(EDITADO)
Hugo's POV
Dejé a Emma en su habitación y salí. Necesitaba aire. Caminé y caminé sin rumbo alguno hasta que acabé en aquel lugar.
—¿Hugo?—Habló mi padre entrando a mi habitación.
—¡Papá!—Exclamé con alegría ya que llevaba todo el día sin verle.
—Ven aquí, campeón.—Me cogió en brazos.—Tengo que irme de viaje de negocios mientras tanto te quedarás con mamá.-Me informó.
—Esta bien, te quiero.—Dije dándole un sonoro beso en la mejilla.
—Y yo a ti, campeón.—Me respondió.
Mi madre y yo despedimos a mi padre. No sabía cuánto tiempo iba a estar fuera, pero algo me decía que esa iba a ser la última vez que lo vería.
Me fui a dormir pensando que me equivocaba, que lo iba a volver a ver. Pues solo era un niño de ocho años que no sabía nada.
Esa misma noche oí unos gritos que provenían de la habitación de mi madre. La puerta estaba entre abierta, había alguien más con ella.
—¡Deja de llorar!—Latigazo. Me estremecí.
—¿Por qué haces esto, Dave?—Sollozó mi madre.
¿Dave? ¿El tío Dave? Bueno, en realidad no era mi tío, pero era el mejor amigo de mi padre y siempre le había llamado tío.
—Cállate si no quieres que te mate.—Ordenó para después golpearla.
Olvidando todo el miedo que sentía en ese momento, entré rápidamente a su habitación. Mi madre tenía la ropa rasgada y unos cuantos moratones cubrían su rostro y su cuerpo.
—Ca...Cariño, vete a tu habitación y no salgas.—Me suplicó, pero yo no le hice caso y fui corriendo a su lado. Entonces el tío Dave me miró.
—¿Tú también quieres unirte a la fiesta?—Me golpeó. Una vez, dos veces.
Rápidamente, llevé la mano a mi mejilla.
—¡No!-Gritó mi madre.—A mí hazme lo que quieras, pero a Hugo déjalo.—Sollozó.
El tío Dave sonrió maliciosamente y se acercó a mi madre.
Le pegó otro latigazo.
—No apartes la mirada o me la cargo.—Se dirigió a mi. El miedo invadió mi cuerpo. ¿Qué iba a hacerle a mamá?
Se desabrochó el pantalón y cogió a mi madre bruscamente. La acarició, la estaba tocando con esas manos sucias. Miles de lágrimas caían por mi mejilla. Mi madre se resistía, pero cada vez que lo hacía un nuevo golpe impactaba contra ella.
El tío Dave acabó dejándola como una mierda en el suelo, tirada.
Corrí hacia ella y fue cuando Dave sacó una pistola.
—Tu padre está muerto, ha tenido un terrible accidente de tren.-Se rio como si él hubiese provocado ese accidente.—Y ahora lo va a estar tu madre.—Cargó la pistola.
—N-No, por favor...—Le supliqué. No entendía por qué se había convertido en una mala persona de repente.
Un disparo, dos disparos. Un charco de sangre era lo que había alrededor de mi madre. Intenté presionar la herida, pero era inútil. Había perdido demasiada sangre. Cuando quise darme cuenta el tío Dave había desaparecido.
—Hu-Hugo.—Intentaba hablar mi madre.—Sal de aquí y ve a la comisaría.—Quería cerrar los ojos, pero se resistía.—Te amo.—Fueron sus últimas palabras antes de morir.
Mi madre había muerto en mis brazos. El tío Dave ya no existía para mí. Quería encontrarlo y devolverle cada golpe, pero no podía. Solo era un niño indefenso de ocho años que se acababa de quedar huérfano.
—Te amo, mami.—Le susurré con lágrimas en los ojos. Y salí corriendo hacia la comisaría tal y como me había dicho.
Llegué allí y les conté todo. Los policías me dijeron que se iban a encargar de todo. Entonces me llevaron a los servicios sociales y estuve meses hasta que alguien me adoptó. Era una mujer de cabello rubio y ojos claros.
—Hola cielo, yo soy Rachel.—Se presentó.—¿Cómo te llamas?
—Hugo.—Respondí cauto.
De camino a su casa, Rachel me contó que su hijo estaría muy feliz de tener a alguien con quien jugar.
—Cariño, ya estamos aquí.—Dijo Rachel.
—Hola.—Saludó tímidamente el niño. Era igual que su madre, con ese cabello rubio y esos ojos azules.
—Ve a jugar con Hugo al salón.—Dijo Rachel.
Los dos le hicimos caso y fuimos a jugar. La televisión estaba puesta y una noticia llamó mi atención.
"El terrible accidente de tren nos deja 60 heridos y 150 muertos. Lo más sorprendente es que el multimillonario Gabriel Fernández viajaba en ese tren y es el único cuerpo que no ha sido encontrado. Las autoridades dicen que podría estar vivo y..."
Dejé de escuchar en ese instante. ¿Mi padre estaba vivo? Toda esperanza de volver a ver a mi padre volvió.
—¡He ganado!—Exclamó el niño.
Yo sonreí. Ni siquiera había jugado a aquel juego. Estaba viendo la noticia, pero algo me decía que él y yo íbamos a ser buenos amigos.
—¿Cómo te llamas?—Le pregunté.
—Tyler.—Me respondió con una sonrisa.
Elisabeth Fernández 1970-2003.
Acabé delante de su lápida. La ira me invadió. Nunca llegué a entender por qué Dave hizo eso. Desgraciadamente, esa no fue la última vez lo vi.
Hace trece años que mi madre fue asesinada y su asesino todavía seguía suelto. Nadie hizo nada en aquella comisaría. ¿Para qué te haces policía si no vas a luchar contra el crimen?
En cuanto a mi padre, que era mi héroe, nunca encontraron su cuerpo. No llegué a saber si estaba vivo o muerto.
Salvo Rachel y Tyler, mi vida era un completo caos. Con el paso de los años me convertí en alguien frío, alguien sin sentimientos.
He sobrevivido a muchas tormentas, he crecido en medio de un huracán, sin miedo.
Todo lo que pasa por mi vida lo destruyo, porque esa es la función de un huracán, destruir. Y por eso, todos me llaman Hache.
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Hache. Saga H1 ✔️
AksiHugo Fernández -alias- "Hache" llegó a su vida como un huracán. Quizás, por eso, le llaman Hache. Es un hombre misterioso, serio y peligroso con un pasado que lo ha convertido en el hombre que es ahora. Emma Ross es una de las mejores corredoras de...