Capítulo III : En voz alta

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Miro mis pies. Los estoy arrastrando. No tengo ganas de lo que viene ahora. Camino por el pasillo de la segunda planta de mi instituto. Pocos metros me separan del "dichoso" baño. La puerta se encuentra custodiada por dos bestias, Frank y Steven, los amigos de Félix.

Al levantar la cabeza sus miradas se encuentran con la mía. Señalan sus relojes en un movimiento coordinado, en ese instante sueltan una pequeña carcajada y mis nervios aumentan. Llego con retraso. Cuando los tengo delante miro al suelo y prosigo mi camino, empujo la puerta y siento como se cierra con fuerza, seguramente por acción de Frank Y Steven.

En el interior del baño, se encuentra únicamente Félix que está mirando por la ventana. Yo me mantengo en silencio hasta que se gira, en sus ojos veo ira. Da un puñetazo a una de las puertas de los aseos individuales y grita - ¡¿quién cojones te crees para tenerme aquí esperando?! - doy un pequeño rebote por el inesperado golpe y el consiguiente gritó. Lo único que hago es encogerme de hombros mientras pronuncio un: "lo siento".

No comprendo por qué me siento tan débil a su lado, me siento ligeramente inferior. No tengo la suficiente autoestima ni confianza en mí mismo como para plantarle cara.

Me empuja contra una de las paredes mientras me sujeta de los hombros a la vez que me zarandea de un lado a otro.

-¡Un lo siento no arregla nada. A ver si se te mete en la cabeza que aquí mando yo! No me hace ni pizca de gracia que me lleguen rumores de que has estado de bocazas... Ten cuidado Pedro, porque ¡cómo me toques mucho los cojones no tendras un bonito final!- dice gritando extremadamente cerca de mi cara y mirandome con rabia a los ojos

Se aleja de mí, furioso y resoplando. Me estremezco, ¿qué acaba de decir? no tengo idea de a que se refiere. No he hablado del tema con nadie, no entiendo nada.

- No sé de qué hablas, no he hablado con nadie- pronuncio temeroso.

- No intentes engañarme, tengo buenos informantes y nunca se equivocan.

Pienso en que esta vez han metido la pata y me estan buscando un problema innecesario.

- De verdad Félix, no sé de qué me hablas, si me dices con quién se supone que he estado hablando y de qué, a lo mejor puedo aclarar el tema...

- No te hagas el estúpido, estuviste hablando con Alicia y te fuiste de la lengua diciendole que ¡Yo! Te hago la vida imposible. Cosa que sabes perfectamente que no es cierta esto lo hacemos para ayudarte a que aprendas y te descuenta que ¡no sirves para nada!

Retrocedo en memoria dos días atrás hasta el momento en que recuerdo haber hablado con Alicia.

Me encontraba sentado en el césped, relajado. Tenía mis auriculares puestos y escuchaba música cuando de repente sentí que alguien posaba su mano en mi hombro, haciendo que me girará. De inmediato me encuentro con el rostro de Alicia, una de mis compañeras de clase. Ella es una chica muy guapa, morena, con unos hermosos ojos miel, un poco bajita tambien. Me fijo en que mueve sus labios, así que apresuro en quitarme los casco para poder escucharla

- Hola Alicia, puedes repetirme lo que has dicho llevaba puestos los cascos y no te escuché.

- Ey Pedro, nada solo venía a ver cómo estás, ¿qué haces aquí solo?

- Nada interesante, relajarme un poco antes de volver a clase.

-Amm bien. No sé si tengo razón pero últimamente veo como que te automarginas, ¿tienes algún problema con alguien?

Me resulta extraño que se preocupe por mí, aunque más extraño es que me hable, en todo el curso habremos cruzado palabra dos o tres veces y conversaciones muy superficiales, aun así le contesto:

- No es nada, en serio- En realidad si que se podía decir que me "automarginaba" pero por culpa de Félix, ya que según él, yo no sirvo para nada. No quiere que me relacione con los demás. Esto unido a que la gran mayoria de compañeros, simplemente pasan del tema... pues había logrado dejarme solo.

No entiendo por qué habló como si tuviera poder sobre mí. Poder para controlarme, pero a través del miedo lo estaba consiguiendo. "Me hace la vida imposible" de lo inmerso que estaba en mis pensamientos no me dí cuenta de que esto lo había dicho en VOZ ALTA. Se me iluminó la bombilla y caí en que esas palabras las podía haber escuchado Alicia.

De todas formas seguía sin cuadrarme aquella visita, era muy extraño. Entonces todo cobró sentido, "Alicia es una de sus informates", no estaba realmente preocupada por mí simplemente quería saber si yo sería capaz de delatar a Félix.

Félix se dirige a mí y dice - no te preocupes Pedro, esta vez lo puedo olvidar, pero que no se vuelva a repetir y para que no se te olvide...

Vi como su puño se dirigía con gran velocidad hacia mi cara, seguidamente me desplomé. Mis ojos se cerraron y perdí la consciencia.

Unidos en la soledad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora