Capítulo 1 - Incrédulo.

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Tengo 17 años, nunca había creído que la reencarnación fuera cierta, soy un poco escéptico en este tipo de temas. La verdad es que creía más posible la existencia de vida en otro planeta que creer en los horóscopos, hechizos o algo por el estilo.

***

Pensaba sobre el tema relacionado a la reencarnación en la clase aburrida de Filosofía, impartida por ese profesor el sr. Jared, era demasiado flaco y refunfuñón, cuando escucho detrás de mí. Era Isabel, mi mejor amiga, la típica chica seria, la que pocos notan, quizás por eso es mi amiga, ambos pasamos desapercibidos.

-Terence que harás ésta tarde? Preguntó sin más.

-Al parecer nada, mi familia saldrá a cenar ésta tarde pero no quiero ir, por? (La verdad no quería ir, eran de esas típicas cenas de gala donde pareciera que te falta el oxígeno). Contesté desmotivado.

-Está bien, te ayudaré a escapar de ellos, te espero en mi casa para ver una película.

-Por eso es mi amiga. Expresé mientras esbozaba una sonrisa, ella siempre me saca de apuros.

-Muy bien, les diré que tenemos una presentación para mañana... jajajaja

-Excelente. Dijo sonriente.

-Ustedes dos! Explíquenme que religión del mundo habla más sobre la reencarnación.  Interrumpió el profesor.

-Ah! Um! La católica? Dije sin más.

-Pongan atención chicos, esto no es clase la "Clase de Chisme Avanzado", como castigo me van a exponer en la siguiente clase sobre "La reencarnación". Aclaró el sr. Jared.

Ambos nos miramos sorprendidos, pero era un castigo merecido.
La clase terminaba y al salir a los casilleros coincidimos nuevamente.

-Creo que la boca castiga no? Dije sarcástico.

-Ya veo que en la vida todo se paga, ahora ya no necesitas mentir. Rió ella.

-Bueno, te veré por la tarde.

-Ok. Cuídate! Se despidió con un ademán.

Al igual que ella, me despedí e inicié mi camino a casa, prefería caminar sólo, la verdad no veía atractivo compartir el camino conversando con alguien. El sol estaba radiante por lo que su calor era muy abrasador.
Recordé que en mi mochila había guardado mi iPod, por lo que lo saqué e inicié la reproducción de mis favoritos.
Rihanna no podía faltar para acompañarme en este largo y caluroso camino. No sé, pero ella siempre tenía la canción adecuada para cada momento de mi vida.

Llegué a casa, el calor era infernal, no sé pero eso ocasionaba que mi apetito se esfumara, para colmo de mis males casi siempre llegaba a casa a la hora de comer, yo lo único que quería era recostarme a descansar y mi madre Lizie, tan linda, se molestaba conmigo por no querer comer.

-Le diré a tu padre que no quieres comer!

-Ya vas a comenzar con eso de nuevo? No estoy enfermo! (Ella siempre insinuaba que tengo bulimia). La verdad es que esas enfermedades mentales se me hacían interesantes, como lo leí en ese libro tan bello, La ventaja de ser invisibles, del que me había enamorado tanto, "No soy bulímico, yo creo en la bulimia".

Miré mi celular y era la hora, les dije a mis padres que saldría a hacer mi tarea, les pedí dinero para el material, a lo cuál accedieron, lo que no sabían que era para comprar las palomitas para nuestra película. Toque a la puerta de la casa de Isabel. Esperé un momento y ella salió, tan sencilla y guapa como siempre, era de esas chicas que no necesitaban maquillaje o accesorios para verse linda. La miré y sonreí, ella me correspondió y me invitó a pasar.

-Terence que peli veremos? Chicas pesadas ya no, van alrededor de mil veces que la vemos, ya hasta te sabes los diálogos!

-Qué cruel eres! No es necesario que exageres así! jaja
Pero la verdad es que si me había memorizado cada diálogo.

-¿Y si vemos "La vida según Greta"?

-La verdad no la he escuchado, de quién es?

-Terence, hasta la pregunta ofende! Tú bien sabes que sólo veo películas de Hilary Duff!

-Claro! Se me olvidaba, me encanta como actúa! Por favor ponla!

Vimos esa película, triste, romántica, confusa... me quedé un poco pensativo después de verla. La verdad ya era tarde y no me había dado cuenta, y Margaret, la mamá de Isabel no había llegado aún. Recogimos todo y me despedí de ella.

***

Al siguiente día en el bachillerato, al ver a Isabel volvimos a comentar sobre la película. Nos emocionamos tanto que casi llegamos tarde a clase de matemáticas, la verdad nunca entendía nada, ella me ayudaba un poco pero éramos malos en la materia. Terminábamos copiando el trabajo.

La mañana pasó muy pronto, compartíamos el almuerzo en las escaleras de la entrada riendo de todo y nada a la vez.

-¿Y qué has pensado sobre la presentación del miércoles?

-¡Es cierto, la presentación! ¡Se me había olvidado! ¿Te parece bien si nos reunimos hoy en la biblioteca?

-Terence, conozco a tus padres y te dirán que en la pura calle te la vives.

-Lo sé, pero no es porque yo así lo quiera, es tarea y debemos de cumplir con ella ¿no? Jajajaja

-Eres un desgraciado!

-¡Gracias amiga!

El resto del día pasó muy rápido. Y había quedado con Isabel para ver sobre ese dichoso tema.

-¿Estás lista?

-Claro, traje mi laptop. ¿Creo que es lo único que necesitamos no?

-Creo que si.

-Empecemos a buscar en libros, no confío mucho en la información de Internet.

-Es que también debes de ver la fuente, no toda la información es mala, pero si me parece buena idea buscar en los libros.

Leímos un buen rato sobre el tema, la mayor parte no la comprendía. Isabel se veía tan interesada en el tema, parecía que ella de verdad se había adentrado en él.
Empezamos a transcribir la información, por poco y terminamos pero la bibliotecaria nos interrumpió.

-Jóvenes, disculpen pero ya es hora de cerrar.

-Gracias Elisa. Dijo Isabel.

Ambos terminábamos de recopilar y decidimos pedir prestado el libro. Salimos rápido ya que ella no era tan amable.

Íbamos platicando por la calle sobre el tema, y compartíamos nuestro punto de vista.

-Pfff! Qué complicado no? Dije un poco cansado.

-Es interesante, a mi me fascina. Dijo Isabel.

-La verdad yo no creo mucho en esto.

-Yo sí. Imagina, qué interesante saber quién fuiste en tu vida pasada!

-¡Ay! Isabel, tú y tus cosas. A veces me asustas.

-Creo que en la otra vida pude haber sido una doncella maya o alguna damisela de la Edad Media. ¿Y tú quién crees que fuiste?

-Basta, es demasiado por hoy. ¡Te veo el lunes en clases! Descansa.

-¡Igualmente Terence!

Llegué a casa, lo único que necesitaba era dormir, pero la pregunta de Isabel se me había quedado grabada en la mente. Puse mi música favorita para distraerme un poco, traté de dormir pero no podía, la misma pregunta me atacaba.
¿Y tú quién crees que fuiste?
Esa noche fue bastante larga.
Pero eso apenas comenzaba.

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