capitulo 8

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El descanso termino, no salí del baño por temor a encontrar me con la profesora y pidiera hablar conmigo.

Jimena fue por mi hasta al baño, diablos, adobada a esa niña, de verdad, era mi súper mejor amiga.
Me grito dentro del baño. Salí con la cara roja como Jitomate.

-¿Estas bien?- Me dijo Jimena tocando mi hombro.

-S-si...- Dije algo seca.

-Debemos regresar, ¿sabes?

-Lo se..

-Bien vamos, yo te escondo bajo mi chaqueta.- Dijo con una dulce sonrisa en su cara, yo solo solté una risita, de las tantas que tenia yo.

La abrace y salimos de ahí con la mirada de todos posadas en nosotras.

Claro, no es normal, ¿oh si? Salir del baño con tu mejor amiga abrazadas..¿?

No nos importaba que nos dijeran, nosotras sabíamos mi secreto. Solo nosotras.

Entramos al aula y ahí estaba la profesora, seguramente atónita por que había ocurrido minutos antes. Prosiguió dando su clase, ah lo que le hizo pararse y al mismo tiempo, voltear se a escribir en la pizarra, llevaba un pantalón pegado, con zapatillas, (que apenas y así me alcanzaba) y una blusa blanca pegada con un pequeño saco que le cubría sus senos. Pero no del todo.

Tal vez, no se si sea mi imaginación, pero no llevaba sostén, tenia "las altas"

Me éxito mucho ver eso, también su trasero, valla que esa mujer es preciosa, tiene una figura esbelta.
La figura que cualquier chica quisiera tener. Yo también, solo que la quiero, de forma en tenerla entre mis brazos. Mi feminidad comenzó a palpitar, ya que estaba excitada, faltaban 5 minutos para salir. Quería irme ya, oh tal vez, quedarme a charlar con la profesora, ya que no hay problema si no llegó a mi casa, mi mamá no estaría de todas maneras.

Tocaron y todas tomaron sus mochilas para irse.

-¿Vienes?- Grito Jimena desde la salida.

-Hmm no, tengo- Trague saliva- un.. Un asunto con la profesora que arreglar

-Bien, vámonos Mishell.

Me quede hasta que todas salieron, menos yo y la profesora. Antes de que ella efectuará las mismas acciones de mis compañeras, la detuve.

-Profesora, debemos hablar.- Dije mientras obstruía su paso.

-No tenemos nada que hablar, solo ve a tu casa, y olvidemos..

No la deje terminar, ya que me abalance sobre ella y la bese, mi parte palpitaba, estaba tan excitada.. La maestra no se opuso a mi beso y lo siguió. Lentamente de su espalda, baje hasta su trasero, tomándolo con las dos manos y estrujado lo.
La profesora poso sus manos en mis hombros rodeando mi cuello. Pedí a su boca permiso para introducir mi lengua, lo cual funcionó, era una guerra de lenguas, la salina están por toda nuestra boca, juntándose, haciendo un sabor único y delicioso.
La profesora, y yo, nos separamos por falta de aire. Pero yo aun no soltaba su suave y gigante trasero que tanto me excitaba y deseaba.

Mi Profesora Y Yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora