¿Cómo era posible que la semana haya pasado tan rápidamente que ya era viernes por la tarde? Esa noche tenía la cita con el de hebras oscuras y no sabía qué debería hacer, si ir o no.
Ruki ya estaba enterado de todo, él le daba fuerzas al castaño y lo alentaba a que disfrutara, que una vez se vaya la oportunidad, nadie sabe si habrá otra. Él ya se había ido a casa, alegando que era bueno que el castaño caminara un poco en soledad, para despejar su mente. En realidad fue todo lo contrario. Su mente no callaba, estaba hundido en miles de preguntas mientras que caminaba al lugar pactado ¿Pero qué estaba haciendo? ¿Por qué obedecería un mandato que le hizo el más alto? Apesar de que lo invitó a una cita, el castaño siquiera pudo responder ¡Qué falta de respeto! Pensó ya al adentrarse al parque central, sin haberse dado cuenta que el de orbes oscuros ya estaba caminando tras él.-Hey... -Un respingo sutil y un suspiro pesado fueron la respuesta del castaño a esa pequeña frase salida de los labios de su contrario, a demasiada corta distancia de él. Se separó un poco y volteó a mirarlo.
-Hey... -Contestó con en entrecejo algo fruncido pero no pudo mantener su postura de enfadado luego de ver al más alto en todo su esplendor ¿Acaso ese chico sólo tenía prendas oscuras? ¿Por qué ese look despreocupado sólo le iba bien a él?
-Perdón si te asusté... Vi que estabas tan serio y tensionado y decidí distraerte. -Confesó el pelinegro sin demasiadas preocupaciones.
Algo que el castaño adoraba, era ese adorable acento que tenía el de ojos negros al hablar. Se notaba que era extrangero. El japonés a través de sus labios sonaba tan ligero... Esos labios, qué tentación.
-No importa... -Murmuró sin pensar con claridad, pues un par de carnosos labios llamaban demasiado su atención.
El pelinegro ladeó una sonrisa sutil al notar que el castaño lo observaba más de la cuenta, pero no dijo nada. -Vamos a por una pizza... Extraño los placeres de California ¿sabes? -El castaño dejó de mirar sus labios para luego observar esos ojos cual lagunas, que parecían tragarlo ¿Por qué debía ser tan endemoniadamente perfecto?
-Por mí está bien... -Respondió finalmente el de hebras castañas casi rojizas.
El mayor comenzó a caminar sin prisa, guiando al castaño hacia lo que parecía ser la pizzería en la cual había pensado ya hace algún tiempo atrás.
Llegaron al lugar y el castaño eligió un lugar alejado, para tener más privacidad y como para no incomodar al más alto si fuesen centro de atención. A él le gustaba que nadie lo observara... Desearía que uno sólo lo siguiera observando, uno de ojos tan negros y absorventes, con los labios más impactantes que haya visto en toda su vida... Oh, qué jodido estaba aquel de ojos café.-Compartamos sabores... ¿Cuál es tu favorito? -Rompió el silencio el más alto, mostrando su sonrisa como siempre. ¿Cómo podía hacer que todo a su alrededor desaparezca tan rápido? El castaño no sabía.
-Estoy bien con Muzarella... -Contestó sin despegar sus ojos de los ajenos.
-La mía es Napolitana... -Comentó y se quedó también observando al castaño con detenimiento. Sus miradas estaban cruzadas. El más alto bajó un tanto su mirada a aquellos labios carnosos que poseía el de hebras castañas, ensimismándose.
Una mesera se aclaró la garganta, sacándolos a ambos de sus profundos pensamientos, preguntando amablemente qué ordenarían.
-Una pizza grande, mitad napolitana y mitad muzarella... -Ordenó tranquilamente el pelinegro, sin siquiera mirar a la mesera. Observaba al castaño, mientras que este había bajado la mirada a sus manos cruzadas sobre su regazo, tratando de que su cabello ayude a ocultar un pequeño sonrojo que se había instalado en sus blancas mejillas. El pelinegro no pudo dejar de deleitarse con aquella imagen.
La mesera se alejó y el castaño se aclaró la garganta, llevando una de sus manos a acomodar un menchón de pelo tras su oreja. Estaba nervioso. ¿Qué acababa de ocurrir?
-Y bien... ¿Desde cuándo eres tan bueno en ciencias, hm? -Cuestionó el de orbes oscuros. Aquella pregunta lo tomó por sorpresa.
-Ahm... Siempre me gustó la materia. -Eso era verdad. Incluso antes de que su madre se haya ido, esa era la única materia que amaba.
-Ya tenemos algo en común... -Su sonrisa se amplió y el castaño sintió su corazón querer salírsele.
El resto de la noche hablaron sobre sus gustos y en algunos coincidían. Aoi... Sí, Yuu tenía un sobrenombre; Aoi amaba leer, le gustaba la historia también. En ciencias era malo antes, pero de a poco fue tomándole el gusto y comenzó a hacerse cada vez más bueno. Uruha rió un par de veces en toda la noche, Aoi hacía chistes demasiado malos, de tan malos que eran, no le quedaba de otra que reírse de pena.
Salieron de la pizzería ya muy tarde por la noche, decidieron quedarse en la plaza a charlar. Ambos se lanzaron al césped y se quedaron viendo las estrellas. Charlaban animadamente hasta que ambos se quedaron en silencio. No era un silencio incómodo, era uno tranquilizador, uno que ambos necesitaban.
Uruha dirigió su mirada hacia el pelinegro a su lado, apenas lo veía puesto que estaba oscuro, pero lo podía contemplar tranquilamente. En un momento dado, el observado también volteó a ver al menor. Ambos se veían apenas, pero sus miradas estaban conectadas.
El pelinegro se acercó un poco más al de ojos café, deseaba probar esos labios que lo traían loco. Se acercaba casi mínimamente. El castaño logró verlo moverse, acercándose, pero no hizo nada, sólo se quedó hipnotizado mirando a los ojos del más alto. Se acercaban cada vez más. Sus respiraciones ya casi se entremezclaban, el menor entrecerró sus ojos y dejó escapar un suspiro muy suave al sentir la cercanía del pelinegro. Ambos estaban sumidos en aquella especie de trance. Iban a probarse por primera vez...
Un tono de llamada los alejó de una manera absurda. El menor dió un respingo al sentir su móvil sonar, y debido a la cercanía que tenía con el de hebras oscuras, le dió un golpe en la nariz con su cabeza, provocando que sangrara un poco. El menor no paraba de disculparse hasta que atendió la llamada. Era del hospital. Debía ir corriendo allí.
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Capítulo coooorto, pero es para mantener la tensión. (?)
Aiudah ;^; ¿Cómo está yendo la historia? ¿Les gusta? ¿Doy asco? ¡Digan algo!(?)
Yuuka, no me mates... Soy inexperta en esto. (?)
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Almas Conectadas (Aoiha)
Fiksi Penggemar-Cuando te sientas solo y no sepas qué hacer o cómo actuar, no dudes, aquí estaré ¿está bien? -Aquella frase era demasiado dulce, demasiado fraternal... ¿Por qué debía ser tan perfecto y tan ajeno a su mundo? ¿Por qué había sobrepasado los límites q...