Capítulo 4 - Arrepentido

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Después de esa tarde, el haber conocido a Katlyn y todo lo que nos dijo, he quedado casi en shock, pero si en verdad soy un alma reencarnada, necesito saber para qué he vuelto a vivir, cuál es el objetivo de que yo supuestamente haya reencarnado, es algo que me resulta realmente enigmático.

Todo me había caído de sorpresa, y más el saber que Becka era de los nuestros. Pero ¿ella lo sabía? ¿cuál es su don? ¿también había reencarnado? Sólo había una manera de saberlo y era volviendo a esa casa.

***

El día de hoy estaba decidido a faltar a clases, llamé a Isabel, quizás le interesaría acompañarme a la casa de Katlyn.


-Hola Isabel, ¿quieres acompañarme a casa de Katlyn?

-¿Acaso bromeas? Sabes que estoy muy asustada por todo lo que nos dijo. Yo no pienso ir, pero por tal de saber más sobre este tema, con gusto iré. Dijo motivada.

-Paso por ti en un rato.

-¿Qué?¿Piensas hacerme faltar a clases? Me dijo molesta.

-Se me pasó mencionarlo. Además llevamos estudiando dos años y nunca hemos faltado, en cambio otros siempre faltan y no les va tan mal. Dije convincente.

-Bueno, eso es cierto. Aparte sólo nos falta un mes de clases para salir ya de vacaciones. Te espero pero no tardes que no quiero que mi madre se dé cuenta. Dijo un poco angustiada.

Fui por Isabel a su casa, tomamos un taxi hasta la mansión de Katlyn.

-Espero que no nos sorprenda con sus cosas otra vez. Le dije a Isabel.
Ella solo me miró impaciente. La comprendo, a ella si le interesa esto. Yo empiezo a tomarle cierta importancia, pero todo esto es demasiado raro para mí. Me da miedo que mi vida girara tan rápido y más por algo que no creo, bueno debo empezar a considerar el cambio de ideologías sobre esto.

-Hola muchachos, qué bueno que vinieron, los veo un poco impacientes, ¿qué les sucede? Mencionó Katlyn.

-¡Quiero respuestas! Dije exigentemente.

-Queremos... Corrigió Isabel.

-Si lo sé. Me imaginaba. Pasemos chicos. Nos dijo cordialmente Katlyn.

Pasamos a su recibidor. Demasiado amplio diría yo. Es muy acogedor. Vitrales grandes y coloridos. Lámparas antiguas y cuadros que quizás serian de Picasso o cualquier pintor famoso.

-Verás Terence, tus aliadas están ocultas por el mundo, en los diferentes continentes. Tú permaneces en Europa, los demás en Asia, Oceanía y América.

-¿Y cómo sabe de ellas? Dije.

-Porque tú me entregaste tu libreta de apuntes. Tu diario lo protegiste bajo un hechizo que sólo junto con tus aliadas puedes volver a recuperar. La gema tu sólo sabes donde está. Contestó Katlyn.

Isabel y yo nos quedamos petrificados. No sabíamos qué decir.

-Necesitamos empezar a practicar para que puedas recuperar un poco de tu memoria, no recordarás todos los hechos de tu vida pasada. Sólo recordarás algunos rostros y lo más importante tus hechizos.
Salgamos a mi jardín. Haremos que te adentres a tu mente y para eso necesitaremos un ambiente tranquilo en contacto con la naturaleza.

Al salir al jardín me di cuenta de que al centro había una gran terraza, la cuál no estaba el día anterior o al menos eso pensaba.

-Pero, ¿y esta terraza? Preguntó Isabel un tanto asustada.

-Siempre ha estado aquí. Contestó Katlyn.

-Ya lo creo. Dije sarcástico.

-Miren, muchas veces en la vida caminamos sin poner atención a lo que hay alrededor. Mantenemos fija la mirada en otras cosas mientras que otras tantas pasan desapercibidas. He vivido lo suficiente como para aprender a ver lo esencial con el corazón. Contestó muy segura Katlyn.

-Disculpe pero no estoy seguro de hacer esto. Dije.
La verdad al saber todo esto me volvió a dejar inquieto, muchas ideas iban y venían en mi mente y por lo que le escuché necesitaba asilenciar mi mente para viajar al pasado. Lo cuál sería imposible en este momento.

-Disculpe, sobre Becka... dijo Isabel, haciéndome volver de mi pensamiento.

-Ella no me conoce, pero ya empieza a experimentar cosas en su vida.

-¿Cosas? Dije.

-Mira, yo no puedo decirte más sobre ella. Recuerda que necesito tocar a las personas para saber de ellas. Verás hace poco empecé a sentir cómo ella desarrollaba lentamente su poder. Y la he estado cuidando, ¿Acaso crees que la nota del libro fue mera casualidad? Era para ella, quería ayudarla, jamás pude imaginar que daría contigo. Como dije anteriormente, tardaste demasiado en reencarnar, tus poderes jamás se habían revelado. Dijo Katlyn.

Definitivamente esta mujer me estaba volviendo loco con tanta información, estoy arrepintiéndome de venir.

¡Don't stop the music!¡Don't stop the music!

Al escuchar ese timbre en mi celular un frío recorrió mi nuca hasta mi espalda. Ese tono era especial para identificar que mi padre Stan me estaba marcando.
La sangre se me fue hasta los pies.
Isabel me miró y se quedó sorprendida.

-¡Vamos! ¿No vas a contestarle a tu padre? Me dijo Isabel.

-Cierto. Dije titubeando.

Tomé el teléfono de mi bolsillo.

-Ho..la pa, ¿qué tal? Dije muy nervioso.

-Te necesito en casa ahora. Dijo enérgicamente.

Ni siquiera le había dado respuesta y ya me había colgado.

-Creo que se cortó la llamada. Dije angustiado.

-Sí como no. Al parecer está super furioso. Dijo Isabel.

-Tranquilo, no pasa de un buen regaño, recuerden que puedo ver su futuro. Dijo Katlyn.

-Eso esperamos Katlyn. Dijimos Isabel y yo demasiado preocupados.

-Hasta pronto, esperamos poder volver. Dijimos al mismo tiempo.

Ella sólo sonrió y se quedó en el pórtico de su casa viendo cómo nos alejábamos de su propiedad.

-Sabes Isabel, tengo miedo de llegar a casa. Dije.

-Me imagino. Gracias a Dios que mi madre nunca está en casa cuando llego. Dijo animosamente.

-Qué gran alivio me das amiga. Dije sarcástico.

Nos despedimos en la esquina más cercana donde me dejó el taxi ya que a ella todavía le faltaban unas pocas cuadras a su casa.
La verdad quería ser en ese momento vidente o algo por el estilo para saber lo que me esperaba en casa.

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