en el hombre que es ahora.
Emma Ross es una de las mejores corredoras de...
No entendía por qué me había comportando de esa manera. Me importaba una mierda que el pijo ese estuviera enamorado de la niñata.
Alguien llamó a mi puerta y me sobresalté.
—¿Quieres algo?—Dije con tono bastante frío.
—Eh...Esto... Yo...—Tartamudeó e intentó mantenerme la mirada, pero no pudo.
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Bajó la mirada al suelo, indecisa, sin saber muy bien que decir.
—Tu... ¿Qué?—Dije un poco menos frío, pero sonando indiferente.
—Eh... Yo... Ya me iba...—Seguía con la mirada en el suelo. Se dispuso a dar la vuelta, pero la agarré del brazo y la obligué a girar.
—¿A qué has venido, Emma?—Era de las pocas veces que la llamaba por su nombre.
Ahora sí dirigió la mirada hacia mí. Sus ojos encontraron los míos. No sabía muy bien lo que expresaban aquellos ojos marrones, pero la forma en la que me miraba, me gustaba.
—Da igual... Ya me iba...—Intentó darse la vuelta, pero fui más rápido que ella y la sujeté a la vez que cerraba la puerta de mi habitación.
—No vas a irte hasta que me digas por qué has venido.—Dije tajante.
—Yo...—Estaba nerviosa, demasiado diría yo. Y verla así, me hacía gracia.
Saber que por una vez tenía el control de la situación con ella me hacía querer divertirme más, más que nada porque con esta chica nunca sabías por dónde podían ir los tiros.
—Quería darte las gracias.—Habló por fin.
—Las gracias ¿por?—Sabía perfectamente por qué me las quería dar, pero el hecho de que me lo dijera ella, me divertía aún más.
—Por no haberme dejado beber más y por haberme sacado de allí. La verdad no quería estar ahí.—Se sinceró.
Asentí y se dispuso a salir de mi habitación, pero tuve la necesidad de detenerla.
—¿Eso es todo lo que querías decirme?—Sabía que había algo más, pero no se atrevía a preguntarmelo.
Esta vez me miró con decisión.—¿Qué hacías en la fiesta?—Ahora su voz no temblaba.
—Bueno, mira. No respondas. Me da igual lo que hicieras.—No me había percatado de la escasa distancia que nos separaba. Era preciosa y el deseo de besarla se había apoderado de mi mente; tenía que alejarlo cuanto antes.
—Buenas noches.—Intentó disimular su nerviosismo.
—Buenas noches, niñata.—Salió por la puerta.
El hecho de tenerme cerca la ponía nerviosa y eso, en cierto modo, era un punto a mi favor. Siempre me plantaba cara con una seguridad increíble, salvo esa noche. Ella estaba nerviosa y no podía hacer nada para evitarlo.
Emma's POV
El día en la universidad se me había hecho eterno. Había pasado todo el día con Liam porque mi mejor amiga me había dejado tirada por Ethan.
—¿Tienes algo que hacer por la tarde?—Me preguntó Liam.
—Voy a ir a ver a Dani.—Él sabía lo de Dani y cómo acabó ahí, pero no sabía que yo también estaba metida en ese mundo.
—¿Quieres que te acompañe?—Se ofreció. La verdad es que estar acompañada de Hale no me desagradaba tanto como antes.
—Por qué no.—Me encogí de hombros.
Llegamos al hospital, cada uno con su coche y subimos a la habitación de mi hermano.
Había un médico allí y eso hizo que el pánico se apoderara de mi cuerpo. Seguía rodeado por un montón de tubos y máquinas.
—¿Eres su hermana, verdad?—Me preguntó el médico. Era un hombre de mediana edad, alto.
Asentí.—Sí se despierta... ¿Volverá a ser el mismo?—Pregunté asustada por la respuesta.
El medico se quedó callado, sin saber muy bien que responderme.
—Sea sincero, por favor.—Le pedí.
Este asintió.—El traumatismo craneoencefálico es una consecuencia común de los accidentes de tráfico. La persona entra en coma y si logra salir, la experiencia le cambiará la vida.—Pausó.—Cuanto más tiempo este en coma, más graves serán sus lesiones al despertar.
—Pero... ¿Él se pondrá bien?—Pregunté aún con cierto temor.
—Esto no es como el cine, esto es la vida real y cuando una persona sufre un daño cerebral y pasa por un periodo de coma, es casi imposible que vuelva a ser la misma. Digo casi porque una vez, tuve un paciente que sí volvió a su vida normal y él pasó alrededor de un año en coma.
Asentí.—Gracias Doctor.
El doctor se fue y Liam se acercó a mí.
—Va a salir del coma.—Dijo mirándome con preocupación.
Salimos del hospital y me acompañó al coche. Sabía que estaba mal lo que pasaba por mi mente ahora y que después me arrepentiría, pero el hecho de que se preocupara por mi hacía que me sintiera querida. Me giré hacia él y le besé. Le di paso a su lengua que acariciaba mi labio inferior pidiendo permiso para entrar. Nunca había besado a Liam si no había sido en una fiesta y sin estar ebria. He de decir que no me disgustó para nada, Liam besaba muy bien, pero Hache vino a mi mente y entonces tuve que separarme de él.
—Lo siento...—Dije avergonzada por lo que había hecho.
—Tranquila.—Restó importancia.—Aún podemos ser amigos si quieres.
—Si.—Sonreí, pero me sentí mal porque me había aprovechado de la situacion. Él me sonrió de vuelta. Nos despedimos con un abrazo y se dirigió hacia su coche.
Mi móvil vibró y vi que era Zac.
Zac: Necesito tu ayuda esta noche.
Yo: Dime dónde y cuándo.
Zac: 23:00 en el Nightmare.
Yo: Ahí estaré.
Y bloqueé el móvil. No sabía para qué tenía que ir al Nightmare, pero eso significaba que nada bueno había pasado. Hacía siete meses que no pisaba aquel lugar.
