Una oscuridad inquietante era la que dominaba todo el lugar, por donde se mirase, no era posible distinguir nada, ni siquiera las propias palmas de las manos. Esta situación lejos de espantar a Draco lo alentaba a seguir adelante, a ciegas, pero a no detenerse. De pronto, lejos de allí una pequeña luz iluminó el lugar. y Draco supo que estaba en el lugar equivocado cuando una voz-lamentablemente muy conocida-siseaba su nombre.
- Me haz fallado Malfoy, y zera tu madre quien lo pague.
El rubio despertó de un salto, la habitación estaba completamente iluminada. Seguramente era ya medio día.
- ¿Qué demonios? - dijo el rubio en voz bastante alta, pero segundos después se arrepintió. El sonido de su voz retumbó en su . Cerró los ojos buscando la concentración y la primera imagen que se le vino a la cabeza fue... Luna. Rápidamente se observó, traía puesta una elegante pijama a rayas. - Luna... ¿No sería capaz de...? - Se preguntó avergonzado al imaginarse que Luna lo desvistió, mucho peor en aquel estado que estaba.
Luego de darse una rápida ducha bajo al primer piso, en las escaleras escuchó unas risitas que ya formaban parte de la mansión.
- Muy bien Cielo. Más alto. - La voz de Luna alentando a su gato sonaba tan cantarina como siempre. ,Mientras la rubia movía su varita en vaivén hechizando una bola de estambre, con la otra mano escribía una carta con detenimiento.
Draco la miró con cuidado, mientras se apoyaba en el marco de la puerta.rnrn
- ¡Que agilidad!
Como era de suponerse Luna dio un salto, al ver al rubio volcó la tinta en la mesa y dejó caer el estambre en la cabeza del gato que maulló con enfado.
- Lo siento Cielo. Hola Draco - dijo la muchacha mientras su rostro tornaba un adorable color rosa.
- Olvida lo de la agilidad, ¿Qué haces? - preguntó el rubio curioso.
- Escribo una carta a Harry.
Por primera vez Draco sintió algo extraño en el estómago. Pero le atribuyo todo a las cervezas muggles del día anterior.
- Pensé que no te escribían.
- Oh, si. Lo hizo.
- ¿Por qué no me lo habías dicho? -preguntó con enfado.
- No sabia que tenia que contarlo.
- Era lo mínimo. ¿No crees? - Le preguntó el rubio con mas molestia.
- Pues lo siento mucho - dijo la rubia sarcástica, una faceta un tanto poco común en ella. Pero estar viviendo con los Malfoy por más de un mes había hecho que se le pegaran un poco las malas costumbres - Pero creo que no tengo que mencionarte todo lo que hago ¿Acaso tu lo haces?
Draco alzó las cejas con disgusto pero prefirió no alegar, se estaba volviendo demasiado notorio... el plan.
- Necesito hablar contigo - dijo el rubio cambiando de tema.
- No te diré nada mas de las cartas - respondió la muchacha cruzándose de brazos.
- No, es sobre... lo de anoche.
- Ah... - Luna deseo que la conversión siguiera siendo sobre la carta de Harry - Draco yo...
- Por favor dejame hablar.
- De acuerdo - respondió la rubia aliviada de no ser ella quien tenga que decir algo.
- Primero, ¿Puedes explicarme lo del pijama? - preguntó incómodo.
- Fue un elfo... - respondió Luna rápidamente, aunque luego cayó en lo que había dicho - ¿No, pensarías que yo...? ¿Draco pensaste que yo te...? - preguntó avergonzada pero Draco no la dejo terminar.
- ¡No! - respondió cortante - es solo que... no recuerdo... nada.
- ¿Nada? - preguntó Luna algo, decepcionada - Bueno ...
- Draco se acercó más a la rubia y sonrió como solo él podía hacerlo. El plan ya había comenzado, no había marcha atrás - me acuerdo de algo - agregó.
Luna se sintió en las nubes por segunda vez en la semana. Draco no estaba incómodo. Los labios de Luna eran pequeños, delicados y suaves. No se comparaban con los de Pansy, que no tenia nada que envidiar al calamargigante de Hogwarts. Es cierto que la rubia no tenia experiencias en el tema, pero se defendía bastante bien, y mucho mas con un tutor como Draco.
- Ahhh!! - gritó el rubio apartándose de Luna.
- Lo siento - respondió Luna por inercia sin comprender porque se disculpaba.
