Pedro estaba tirado en el suelo de aquel antiguo baño, inconsciente. cuando de la nada apareció Cristina, su profesora.
Está con una increíble fuerza que salía de sus delgados y firmes brazos cogió a Pedro en sus hombros para seguidamente bajar hasta el coche donde lo recostó en el asiento trasero. Una vez allí arrancó y condujo unos 10 minutos hasta llegar a la acogedora casa de su alumno donde otra vez elevó a Pedro hasta sus hombros y lo dejó delicadamente sobre su cama.
Pedro permaneció allí acostado hasta bien entrada la noche, cuando a través de pequeños espasmos este iba despertando.
Una vez despierto se encontraba bastante desorientado, sabía que esa era su habitación, pero no el como había llegado hasta allí; le dolía la cara. La tenía hinchada y un hermoso moratón la decoraba. Pedro suspira de impotencia y dirige su mirada hasta el reloj digital que se encuentra en su mesilla, eran las diez y cuarto, su madre seguramente ya estaba en casa.
Pedro revisa cada una de las estancias, se da cuenta que Lucía no está en casa. Normalmente a las nueve su madre ya ha llegado y está nunca se retrasa, o si lo va a hacer por lo menos se lo avisa con antelación así que termina decidiendo ir a la cocina a preparse algo de cenar. Su cocina era amplia al igual que el resto de su casa.
Pedro tenía conocimientos bastante básicos sobre cocina, pero eran más que suficientes como para hacer unas patatas con huevo frito. En el momento en el que se encontraba en la mesa cenando entra su madre por la puerta. Esta no llevaba su típico traje de oficina sino que vestía unos viejos vaqueros, unas zapatillas manchadas de barro y una camiseta acompañada de una fina chaqueta. Era muy extraño.
Se miraron sin decir nada por bastante tiempo hasta que su madre "reaccionó" y desapareció de la vista de Pedro al avanzar por el pasillo central de la casa - esto es muy extraño- pensó Pedro.
Cuando Lucía volvió al salón-cocina vestía un camisón color blanco y su hijo estaba a punto de terminarse la improvisada cena que había preparado en su ausencia. Volvieron a mirarse de forma inquietante hasta que Pedro rompió el silencio al preguntarle a su madre - bueno mamá ¿qué has hecho hoy ? - Los nervios de Lucía salieron a flote por la inesperada pregunta, pero esta estaba mas que acostumbrada a manejar los nervios así que inventó una excusa.
- Pues lo de siempre mucho trabajo en la oficina, aunque bueno... He tenido una pequeña avería en el coche cuando venía de vuelta a casa, de ahí las pintas que he traído, además despues he tenido que acompañar a la grúa al taller de ahí estas horas. ¿ y a ti como te ha ido el día ?
- Como siempre. Ya sabes que las clases son de lo mas monótonas.
Como se nota que son familia ambos igual de mentirosos, pero todo sea por un buen propósito.
A Pedro la historia que le ha contado Lucía no le termina de convencer debido a que hace menos de dos semanas que el coche de su madre había pasado una exhaustiva revisión y había que alejarse bastante de la ciudad y de su trabajo para encontrar barro, pero habia algo que le inquietaba aún más, su madre no se había percatado del moratón o lo estaba ignorando, tenía que estar ignoralándolo ya que el moratón que adorna su cara es más que llamativo...
En definitiva, Pedro terminó su cena y fue a su cuarto sin que su madre ni siquiera insinuara lo mas mínimo aquel golpe.
¿Por qué tendría mamá que estar ignorando algo tan notorio? ¿Dónde había estado realmente? ¿Por qué me miente? ¿Cómo he llegado a casa? -se preguntó Pedro intentando entender un poco más la situación, pero sus preguntas no obtuvieron respuesta.
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Unidos en la soledad
FantasíaPedro es un chico adolescente que esta sumido en un sufrimiento difícil de soportar, pero una serie de cambios drásticos harán que su vida de un giro de 180º. -"Cuando sufrimos algo en nosotros tarde o temprano nos hace cambiar" Una increíble histor...