Capítulo 3

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-Deberás saber que así son las cosas conmigo y que vas a volver. Tarde o temprano lo harás.

Sin embargo Kyu no quiso escuchar más y se alejó tirando humo por las orejas del tremendo coraje que se cargaba. Vanesa había resultado tener el talón de Aquiles en los hombres. Y lamentablemente él había sido una víctima de su sensualidad. Y su orgullo sangraba conforme atravesaba el ostentoso jardín delantero de la mansión dorada de la pelirroja

No había regresado al bosque de Seúl en 4 días desde que vio a su diosa compartir caricias y besos pasionales con un chico desconocido, y por el cual había entendido, era un portugués de casi 30 años. Y al tratar de encontrar una justificación infantil ante tal escena, sólo había recibido cuchillas filosas en su ego, cuchillas con frases de "eres un niño aun" que Vanesa había lanzado a diestra y siniestra sin piedad mientras sobada el pecho de su nuevo amante, cuya sonrisa de victoria hirió aún más a un afligido KyuHyun, quien vio opacadas sus fantasiosas ilusiones en cuestión de segundos

Nélida lo había buscado numerosas veces, no sólo por medio de Noa o mensajes que eran enviados a su correo electrónico, SMS, redes sociales e incluso cartas, sino también en sueños donde la madre naturaleza le animaba a seguir en la búsqueda de la cura a su enfermedad.

-Si alguna de tus hijas amenaza de nuevo contra mi integridad, no respondo- amenazó de manera indignada al quinto día, después de haber tenido pesadillas provocadas por Noa, quien cansada de sus berrinches, estaba dispuesta a hacerlo reaccionar de cualquier forma.

-No te preocupes. Orelle no va a lastimar tu corazón ni ego. Solamente debes tener cuidado de sus juegos rudos- advirtió Noa mientras lo acompañaba a la entrada, unos metros antes que la de Nélida

Al entrar a la nueva zona, un mundo rebelde le rodeo. Sorprendido, avanzaba temeroso mientras veía flechas rosarle la cara, chicos peleando y a las pocas mujeres del lugar siendo unas amazonas aguerridas. Y por un momento su hombría se puso en duda

-Tranquilo- una voz burlona le estremeció –No te harán daño. Solo están jugando

Kyu trago saliva grueso mientras procesaba la diferencia de cada reino.

Todos tan diferentes entre sí, ¿Cómo será el reino de Idalia?

Entrando a la sencilla casa de madera de Orelle, fue impresionado por el enorme desorden que predominaba en esta. Y de como su aura lo hacía sentir tranquilo y cómodo

-No intentes pensar que conmigo llegaras a algo, tonto- le expresó mientras le ofrecía asiento y se abanicaba con la mano mientras sus mejillas ardían -¿Quieres jugar un poco?

Pero la mente adulta de KyuHyun le formó una sonrisa ladina en el rostro. La chica rodó los ojos mientras se trataba de decir a si misma que debía ser cuidadosa con sus palabras en un futuro.

-Debes de saber muchas cosas, Cho. En primer lugar, me refiero a jugar en el buen sentido, en segunda, no soy Vanessa, en tercera, a mí no me interesa tener ningún tipo de contacto sexual o sentimental contigo y en cuarta, eres un pervertido.

-Tranquila- manoteo frente a él –Disculpa por pensar así, pero es que debes de comprender mi naturaleza

-La voy a comprender hasta que tu comprendas que no vas a lograr nada conmigo- ella hizo una pausa mientras le penetraba con su mirada de ébano y él se sentía incómodo –Y dejes de creer que Idalia puede ablandar su corazón por ti

Quedo de piedra en cuanto Orelle le había dicho eso -¿Acaso lees mi mente?

-No- le ofreció un vaso de agua mientras se sentaba frente a él –Leo tu mirada. Es la puerta del alma. Y el alma es más sincera que la mente. Y dentro de tu mirada puedo ver la imagen fresca de Idalia en la fiesta con ese característico azul en ella.

4 Seasons (KyuHyun-Hetero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora