Capítulo IX: El despertar

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Estuve reflexionando bastante sobre si debería plantarle cara a Felix de una vez por todas, pero no me veo del todo capaz. Flora me estuvo dando muchos animos, me dijo lo valioso que soy que dentro llevo una gran persona y aunque sufro tengo un corazón bondadoso, ese comentario me sorprendio bastante, pero al fin y al cabo así era. Además me dijo que no hacia falta que fuera mas grande o mas fuerte que Felix para poder rebelarme contra él, en cuanto viera mi valor eso sería mas que suficiente.

Me entretengo pensando porque estoy en clase de geografía y me aburro, es de las pocas materias que no comparto con Flora lo que la hace menos entretenida. Cuando termina la clase de geografía y voy a buscar a Flora me doy cuenta de que no está pero entonces al mirar por la ventana veo a felix hablando con ella, con la mirada clavada en sus ojos asintiendo a todo lo que flora le decía, me apresuro a ir hasta donde se encontraban pero ya no estaban ninguno de los dos. Investigo para saber si alguien sabe donde esta mi amiga, pero al parecer se había marchado a casa ya que no se encontraba bien, me parece bastante raro ya que no hemos hablado en todo el dia ni siquiera vino en el bus conmigo esta mañana. Menudo dia me espera, no es que mi vida dependa de ella pero es una grata compañía.

Durante el primer descanso del día no paso nada destacable, el problema vino cuando durante el segundo Felix, Frank y Steven estuvieron molestandome. Me insultaban y empujaban terminaron arrastrandome hasta una clase de la segunda planta que se encontraba vacía, en cuanto entramos Frank recibió una llamada de su padre, me sorprendió lo nervioso que se puso al parecer su padre estaba disgustado. Steven y él se fueron a toda prisa y yo quedé a solas en aquella clase junto a Felix.

Le noto mas raro de lo normal, está nervioso, mira de un lado a otro y le sudan las manos. Intenta decir algo pero tartamudea

-¿Qué pasa?- me atrevo a preguntar

-dame tiempo- hace una pequeña pausa antes de continuar- necesito decir algo.

¿Dónde está él Felix violento, con seguridad y que incita a temerle? Ahora simplemente parece un cachorro indefenso con el rabo entre las piernas, me gustaría saber que le ha echo cambiar

De repente el peso, junto al calor de los labios que se encontraban junto a los mios me sorprenden ,pero mas me sorprendo al reaccionar y recordar que el que esta frente a mi es ni mas no menos que Felix

Le aparto de un empujón y le miro sorpendido con los ojos como platos

-¡¿Qué haces?!- le grito

-no lo sé, lo único que se es que debía hacerlo no puedo ocultarlo más pero la verdad es que siento cosas por ti

No me lo puedo creer, esto debe ser una broma

- estás bromas no son de buen gusto Felix y menos cuando incluyen que me beses

- te estoy diciendo la verdad- dice Felix mientras posa su mano en mi hombro y me mira fijamente pero yo le aparto

-no me toques , no entiendo como puedes ser tan hipócrita, de verdad decirme esto cuando eres justamente tu el que me ha echo tanto daño, tr has encargado personalmente de hacerme sufrir y aun asi tienes cara para decirme que sientea cosas por mi, si me quisieras no harias eso- espeto Pedro sorprendido por tal afirmación y prosigio diciendo- y no solo eso es que eres la persona mas insensible y con mayor maldad que he podido conocer, ser capaz de hacer tal daño a otro ser humano, oyeme bien
¡Jamas podría salir contigo, no solo por que eres una persona horrible si no tambien por que eres un chico y a mi eso no me va!

Felix notaba como algo en su interior se rompia y le entristecia, pero a la vez una rabia descomunal invadia cada célula de su ser y practicamente le controloba desde dentro. Moviendo rapidamente sus músculos le  hacesta a Pedro un puñetazo en el vientre que le obliga encongerse  a la vez que emitía un grito ahogado, seguidamente aprovechando que estaba agachado Felix le da un rodillazo en la cara hiriendole la nariz de la cual emanaba sangre, sin ningun tipo de compasión le hagarra del pelo levantandole la cabeza para después posar sus manos en el cuello del adolorido Pedro, cortandole la respiración. Su cuerpo comienza a producir pequeños espasmos por la falta de oxígeno, Pedro hace todo lo posible por escapar de las manos de Félix, dando golpes en sus antebrazos y en su rostro pero eran esfuerzos insuficientes.

Inesperadamente una voz en la mente de Pedro le incitaba a que moviera su mano fijando su atención en un objeto, lo único que alcanzaba a ver tras el cuerpo de Felix eran mesas, entonces en el mismo instante acompañando a un leve movimiento de su mano, la mesa se elevo del suelo y a una velocidad increible chocó contra el cuerpo de Felix, el cual cayó desplomado contra el suelo, liberando a Pedro que cae de rodillas al suelo donde tose y recupera poco a poco el aliento mientras mira asustado el cuerpo inmovil de Felix.

Unidos en la soledad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora