Skyler: The First Mutant

Colegio para dotados

Años después.

-Bueno, eso es todo por hoy chicos, pueden retirarse -dijo con una sonrisa- Jean, déjame acompañarte. El Profesor sobre protector dice que si no estoy dando clases vaya a sentarme y a fingir que soy una estatua -rió y se levantó del sillón en el que se encontraba.

Comenzaron a caminar mientras el resto de alumnos salían.

-Y por supuesto que lo desobedecerás, ¿no? -preguntó divertida.

-Claro que sí, es divertido molestar a Charles y necesito aire fresco. ¿Me acompañas afuera? Debo buscar a los mellizos peligro, hace rato no los veo y me preocupa que estén haciendo alguna travesura.

-Claro que si, Skyler, solo déjame llevar esto a mi habitación y...

La pelirroja chocó contra un chico con los ojos vendados y sus libros cayeron, mas no llegaron al piso pues Jean uso sus poderes para devolverlos a sus brazos.

-No puedo.

Skyler se acercó y se llevó una sorpresa al ver a Alex.

-¿Con quién estás hablando? -preguntó el rubio.

-Conmigo -respondió la pelirroja.

-Te oí dentro de mi cabeza.

-Soy telépata. Leo la mente.

-No entres a la mía, no quiero que una chica rara husmee por ahí.

-Tranquilo, Scott. No hay mucho que ver -contestó y se dio media vuelta para irse.

-Oye, espera, no te dije mi nombre.

-No, no me lo dijiste -contestó y siguió su camino.

Alex rió y Skyler también. La azabache colocó una mano en el hombro de su viejo compañero.

-¿Alex?

-¿Skyler? -preguntó alegre- Estas... guau, ¿grande? -añadió refiriéndose a su abultado vientre.

-Sí, bueno y apenas son cinco meses -rió y acarició su vientre.

-Tengo curiosidad como...

-No preguntes, Alex -le dio una palmada y ambos rieron.

Dos niños pasaron corriendo casi que empujando al chico que acompañaba a Alex.

-Woah, ¡ustedes dos, quietos allí!

Los dos pequeños se detuvieron y miraron con una sonrisa inocente a su madre.

-Casi derriban al chico de una tacleada, pídanle disculpas a...

-Scott, es mi hermano -dijo Alex.

-Pídanle disculpas a Scottie.

-¿Scottie? -preguntó el chico.

-¿Algún problema, cariño?

Solo negó con la cabeza.

-Lo sentimos -dijeron al unísono con voces agudas fingiendo inocencia- En muestra de disculpa...

-... quisieras jugar a la papa caliente...

-Extrema.

-¿Qué tiene de extrema? -preguntó el chico.

Ambos se miraron, sonrieron con complicidad y cada uno tomó a Scott por una mano.

-Nos pasamos una bola de electricidad -dijo el niño- y el que pierda...

-¡Yo lo mojo! -terminó la niña.

-¡Y se electrocuta! -terminaron a la vez.

El niño le dio un pequeño corrientazo a Scott y este pegó un salto.