Imágenes Del Pasado

Capítulo 11 - El Reencuentro

Las gemas brillaron demasiado y la roca dio un fuerte crujido, y una gran grieta apareció en ella, tomamos nuestras gemas y entramos en la roca, por una gran escalinata que nos llevaba hacia abajo de ella, hasta que una grandes antorchas se encendieron una a una, y las escaleras automáticamente nos llevaron hasta el fondo.

-Creo que me dio un ligero mareo, ya estoy vieja para esto. Dijo Katlyn.

Volteamos a verla pues su voz había cambiado ligeramente, ya no se había escuchado avejentada.

-¿Pero qué te ha pasado? Gritó Isabel asustada.

-Haz rejuvenecido. Dije atónito.

-Esto es maravillosamente extraño. Dijo Katlyn sorprendida.

-Su poder me ha ayudado, desde siempre he dicho que su poder ha sido bendecido y la bondad que de el emana gratifica a quien los ha ayudado. Añadió Katlyn.

-Continuemos, tenemos que llegar al final de esto. Nos dijo Perséfone.

-Si, necesitamos apresurarnos. Dije mientras continuaba avanzando por un largo pasadizo que estaba lleno de lámparas de aceite.

-Ahí está el diario. Gritó Megara.

Habíamos llegado a un gran salón lleno de espejos y un gran agujero en el techo que dejaba que la luz de la luna llena bañara el toda la habitación y que hacía resaltar el gran libro al centro.

-Es precioso. Dije al tomarlo.

Entonces al tomarlo sentí como todas las cosas venían a mi cabeza, mi vida pasada, mi infancia, adolescencia y juventud, el recuerdo de mis padres, el día en que mis poderes se me fueron dados y cómo mis aliadas me encontraron para formar el círculo de los cuatro, los hechizos que hicimos y a las personas que ayudamos, pero sobre todo, recordé todos y cada uno de los hechizos. Sentí como mi rostro se entristeció y se llenó de dolor al recordar el día en que escondí a mis aliadas y aún más cuando me golpearon y ataron a la estaca en la que me quemaron vivo. Mis lágrimas brotaron sin que yo las pudiera detener. Entonces sentí como algo en mis venas empezaba a arder y algo me recubría el cuerpo, sentí mucho calor y entonces ya no supe más de mí. Caí al suelo.

***

-Está reaccionando, ¿te sientes mejor? Dijo Megara preocupada.

Empecé a ver muy borroso pero la ubiqué por su tono de voz. Entonces respondí.

-Creo que si, pero ¿qué sucedió? Pregunté extrañado.

-Verás, al tomar tu diario, recuperaste todo lo que habías olvidado, y en ese momento, recuperaste todo tu poder, tu aura volvió a lucir con la misma intensidad que antes. Dijo Perséfone.

-Fue entonces que no pudiste resistir tanta energía que te desmayaste del intenso dolor. Tuviste temperatura toda la noche, tuvimos que ocultarnos en la recámara para que Susane no detectará de dónde venía semejante luz de un aura tan poderosa, no dudo que ande rondando cerca de la ciudad. Dijo Katlyn.

-Sí, ahora empiezo a recordar todo lo que a mi mente vino al tomar el diario, toda mi vida pasada se me hizo presente, todos los recuerdos llegaron de repente y no pude con tanta información que procesar. Dije lentamente.

-Ahora que haz recuperado tu poder, y que estamos nuevamente reunidos, necesitamos rehacer el círculo para aumentar nuestra fuerza y fortalecer el vínculo. Te sientes listo? Dijo Perséfone.

-Creo que sí, ya es hora de dar con Susane Warwick, antes de que algo malo le pase a esas chicas y mucho antes de que su conjuro se lleve a cabo, no queremos que el maligno tome más poder sobre las tinieblas de este mundo a causa de la avaricia de esa bruja sin alma. Dije enfurecido.

-¿En dónde llevarán a cabo el ritual del círculo? Porque a lo que he leído, una vez iniciado no puede interrumpirse. Dijo Isabel.

-Nuestro punto de reunión está a unos kilómetros de aquí, todos lo creen un lugar turístico, famoso por avistamientos aliens, dónde dicen haber tenido un contacto cercano del primer y segundo tipo. Lo que no saben es que por siempre hemos sido nosotros que con nuestras auras, según su tipo de cada quién, irradiamos una luz de diferente color, a lo que ellos piensan que es el primer contacto, avistamiento de un alien. El segundo contacto que ellos dicen, son las señales en el pasto, pero en realidad somos nosotros que al sobrevolar en nuestras escobas o al teletransportarnos de lugar a lugar, la fuerza de las ondas esparcidas hacen que se formen círculos en el pasto o que el ganado se comporte de manera extraña porque se asustan por nuestras repentinas apariciones. Expliqué sin más.

-¡Vaya! Todo este tiempo he vivido engañada, en realidad pensé que Stonehenge, había sido construido por ayuda de aliens y por eso sus avistamientos. Dijo Isabel sorprendida.

-Claro que no, esos mitos fueron creados por los humanos, pero lo bueno que han servido para mantenerlos alejados de nuestras ceremonias, aunque quien lo creó fue nuestro padre Merlín hace ya miles de años. Dijo Megara.

-Pero Stonehenge queda en Inglaterra, ¿cómo llegaremos hasta allá? Y sin que Susane nos encuentre. Dijo Katlyn.

-Recuerda que somos brujos. Dijo Samantha.

-Prepárense con lo necesario para partir lo antes posible, la luna está por salir, y sólo nos quedan unas horas para que sea medianoche. Dije presuroso.

-Saldré a la casa para prepar algunos elementos para los conjuros y otras posiones que ya tengo preparadas, recuerden que debemos ser precavidos para que Madame Lennin no dé con nuestra ubicación. Dijo Katlyn.

-Yo iré a hacer guardia a la casa por si se acercan esas brujas. Dijo Perséfone.

-Iré contigo, necesitarás refuerzos por si ya hayan dado con nosotros. Dijo Megara.

-Isabel y yo ayudaremos a Katlyn a cargar el material. Dijo Samantha.

-Yo necesito comunicarme a mi casa para decirles que no estaré en casa por algunos días. Dije preocupado.

-Usa rápidamente tu teléfono pero no tardes mucho afuera de esta habitación, no queremos revelar nuestro escondite a Warwick. Dijo Katlyn.

Llamé a mi casa, le expliqué a mi madre que saldría a una excursión de la escuela, con motivo del día mundial del medio ambiente, por un fin de semana, le dije que no iban todos los alumnos, sólo ibamos puros voluntarios, le mentí, le dije que era en la montaña, pero como no está al pendiente de las reuniones, esto fue pan comido. Entré rápido a la habitación, para esperar la señal de las chicas cuando ya estuvieran listas para partir a Stonehenge.