Capítulo 31.

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(EDITADO)

Emma's POV

No podía creer que los chicos quisieran dejarnos al margen con todo lo que estaba pasando. Tampoco podía creer que Dani conociese a Dave y que por culpa de este, le hiciera creer que Lisa estaba muerta. Aun así había algo que no me cuadraba: mi padre.

—¿Estás segura?—Me preguntó Carol después de contarle todo.

Asentí y abrí la puerta de la comisaría. Me acerqué al policía que estaba en la entrada.

—Perdone, ¿está el oficial Ross?

—Sí, está en su despacho.

Le agradecí con una sonrisa y con Carol me dirigí hacia el despacho de mi padre. Llamé a la puerta dos veces y se escuchó un adelante.

Su cara fue de sorpresa.—¿Emma? ¿Carol? ¿Qué hacéis aquí?

Me mordí el labio nerviosa.—Estamos metidas en un buen lío.—Admití.

Mi padre puso los ojos en blanco.—Con el chico de tatuajes nada bueno podría haber pasado.

«Ha sido una mala idea venir» pensé.—Curiosamente, no es por su culpa.—Me defendió Carol.

—Y bien, ¿de qué se trata?—Cedió con pesadez.

—De Dave Martin.—Dije fríamente.

Se levantó rápidamente. Cerró las persianas de su despacho y la puerta.

—Sea lo que sea, alejaros de él. Es muy peligroso.

—Mira, Brian. No sé por qué lo encubriste, pero por tu culpa quiere a Hache y a tu hija, muertos.

Mi padre se pasó las manos por el pelo, frustrado.—Va a hacer lo mismo que hizo con Lisa.—Susurró más para él que para nosotras.

—Lisa está viva.—Afirmé.

—¿Qué? Eso no es posible...

—Dave la tiene. Ayer llamó a Em para pedirle ayuda.—Explicó Carol.

—Tienes que irte de San Francisco.

—Estas loco si piensas que voy a irme.

Su pecho subía y bajaba, estaba enfadado.—Entonces no voy a poder hacer nada. Te has metido en la boca del lobo.

Miré con frustración a Carol, que tenía el ceño fruncido. Haría un último intento antes de irme.—Si lo denuncio, los policías que no son corruptos ¿pueden detenerlo?

Mi padre rio.—Tiene comprado a medio cuerpo, estas muerta si no te vas de San Francisco.

Carol lo miraba con rabia.—Sabía que era una mala idea acudir a ti, Brian.

Y dicho esto, me agarró del brazo y me sacó de esa horrible comisaría. Se lo agradecí en silencio.

(...)

Tenía muchas cosas en la cabeza y la única manera de poder despejarme era haciendo lo que más me gustaba hacer: conducir.

No sabía cuánto tiempo llevaba pegada al volante hasta que me di cuenta que era de noche. Aparqué y camine hacia el puente de Golden Gate. Así de noche, iluminado, era precioso.

—Es bonito, ¿verdad?—Una voz conocida sonó a mis espaldas

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—Es bonito, ¿verdad?—Una voz conocida sonó a mis espaldas.

—Sí.—Contesté sin girarme.

—¿Qué haces aquí sola?

Suspiré antes de responder.—Quería dar una vuelta. ¿Y tú?

—Lo mismo, pero te he visto aquí y no he podido evitar acercarme.—A pesar de no estar mirándole a la cara, sabía que una amplia sonrisa ocupaba su rostro.

—¿Alguna vez has tenido la sensación de que algo horrible va a pasar y no vas a poder nada para evitarlo?—Giré a verlo.

Él me miró confundido.—¿Ocurre algo, Emma?

—No, solamente preguntaba.

Él soltó un suspiro pesado.—Todo tiene solución menos la muerte.

Tenía razón, pero ninguno de nosotros sabía cómo íbamos a entregar a Dave. No nos podíamos fiar ni de nuestra propia sombra.

—Emma, sea lo que sea, puedes contármelo.

No estaba segura de si debía contárselo aún así, decidí hacerle otra pregunta.—¿No te pasa que ya no sabes ni de quién fiarte?

Su mirada era fría y no sabía que quería decir con ella, pero me dio escalofríos, así que, volví a mirar hacia el puente.—Me pasa que a veces hay que tomar la decisión más difícil de tu vida para ponerle fin a algo o a alguien.

No sabía por qué lo había dicho, pero tenía toda la razón del mundo. Por muy duro que fuera, íbamos a acabar con Dave. Me giré a verlo para contestarle, pero ya era tarde. Luke ya no estaba.

Narrador externo

No sabían cuando, pero ellos estaban seguros de que el final de Dave iba a llegar tarde o temprano. Ahora era el momento de poner el plan en marcha.

—Mañana es tu turno.—Se dirigió Allan al encapuchado.

Este asintió, nervioso, por revelar su identidad ya que llevaba años viviendo a la sombra.

—¿Y si no sale como esperábamos?

—Saldrá. Conozco a Hache, aceptará. Y tú deberías saberlo mejor que yo.

Mientras tanto en el escondite de Dave las cosas iban muy bien.

Dave bajó las escaleras del sótano hasta encontrarse con una puerta grande que tenía un gran candado. Lo abrió y entró. A lo lejos, podía distinguirse la figura de una mujer en el suelo, con los pies y manos sujetos por grilletes. La chica estaba muy débil pues llevaba diez meses encerrada ahí.

—Por favor...—Sollozó mientras Dave se acercaba a ella.

Dave le dejó una botella de agua al lado. La chica la cogió y bebió desesperadamente. Estaba demasiado deshidratada. Dave pensó que ya era suficiente y le quitó la botella de golpe. La chica se relamió los labios y aceptó el Sandwich que Dave le tendía.

Este tenía una sonrisa malévola en su rostro. Disfrutaba haciendo sufrir a las personas. Esperó a que la chica se terminara el Sandwich.

—Más agua, por favor...—La voz de la chica era muy débil y estaba rota.

Dave se lo pensó, pero si quería cumplir todos los puntos de su plan, tenía que tener a la chica en buenas condiciones. Así que, le tendió la botella. La chica se la terminó y Dave se la arrancó de las manos. Se dispuso a salir de aquella habitación, que más que una habitación era una cárcel, y se detuvo justo en la puerta.

—Todos tenemos el mismo final. Unos más pronto, otros más tarde, algunos más trágico y otros menos trágico, pero el tuyo, querida Lisa, se queda corto.—Y dicho esto, Dave volvió a encerrar a Lisa tras las puertas que contenían el enorme candado.

Hache. Saga H1 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora