Hey Becca! •N.H

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"Come as you are, // Ven como eres,
As you were // Como eras
As I want you to be // Como quiero que seas
As a friend // Como un amigo
As an old enemy. // Como un viejo enemigo. "

-¿Qué pasa?- pregunté bajo la intimidante mirada celeste.
-Uhm?- pregunto al cabo de unos segundos.
-Me estabas mirando como a un animal del zoo -

El soltó una risa y negó con la cabeza.
-¿Volvemos? Esto empieza a ser demasiado cursi- dijo y yo asentí como respuesta.

Una vez ya en el coche, Niall puso la radio y los dos nos pudimos el cinturón.
Una parte de mi pedía a gritos que le preguntase que ocurrió con Brett, peor otra tenía miedo de saber cómo podría reaccionar

Observé, que en un pequeño hueco del coche, había un libro escondido. Me agaché y mire con curiosidad la portada.

El Principito.

-Era mi libro favorito- explicó - Mi hermano solía darme con él en la cabeza hasta que un buen día decidí leerlo-

Reí por lo bajo.
Yo también lo leí. El problema fue que mis padre me dijeron que lo leyese cuando era demasiado pequeña como para entenderlo.
Pero de todas formas, disfrutaba observando los dibujos y leyéndolo como un cuento.
Unos pocos años después, volví a leerlo y comprendí que ese libro puedes leerlo a todas las edades.

Recuerdo la frase de: "Es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños solo porque uno no se cumplió"

-No sabía que tenías un hermano-

Su cara cambio dramáticamente y su mandíbula se torció.

-Hermanastro- respondió secamente, como si esa palabra fuera veneno el cual su cuerpo no podía soportar.

No quise seguir la conversación ya que era evidente que no era un tema el cual le hacía mucha ilusión hablar.

No me gustaba el silencio que se había formado, entonces pregunte lo primero que se me vino a la mente.

-¿De qué conoces a Rick?- pregunté.

-De toda la vida- respondió con una pequeña sonrisa- Incluso tenemos fotos muy vergonzosas desnudos de cuando éramos pequeños-

No pude evitar soltar una carcajada.

-¿Y a Jackson?-

-Se mudó cuando teníamos doce años y compraríamos clase, los niños se metían con él por tener un padre camello y le defendí- explicó, y de la nada sonrío maléficamente- Pegué a todos los niños. Y con el que más se metía con el, le puse cucarachas en la mochila, no volvió a clase después de eso-

-No me extraña- dije riendo.

Los dos estuvimos en silencio unos pocos segundos.
-Eres buena persona- sonreí.
-No lo soy, si no, iría al instituto- dijo riendo.

-¿Y por qué no vas?-

Soltó un bufido y me miró obvio.

-Las escuelas son las que me estudian a mi, no yo a ellas-

Tenía una sonrisa burlona, pero sus ojos estaban tristes.Y entonces entendí que Niall era mucho más que un simple chico problemático.

Me miró por una décima de segundo y sus ojos volvieron a la carretera sin ninguna respuesta.

-Cuéntame más historias de cuando eras pequeño- dije emocionada.