- No fuiste tu - agrego el rubio mientras de levantaba el pantalón - esa maldita bola de pelos se me tiró a la pierna.
- ¡Claro que no! - dijo Luna molesta pero sus ojos se abrieron se par en par al ver que Draco tenia dos rasguños bajo la rodilla - Oh! ¿Cielo por qué hiciste eso?.
- Miau - el gato le maulló con disgusto interponiéndose entre ambos rubios.
- No sé que le pasa. Creo que no le agradas- dijo Luna.
- No te preocupes. Ashu!. El sentimiento es mutuo.
- Draco!- le regaño la rubia.
El silencio se hizo notar.
- Este... yo
- Tranquila. No voy a presionarte. Solo dejemos que las cosas pasen ¿Te parece bien?
La rubia asintió. No tenía palabras para explicar lo que había pasado. ¿Era un sueño? La semana fue algo extraña. Draco más gentil que nunca. Y sin rastros de Pansy. Todo había sido. Perfecto. ¿Cuánto podía durar? La respuesta a aquella pregunta que Luna se había hecho llegó el Viernes por al tarde. Y la responsable fue la misma morena de sus pesadillas.
- ¿Te quedarás por una semana?- preguntó el rubio con espanto al ver que su novia llegaba con maletas y sin preocupaciones.
- Claro. En dos semanas más ingresaremos a nuestro último año y no quiero terminar este verano como correponde.
- ¿Te mataría haber avisado antes?
- ¿Tanto te molesta? Porque si es así me voy ahora mismo.
- ¿En serio?- preguntó Draco ilusionado.
- Muy gracioso. Draco no sabía donde meterse. Definitivamente Pansy estropearía sus planes. Debía hacer algo con ella. Pero terminar no era un opción buena en estos momentos.
Luna solo escucho la primera parte de la charla. No podía creerlo. Ella ilusamente creía que la serpiente y su rubio no tenían nada que ver. Pero al parecer ella no había sido mas que un pequeño entretenimiento. Una carta de Harry distrajo sus pensamiento.
LUNANECESITAMOS QUE VAYAS A CASA DE LOS WEASLEY HOY A LAS 6 DE LA TARDE. ES SOBRE TU SABES QUE. LLEVA MUCHA ROPA PORQUE NO VOLVERÁS PRONTO. SALUDOS. HARRY.
La rubia suspiro con poco animo. La mayoría de las cartas de Harry no tenían mas de 2 lineas. El motivo era claro, Luna estaba en el nido de serpientes y la idea que violaran su correspondencia por información privilegiada no era tan alocada como todos creían realmente.De todas maneras la noticia le vino como anillo al dedo, estar lejos de Draco le vendría muy bien, sobretodo ahora que la morena de sus pesadillas estaría 24 horas en la que era "su" casa.
- ¿Dónde se supone que vas?- preguntó Narcisa con interés al ver que su ahijada, arrastraba una pesada maleta.
- Me voy a casa de los Weasley- al ver el rostro de espanto de Narcisa la rubia agregó- es solo hasta la próxima semana. Quiero ver a mis amigos.
- ¿Por qué crees que dejare que vayas a esa... "casa"?
- Porque me dijiste que podría hacer lo que quisiera el resto del verano si pasa lo de esa academia de niñas, y lo hice - dijo desafiante la rubia mientras continuaba bajando las escaleras.
- Bueno... esta bien. Pero Draco te...
- ¡No! Yo puedo sola. Gracias.
- ¿Dónde vas? - preguntó Draco que aparecía con las maletas de Pansy.
- A casa de Ron.
- ¿Qué?
- Quiero estar con mis amigos.
- Pero...
- Adios Narcisa. Que lo pases excelente con tu cuñada- dijo Luna al ver entrar a Pansy.
- Luna.. - Draco solo susurro. Pero la voz de Luna claramente delataba celos. Genial los planes iban estupendo. El problema seria que Luna estaría fuera por dos semanas. ¿La perdería en esos días? Es decir. ¿Se iría el plan por la borda?
- Fantástico. Nada de anormales por dos semanas. ¿Ves amor? Merezco un premio por liberarte de la loquita.
- Claro - dijo Draco con un extraño sentimiento de vacío en su pecho.
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Sin otra alternativa
FanficLuna Lovegood tenía una vida feliz, al menos hasta antes de finalizar su quinto año en Hogwarts. Su padre fue asesinado por mortífagos quedando completamente sola. Lo que Luna no sabía es que tenía una madrina, una mujer que prometió a su madre hace...