Encuentros

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Me encontraba corriendo como si en fin del mundo estuviera cerca, debía entrar al salón de clases antes de que el profesor entrara y me dejara fuera de la clase. Podía divisar las puertas del edificio y observaba como otros estudiantes como yo entraban corriendo a sus respectivas clases, aminore mi paso para fijarme en la hora que marcaba mi reloj, ya estaba casi cinco minutos retrasada y si no aceleraba mi paso aún más no podría estar presente en la clase. Mientras corría hacia las, ahora, puertas cerradas hice una nota mental en mi cabeza de ajustar la alarma para que sonara un poco más temprano y el sonido estuviera mucho más alto, me ajusté las correas de la mochila una vez más tratando de controlar mi respiración.

Estaba por empujar las puertas cuando mis rodillas fallaron, intenté agarrarme de la puerta pero alguien la jaló haciendo que choque con un torso cubierto por un sudadero de lana y ambos terminemos en el suelo de la entrada. Por suerte solo caí de rodillas sosteniéndome con las manos extendidas en el suelo, desde mi posición lo único que veía era unas botas de cuero negro y el final de unos jeans un poco desgastados, cuando logré controlar mi respiración y asegurarme que estaba bien me levante del suelo componiendo me la ropa y sacudiendo el polvo que se adherió en ella, fije mi vista en el suelo para ver con quien me había chocado, me fijé en un chico que llevaba una gorra de lana en la cabeza mientras recogía frenéticamente unas hojas que se salieron de la carpeta. Cuando hubo recogido todo se levanto de un salto del suelo y se ajusto la mochila que llevaba al hombro. La gorra de lana es de color gris y debajo de esta se asomaban unos mechones de cabello castaño oscuro, unas gafas de cuadradas enmarcaban unos ojos cafés con vetas verdes, llevaba un suéter de lana color negro con unos jeans azules un poco desgastados y las botas de cuero negro. Sin duda alguna nunca lo había visto.

-Yo... Ehh... Yo...- las palabras no me salieron de la boca cuando su mirada se posó en mi, me recorrió de pies a cabeza con los ojos y parpadeo un par de veces más antes de dar media vuelta y murmurar un "lo siento" para salir corriendo del edificio.

¡Cielos! Que chico más raro. Estuve en la entrada unos instantes antes de recordar que llegaba tarde a clase así que yo también dí media vuelta y me dirigí al salón.

Me acerqué acelerada al salón, rogando que el profesor no estuviera o que no se percatara cuando me colara para llegar a mi asiento, asomé la cabeza por la ventana que estaba colocada a un lado de la puerta y pude ver que, milagrosamente, el profesor aún no llegaba así que entre y me dirigí a uno de los asientos del medio en donde se encontraba mi mejor amiga Lena, Elena para quienes no eran de su agrado, quien al ver que llegaba tarde me dedicó una mirada de desaprobación. Conocí a Lena durante el primer año de secundaria aquí en Londres, al principio solo nos hablábamos para consultarnos sobre los ejercicios de matemáticas después de eso poco a poco nos fuimos uniendo más hasta ser tan inseparables como hasta ahora.

-Se pude saber por qué llegas tarde, eso es muy raro viniendo de ti- me susurró cuando me senté a su lado y empezaba a sacar las cosas.-Aposté con Levi dos euros a que te ausentarías todo el día, por cierto te odio ahora le tendré que pagar y se pondrá de insoportable presumiendo que gano.- añadió mientras rodaba los ojos y movía las manos explicando todo.

-Podría decir que mis sabanas se enamoraron de mi y no me querían soltar pero la verdad es que me dormí tarde ayer, estando tan cansada no escuché la alarma- explique mientras trataba de no soltar un bostezo.- Y no te preocupes, ya encontrarás la manera de que te devuelva el dinero- comenté guiñándole un ojo y riendo bajito.

