Capítulo 2 - Revelaciones

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Esa noche no podía lograr dormirme, su pregunta iba y venía constantemente.

¿Y tú quién crees que fuiste?

Desperté esa mañana con un fuerte dolor de cabeza, empapado completamente en sudor.
Me asusté y trataba de recordar lo que había soñado, lo único que recuerdo son siluetas de personas, sumergidas en media oscuridad, lo otro parecía ser fuego, todo era confuso, no lograba distinguir bien, todo era temporalmente borroso.

Todo el día estuve pensando al respecto y conforme pasaban las horas el sueño parecía empezar a hacerse más visible, empezaban a aclararse las siluetas y por más que me esforzaba el dolor tomaba más intensidad, fui directo al botiquín y tomé unas pastillas para calmar el dolor, fui a recostarme en un sofá y logré distinguir unos pasos acercándose cada vez más, que por la intensidad identifiqué que era Becka mi hermana menor, que al verme en esa situación me preguntó asustada.

-¿Te encuentras bien? Estás pálido y con ojeras, te ves fatal, ¿acaso no dormiste?

-La verdad es que tuve pesadillas toda la noche. Aún no recuerdo bien que fue pero sé que estuvieron horribles.

-Qué fatal, al menos tú tienes pesadillas...

La miré extrañado, no sabía a qué se refería.

-¿Por qué dices eso Becka?

-No por nada, olvídalo. Me voy, tengo que ir a jugar a casa de Jessie.

Se despidió de mí, una niña de once años, con una mirada tan profunda que pareciera guardar varios secretos. Pero en fin, tenía que repasar el tema a exponer, ya que la verdad se me hizo complicado porque tenía que buscar la definición correcta y no malinterpretada de reencarnación.

Sabía que sería un día pesado para mí, en primera porque no dormí bien, en segunda porque ese tema no era de mi interés.

Empecé la lectura de ese libro viejo, lleno de polvo, que parecía hacía años que no era leído. Leí tanto que me quedé dormido sobre el libro.

Empecé a soñar con un campo tan grande y con el pasto corto, caminando, me miré y vi que mi atuendo era antiquísimo, no eran mis jeans azul oscuro, ni mi playera negra. Pensé al principio que era algún tipo de vestuario gitano, pero era algo un tanto diferente, una camisa de algodón de color blanca con las mangas anchas y un chaleco negro, pantalones negros ajustados y calcetines largos y zapatos negros entonces reconocí haber visto este atuendo en las películas, era ropa medieval. Pero ¿yo vestido así?
Al instante no lo noté pero después de caminar un poco por ese campo sin ningún poblado próximo, sentí algo en mi cuello, fue cuando vi ese hermoso collar de cuero con un hermoso cuarzo azul. Era tan bello, brillante y claro.
Levanté la mirada y pude verme rápidamente en otro lugar, un espeso bosque, seguí caminando por una gran vereda, donde había unas grandes rocas, la más grande estaba en medio, alrededor de ella había cuatro orificios pequeños y al centro de éstos una grieta en la que estaba depositado un gran libro antiguo.

Justo cuando iba a tomarlo, entonces alguien me despertó.

-¡Ey! Si sigues así vas a dañar el libro. Dijo riendo mi hermano Kobe. (Es el mediano, más alto y delgado que yo)

Desperté un poco molesto ya que empezaba a soñar algo más tranquilo que lo anterior.

-Basta Kobe, vete. Dije molesto y a la vez desconcertado por lo que había soñado.

Llamé a Isabel y quede de verla ese día por la tarde.

***

-Isabel, que bueno que vienes, necesito hablar contigo.

-¿Que te pasa? Te miras tan demacrado.

-Que buen ánimo me das. La verdad no he podido dormir bien, tuve pesadillas toda la madrugada, recuerdo sólo un poco, primero fue confuso, después fue más claro y hace rato fue algo totalmente diferente.

-¡Cuéntame por favor!

-Estoy así por tu culpa Isabel. Si tan sólo no me hubieras hecho esa pregunta.

-¿Cuál pregunta Terence?

-¿Y tú quién crees que fuiste?

-¡Por favor! ¡No me digas que por eso estás así! Se rió demasiado fuerte.

-Pues sí, aunque lo dudes. Debo decirte que soñé personas encapuchadas alrededor del fuego y después yo vestido como en la Edad Media, lo que más me gustó fue ese collar que traía puesto, un cuarzo azul. Un lindo cuarzo azul, no lucía como cualquiera, éste era diferente, había algo especial.

-¿En serio? Dijo Isabel, leeré en mis revistas algo relacionado con tus sueños, quizás te estén revelando algo de tu pasado. Es probable que el solsticio de primavera esté haciendo algo sobre ti, leí que esta alineación de planeta que coincide con la llegada de la estación traerá el resurgimiento de algunos poderes antiguos. Muchos astrólogos no habían visto esto desde hace casi 500 años aproximadamente.

- ¡No me vengas con eso! Por favor! Imploré.

Llegamos a mi casa muy agobiados del calor, encargamos una pizza para comer ya que Isabel estaba de visita, mis padres al parecer habían salido y mis hermanos junto con ellos.

-La verdad es algo increíble lo que has estado soñando estos días, pero si me da un poco de miedo.

-Es algo muy extraño, me da curiosidad saber sobre dónde se encuentra este bosque.

-Quisiera también poder averiguarlo, sobre todo saber por qué te están sucediendo estas cosas.

Estábamos tan adentrados en el tema cuando...

¡We found love in a hopeless place!...

Alguien me está llamando...

-Hola. Contesté.

-Hola Terence, habla Elisa, la bibliotecaria, sólo para recordarte que el permiso de tu libro ya venció hace 3 días.

-¡Es verdad! Discúlpame, se me había olvidado completamente, en la tarde paso a devolverlo.

-Está bien, cuídate. Dijo.

-Isabel, no recuerdo dónde dejé el dichoso libro, el que nos prestaron en la biblioteca.

-¡Dios mío Terence! Recuerda por lo que más quieras.

Estuvimos buscando toda la tarde y el susodicho no aparecía. Entonces...

-Hola chicos, ¿qué hacen? Dijo Becka.

-Hola Becka, estamos buscando un libro antiguo que nos prestaron en la biblioteca, ¿lo has visto?

-Disculpen pero yo lo tomé, estaba leyendo, me encantó mucho todo lo que dice. Deja voy por él.

-¡Esa Becka! Por poco nos mata del pendiente. Dijo Isabel.

-Lo sé, es media distraída. Dije sonriente.

-Aquí tienen chicos. Nos vemos.

-Adiós Becka. Dijimos al unísono Isabel y yo.

-Qué libro tan viejo ¿no lo crees Isabel?

-La verdad que sí. Dijo ella.

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