Ya Pasaron 114 días desde mi llegada a esta marchita ciudad, pasaron tantas cosas durante esos días que la verdad no sé cómo describirlos en tan pocas palabras...
Había encontrado una facción, con unos cuantos niños, mujeres y varios hombres de ''Pelea'' los cuales se encargaban de buscar provisiones y defender a los indefensos de las oleadas de zombies que solían atacar dicho grupo de edificios amurallados.
Yo era una de ellos, me encargaba de buscar provisiones, las cuales por lo regular robábamos de otra facción a escondidas, era ruin y canalla hacerlo, pero en los fines del mundo, todo valía... Incluso eso.
Ese día me tocaba un descanso, ya que solía ser la primera en trabajar debido a que buscaba mi esposo a cada sitio que iba, revisando cuerpos y observando gente, días agotadores y feos, donde corría más por mi vida que buscar provisiones, aunque siempre llegaba a traer algo al grupo.
Empecé a contar los días desde que llegué a la ciudad, marcándolos en mi pantalón gris con una pluma, así podía ver qué tanto tiempo había durado en esto, y esperaba que si daba el caso de morir, mi esposo me encontrase y viese los días que duré detrás de él...
Mientras miraba al exterior por una ventana sucia y manchada de sangre, viendo varios muertos merodear con lentitud, sentí la puerta abrirse con sutileza, donde entró el jefe de la facción, llamado Nick:
-Hola Elena, disfrutando de tu día libre ¿No?- Dijo este sonriente y con buena actitud.
-¿Disfrutar de ver gente morir cada día?... No...- Dije de manera fría y seca, la poca alma que me quedaba, ya era menos, tanto que parecía irse.
-Vaya... Lo siento...- Dijo sentándose detrás de mí y tarareando para ''Romper el hielo''.
Me puse a jugar con el anillo de compromiso el cual aún llevaba puesto, mirando las incrustaciones escritas del mismo, que decían nuestros nombres en iniciales ''E&K'', algo muy infantil y tonto, más sin embargo, tenerlo conmigo me traía calma y me hacía sentir tibia por dentro, como si aún hubiese vida en mi, y también sentía, como si aún hubiese vida en él:
-¿Sigues buscando a tu esposo?- Me preguntó.
-Sí- Respondí sin siquiera mirarle.
-¿Por qué tanto buscar? ¿Era muy bueno?- Preguntaba.
-Era él...- Respondí.
-¿Él?- Me preguntaba confuso, ya fastidiandome.
No respondí ya que no tenía ganas de contestarle, ya que, era el típico tío al que le gustas y trata de acercarse a ti de maneras tontas y estúpidas, no me iba él, y no me interesaba en lo absoluto hacerlo sentir mal o que sienta algo por mí, mi objetivo era conocer las respuestas a todo este lío, y volver a ver a Ken vivo o muerto.
De la nada, uno de los miembros del grupo abrió mi puerta desesperado y recobrando el aliento llamándome así la atención al igual que a Nick:
-¿Qué pasa?- Preguntó dicho lider.
-El grupo de Pelea volvió, y... Y están jodidos, las cosas no van bien, venga a ver ¡Rápido!- Decía este con mucha desesperación.
Nick salió corriendo detrás de este y mientras yo les seguía pero a pié y con tranquilidad, aunque aún así, me sentía preocupada. ¿Qué había pasado? Esperaba muy malas noticias...
Mientras bajaba las escaleras del 3r piso podía escuchar gritos de agonía, gritos tan fuertes y dolorosos que se podía sentir el crujir de tus propios huesos gracias a la vibración del llanto.
Cuando salí del edificio pude ver a varios hombres con vendas y ensangrentados, para ser exacta, vi solo a 2 hombres así, mientras que el resto de personas importantes del grupo como Médicos, Líderes y los mejores peleadores estaban alrededor de la persona que libraba los gritos de antes, muy apresurados y nerviosos.

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Not Ready To Die
HororVivir... Morir... ¿Qué más da? ¿Por qué es tan importante? ¿Por qué es algo que aterra a todos? El morir... El vivir... ¿Acaso no es lo mismo?... Vivimos para morir... Morimos para vivir... ¿Esto es así? Bien... Me importa una mierda lo que sea el s...