Yuuka, no soy tan buena escritora y creo que lo has notado, pero aquí sigo, sigo intentándolo porque creo que tú vales la pena.
La suerte parecía seguir al castaño con tanto afán... No sabía cómo y tampoco el por qué, pero el profesor de ciencias decidió cambiar de lugares ese día, y para su suerte o no sabría decir si para su pesar, Ruki ya no se se sentaba a su lado, sino ese estudiante de pelo azabache, tan misterioso, tan tranquilo, tan... él. A Ruki le asignaron un par de asientos tras ellos, pero como a él le encantaba ser dramático, conseguía la mayoría de las veces lo que deseaba y se había ubicado apenas un asiento tras su mejor amigo. Ese pequeño gozaría de una primera fila de lo que pasaría entre su mejor amigo y el pelinegro, ocultando una sonrisa ladeada al planear lo que él podía denominar "la mejor idea de todas". A veces el rubio podía ser exagerado e inventarse cosas en la cabeza, pero con eso sentía que debía ocurrir, debía hacer algo para que el castaño deje de pensar tanto en cosas de las que no debería ni estresarse aún, y disfrute de lo que pasaba día a día. Además, el de pelo negro realmente estaba buenorro; si el rubio no fuese tan amable con su mejor amigo, no tardaría nada en intentar conquistarlo.
-¿Qué tanto miras? -Lo sacó de sus pensamientos el castaño, quien se acercó un poco a su lugar aprovechando que aún nadie se quedaba quieto, por la reciente reubicación.
-Miro a tu nuevo acompañante, grr. Te envidio. -Dijo aquello haciendo un pequeño mohín con sus labios, en ademán a berrinche.
-No tienes nada que envidiar, yo quiero salir volando de aquí... ¿Cómo es que él, con sólo venir, es el causante de la reubicación de la clase entera? -Dijo casi en un murmuro, cruzándose de brazos y observando al mencionado por sólo unos segundos.
-Yo le perdono todo, además, tengo una increíble vista de su espalda marcada justo frente a mí. -Comentó de la misma manera que lo había hecho anteriormente su castaño compañero.
-Esto va a ser incómodo... -Concluyó el más alto, soltando un leve suspiro para luego volver a su asiento, tratando de mantener su perfil despreocupado, sin tener demasiado éxito.
-Hey, creo que tú y yo vamos a seguir sentados uno al lado del otro... -Quizo hacerse el despreocupado y bromear, sin lograr sacar del rostro del de pelo negro siquiera un atisbo de sonrisa. Su corazón se achicó dentro de su pecho, este chico era tan duro y tan atractivo... Un momento, ¿atractivo? ¿desde cuándo el castaño pensaba así? Sacudió su cabeza un par de veces, ubicándose mejor en su asiento.
Las clases dieron inicio y las horas volaron. El castaño descubrió que no era el único bueno en ciencias y que aquel pelinegro cuando sonreía, podía derretir corazones helados y dejarlos cálidos... Nunca antes había tenido el honor de ver una sonrisa tan única y triunfante luego de realizar algo de manera casi perfecta, el castaño le sonreía en respuesta y era como un tipo raro de conversación el que mantenían.
Ambos fueron los de la calificación más alta de la clase aquel día y el profesor se valió de aquello y se autorecompensó por haber tenido la brillante idea de juntar a esos chicos.
Todo terminó cuando sonó la campanilla y todos los alumnos salieron a velocidad de un rayo. Uruha y Ruki no serían la exepción. Ambos ya estaban camino a sus casas, aún seguían siendo vecinos, así que siempre caminaban juntos hasta el barrio donde vivían.
El rubio iba comentando a cuántos chicos guapos había visto en la escuela ese día y el castaño no prestaba mayor importancia, pues unos orbes oscuros invadían su mente, acompañados de una sonrisa casi perfecta. Ambos estaban metidos en sus asuntos hasta que nuevamente se cruzaron con el de ojos cual noche, quien dicho sea de paso, estaba con unos chicos de aspecto no tan amigable, charlando animadamente.