-¿Por qué demonios te dormiste tarde?- preguntó con el ceño fruncido.- No, ya me imagino porque fue, estabas leyendo un libro o hablando con cierta personita- me interrumpió antes de que pudiera responder le mientras me daba un ligero codazo en las costillas.

-No, no estaba hablando con cierta "personita"- le respondo rodando los ojos mientras abría mi cuaderno de apuntes.-Que sepas que no hablamos todos los días- añado mientras empiezo a dibujar en una página en blanco.

Seguimos hablando un poco más hasta que entró el profesor disculpándose por el enorme retraso y comenzando la clase. Lena paso todo el periodo tomando notas y escuchando atentamente lo que el profesor explicaba, ella es así pues le fascina todo lo que tenga que ver con historia por otro lado a mi no me agradaba tanto pero es un requisito aprobar la clase de historia para poder seguir con el programa de arte. Al finalizar la clase ambas salimos del salón y nos despedimos ya que ella esta estudiando una carrera totalmente distinta a la mía pero casualmente compartíamos una clase.

Al finalizar todas las clases de la mañana me dirigí a la cafetería que se encontraba cerca del edificio en donde se imparten clases de ingeniería, la cabeza me pulsaba y todo mi cuerpo me estaba pidiendo a gritos una buena dosis de cafeína. Entre a la cafetería arrastrando los pies y me dirigí al mostrador para pedir una café con alguna otra golosina que se viera apetecible, mientras esperaba mi turno en la cola escaneé toda la sala en busca de mis amigos, quienes normalmente ya estaban instalados en alguna mesa del fondo con todos sus cuadernos abiertos.

-¡Steeeeeeeph!-gritó alguien desde el otro lado de la sala mientras agitaba los brazos para llamar mi atención. -¡Steeeeeeeephaniiiiiiiieeeeeee!- volvieron a gritar mientras intentaba no soltar una carcajada, ubique desde donde me gritaban y le lancé una mirada asesina a Lena por estar haciendo una escena con un montón de desconocidos.

-¡El que sigue!-gritó la mujer que se encontraba al otro lado del mostrador indicándome que era mi turno de pedir mi comida. Caminé al mostrador y ordené un sándwich de pollo,un paquete de galletas con chispas de chocolate y por supuesto mi taza de café. Al terminar de pagar me dirigí a la mesa en donde mis dos mejores amigos estaban discutiendo.

-No sabes cuanto me alegra el poder ver tu...- comenzó a decir Levi mientras me sentaba con ellos pero lo interrumpí porque sabía exactamente el porque de sus palabras.

-Embustero, se que no te alegra verme, lo que te alegra es haberle ganado a Lena una apuesta sencilla.- dije mientras le rodaba los ojos y empezaba a dejar mi mochila en el suelo. Levi, a quien también conocí en mi primer año de secundaria al principio no nos agradamos del todo pero con el tiempo nos dimos cuenta que estábamos hechos para ser mejores amigos pues a los dos nos gustaba molestarnos como hermanos, solo se dedico a lanzarme una mirada asesina y a seguir comiendo su hamburguesa.

-Lena ha estado hablando con Samuel después de clases- dije interrumpiendo el silencio que se había formado entre nosotros. Al escuchar esto Lena desvió la mirada hacia otra mesa tratando de parecer distraida.

-Tienes que estar bromeando- me respondió Levi cruzando los brazos y viendo fijamente a Lena para que ella le hiciera algún comentario.- ¡Elena Morrow! ¡Ese... Ese... Inútil no te conviene y lo sabes!- exclamó al ver que esta ni siquiera se volteaba en su dirección

Seguimos hablando un rato más mientras cada quien se terminaba su comida cuando noté que a Levi le cambiaba la expresión del rostro a una más seria, Lena y yo le dedicamos una miraba mirada rápida. Unas manos grandes me cubrieron los ojos antes de que le pudiera preguntar a Levi por su repentino cambio.

-Adivina, adivina quién soy.- de susurró una voz masculina al oído.

Wrong about love #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora