Skyler: The First Mutant

Autocontrol

Skyler negó y junto a Charles caminó por donde se había ido Hank.

-Ven, Hank -llamó Charles, pero el chico ni se inmutó y siguió caminando a largas zancadas.

-Será mejor dejarlo solo un rato -propuso Sky.

Charles suspiró.

-Si.

-Hank mejoró al quitarse los zapatos, tuve que esforzarme un poco. Sentí mis marcas arder -murmuró pensando que él debía saberlo.

-¿En serio? -le miró alzando un poco las cejas.

Asintió.

-Si llegara a tener más confianza en sí mismo, seria genial -le restó importancia, cambiando de tema.

-Otro de tus momentos -burló Charles.

-Así me quieres -se encogió de hombros-, lo sé.

-Y no tienes idea de cuánto -le miró fijamente.

Skyler no esperaba esa respuesta. Tomó aire y apuntó a Hank con la cabeza cuando doblaron una esquina.

-Oh, mira allí está -se apresuró a hablar- Será mejor que vaya a por él.

Charles sonrió y siguió a la chica con la mirada. Skyler corrió rápidamente y detuvo a Hank por el hombro.

-No escuches a Alex. Además, podrás vengarte con su traje -le guiñó el ojo y Charles rió llegando junto a ellos.

-Ella tiene razón -admitió-, pero no te pases del límite.

Hank sonrió.

-¿Vamos al laboratorio? Así les enseño las alas de Sean y lo que he estado diseñando para Alex.

-Claro.

Dos días después.

Skyler había estado entrenando con Raven y también se la pasaba en el laboratorio con Hank y Charles mientras el primero terminaba las alas de Sean, y lo que sea que hacía para Alex. En ocasiones obligaba al de lentes a correr con ella, y tanto Charles como la azabache notaban su mejoría. Y lo mejor, pensó Skyler, es que tenía una excusa para evitar a Erik, ya que últimamente este la confundía; mientras que Erik, solo le daba su tiempo y admitía ser un tonto por decirle de aquella forma sus sentimientos.

Skyler había perdido la cuenta de cuantas vueltas habían dado a la mansión, pero ella se encontraba fresca como si apenas y hubieran corrido un minuto, mientras que el pobre de Hank jadeaba de cansancio.

-Aun sigues ganando en resistencia -dijo Charles a la chica- Tan fresca como una rosa.

Skyler rió.

-Por cierto, las alas de Sean ya están listas -jadeó Hank doblándose un poco- ¿Las probamos luego de que tome una ducha?

-Claro -respondió Charles y Hank asintió para luego caminar rumbo a la mansión- ¿Necesitas una también?

-Si -respondió Skyler siguiéndole.

-¿Te acompaño? -preguntó en tono pícaro y con una sonrisa.

-Gracioso -se alejó de él alcanzando a Hank-, ¡muy gracioso, Charles!

-Eres una pervertida, me refería a que si te acompañaba dentro de la mansión -repuso divertido.

Charles rió y ella bufó, le encantaba molestarla aunque siempre había una pizca de verdad en algunas cosas.

Luego de una larga ducha y ponerse ropa normal, Skyler salió al patio en dónde esperaban Charles, Sean y Moira.