Uruha y Yuu cruzaron miradas y una especie de electricidad recorrió el cuerpo entero del primer mencionado, terminando en la punta de sus dedos, dándole una especie de cosquillas suaves. Nuevamente su mundo se desvaneció por unos segundos, parecía que el tiempo se detuvo, sólo para ellos, sólo para que se sostuvieran la mirada cuanto tiempo pudiesen.El más bajito dió un codazo al costado del castaño, quien cortó la conexión con el de orbes oscuros para poder prestarle atención. -¿Qué pasa? -Cuestionó, restándole un tanto de importancia.
-¿Cómo que 'qué'? ¿Necesitas una cubeta o prefieres un trapeador, hm? -Bromeó en voz baja, mientras que lo jalaba de su chaqueta, alejándolo de aquel grupo y dando paso a que continúen su camino. -Esos chicos no me daban buena espina, el morocho buenorro deberá cambiar amistades si quiere estar con mi mejor amigo-
Allí mismo el castaño mencionado comenzó a reír sin medirse, terminando por atragantarse un poco. El entrecejo del rubio se arrugó un poco y apareció en sus rosados labios aquel mohín de niño pequeño que siempre hacía. -¿Dije algo gracioso? Debo protegerte. -Se escudó.
-¿Qué te hace pensar que él y yo seremos algo? ¿Qué te hace pensar que él me interesa? Enano curioso y metiche. -Rió un poco más.
Su mejor amigo cambió su expresión a una más pícara, enarcando una ceja y sonriendo de lado. -Te conozco de toda la vida, Shima, babeabas por él ¿y quién no lo haría? Está buenísimo-
-Deja de decir cosas sin sentido y sigamos caminando. -Finalizó el castaño y simplemente siguió su camino a casa.
El resto del camino conversaron de cosas sin sentido y quedaron en que Ruki haría linda pareja con Yuu, que posiblemente los dos eran polos opuestos y que eso traía loco al menor.
Al llegar a casa, el castaño se descalzó y fue directo a su cuarto, pues sabía que nadie estaba en su casa a esa hora, ya que su padre trabajaba hasta muy altas horas de la noche. Llegó a su cuarto y lo primero que hizo fue lanzar su mochila a un lado, se dejó caer en la cama tal cual, sin siquiera sacarse la ropa y se quedó allí, mirando al techo por unos instantes, hundiéndose en pensamientos. ¿Quién era ese chico nuevo? ¿qué hacía cerca de su barrio con un grupo de amigos con un rostro no tan amigable? ¿en que estará metido? Suspiró y se levantó, dispuesto a darse una ducha rápida y a ver si en la cocina había algo para prepararse de cena, porque sí que tenía apetito esa noche.
Se duchó y se relajó por completo, bajando a la cocina para prepararse un sándwich y al terminar fue a la sala para lanzarse al sofá a jugar videojuegos en su televisor.
Todo iba normal hasta que alguien golpeó a la puerta de su casa, y grande fue su sorpresa al ver a uno de los ajentes especializados de su padre le informaba que él había tenido un accidente algo grave y que se encontraba hospitalizado, que él había sido enviado para recoger al castaño y que tomara las cosas necesarias para ir a quedarse con su padre esa noche.###
¡Buenas noches queridos lectores! Hoy actualizo porque he tenido tiempo, pero lo hice cortito para que se sienta la tensión y el drama. ¿Qué tal les está pareciendo la historia? Hay muchas cosas aún que descubrir en Yuu y tantas dudas ya plantadas en las cabecitas de Ruki y Uruha. Muahahaha ¡Hasta la próxima!
ESTÁS LEYENDO
Almas Conectadas (Aoiha)
Fiksi Penggemar-Cuando te sientas solo y no sepas qué hacer o cómo actuar, no dudes, aquí estaré ¿está bien? -Aquella frase era demasiado dulce, demasiado fraternal... ¿Por qué debía ser tan perfecto y tan ajeno a su mundo? ¿Por qué había sobrepasado los límites q...