Capítulo VIII : valentía ajena

29 10 0
                                    

En las semanas siguiente Flora y yo nos hicimos muy amigos, forjamos una conexión increible. No solo pasabamos mucho tiempo juntos en clase sino que hablamos por el móvil prácticamente a todas horas, además ya ha venido varias veces a casa, cuando mi madre no está cosa que no pasaba desde que me encontraba en primaria

Había algo en Flora que me hacía confiar en ella, en tan poco tiempo que nos llevamos conociendonos se había convertido en una persona muy especial para mi, por que era una chica increíble, amable, super graciosa y generosa, me había devuelto la sonrisa que tanto tiempo llevaba escondida, me siento bien cuando estoy a su lado. Siento que por fin tengo una amiga.

Estuve pensando en contarle el problema que tengo con Felix pero el día de hoy puedo verlo con sus propios ojos.

Al igual que todos los días al despertar hice mi rutina matutina antes de salir a coger el autobús en el que Flora me espera cada mañana. Nos sentamos juntos en la última fila y hablamos tonterias interesantes hasta llegar a clase. La primera tanda de clases antes de llegar la hora libre estuvieron bien jaja monótonas pero bien al fin y al cabo, así que al llegar la hora libre salí a buscar a Flora para comer y charlar un rato pero para mi sorpresa la veo hablando con Cristina, aunque lo que realmente llamó mi atención fue que se despidieran con un tierno abrazo, cosa extraña ya que hablamos de una de nuestras profesoras. Quito mi cara de embobado cuando veo que Flora se acerca a mi y antes de poder decirle nada me dice

- ¿y esa cara? Deja de fliparlo. Era amiga de mis padres...

- mm pero yo no he preguntado nada

- que te crees que no te he visto como nos mirabas con la cara de un embobado que acaba de ver un fantasma jaja

- no me hace gracia- intento poner cara de serio y aguantar la risa pero acabo soltando una carcajada- Tu siempre tan graciosa jaja

- si es que te conozco Pedro, no lo olvides a mi no puedes mentirme jaja

En ese mismo instante aparece Felix y mi sonrisa desaparece bruscamente, llevaba bastante sin molestarme pensaba que se habían calmado las cosas, pero no ha sido así. Me mira con cara de asco no sé pero parece que le molesta verme feliz, se acerca y me pega un empujón tirandome al suelo, en ese momento se gira para mirar a Flora y le pregunta -¿qué hace una chica tan guapa como tu con un gilipollas como ese? - señalandome. Flora le contesta sin miedo- ¿quién cojones te crees? Aquí el unico gilipollas que veo eres tu y no solo eso ademas eres un cretino y un engreido- Felix se acerca a ella y la coge por la cintura intentando darle un beso, realemente se lo tiene muy creido, se cree que puede tener a cualquier persona a sus pies. Flora lo aparta y le da un bofetón con tanta fuerza que literalmente pensaba que mis ojos saldrían de su órbita y la cara de asombro de Felix no tiene precio, sin decir palabra se da la vuelta y se va cual perro con el rabo entre las piernas.

Flora me tiende su mano, me ayuda a levantarme y nos reimos al unísono

- no me lo puedo creer no sabía que fueras tan valiente ¿haz visto su cara? Jaja

- bueno la vida me ha enseñado a ser fuerte, pero ahora lo importante es ¿cómo puedes dejar que te trate así?

- tu no lo entiendes- digo cabizbajo

- ¿Qué se supone que debo entender? que dejas que un gilipollas se crea mas que tu, que te humille, te pegue, te insulte y tu no hagas nada, ¿eso ?

Tiene toda la razón, no sé que decir asi que me quedo en silencio

- dejame decirte que nadie es más que nadie y no tienes que dejar que te trate de esa forma, deberías plantarle cara

La miro con cara de pena pero no intencionadamente ya que no me gusta dar pena, y sigo callado, ella simplemente pone cara de decepción y suena el timbre asi que subimos a clase.

Unidos en la soledad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora