Capítulo 25 (Ya encerrado)

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Interno entre tanta gente me ubicaron en una celda angosta estaba fría era escalofriante 11 am llego una guardia para asegurarse de todo en mi celda, en sus manos llevaba mi carpeta era mi expediente

Oye nuevo esto es tuyo, regrese a ver feliz por fin podría leer por completo mi expediente si señora guardia es mi expediente médico gracias por traerlo a mí, lo necesitaba muchísimo en que tiempo saldré necesito salir de aquí por favor , mirándome a los ojos con una sonrisita burlona se acercó con mi expediente y sacando una fosforera encendió cada hoja de mi expediente no podía creerlo, no haga eso grite, pero ella seguía riéndose mirándome con ojos de odio espero que así aprendas y te quedes aquí por largo tiempo, me derrumbé al suelo desecho estaba con una furia desenfrenadas me eché en el suelo y dando puñetazos en el suelo por ese dolor y nostalgia que tenía me quede tendido por horas

Mientras seguía tendido me gritaban de otras celdas palabras grotescas todos se burlaban de mi unos cuantos echaban piropos desagradables no sé qué podía hacer, necesitaba salir de esto inmediatamente la hora de almuerzo llego la guardia me llevo un plato de comida me moría de hambre esta es tu cena nuevo mañana nos veremos y espero te acoples a mis reglas y obedezcas todo lo que te digo si no abra castigo junto con ella estaba un joven policía que me veía con tranquilidad era muy sereno mucho más tranquilo que esa señora se quedó a mi lado mientras se retiró esa señora insoportable que era de mayor rango que el

Hombre que te ha pasado no tienes aspecto de ser un delincuente

Por qué te han metido aquí

Todo fue un error por necesidad mi amiga robo un dinero de un restaurante y me cogieron por estar con ella ahora me tiene metido aquí

Cuando devuelvan el dinero podrás salir acá así son las reglas debes llamarle tu compinche o alguien que te ayude y solucionar esto, caso contrario estarás aquí un buen tiempo

Con esas palabras se retiró el joven guardia y me quede solo en la celda, el tiempo pasaba lento no distinguía el día y la noche en la alcoba vecina había una luz tenue como una vela ya a poco de derretirse y se apagaba dejando ver esa pesada oscuridad mis ojos se cerraban y caían en un sueño profundo


Entre Cuatro ParedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora