Unidos en la soledad

Capítulo XIV : Descontrol

Anoche mi madre me dijo que yo era especial, intenté sacarle información y que me dijera el porqué pero no ha querido decirme absolutamente nada. El caso es que ese comentario sobre mi me impactó, yo no siento me siento nada especial y hasta hace un par de días no había nada fuera de lo normal en mi, y encima lo que ahora se supone que me hace "anormal/ especial" no es tan raro ya que hay muchas personas como yo.

Flora volvio a colarse en mi habitación durante la noche, en nuestra conversación acabó saliendo el tema de el porqué es tan horrible que un niño sepa sobre su naturaleza sobrenatural, cierro los ojos y revivo mentalmente ese momento.
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Flora baja la voz para responder a mi incómoda pregunta- hace ya cientos de años cuando fueron apareciendo un mayor número de Liyunetis, surgió un hombre llamado Grimber que tenía la habilidad de saber que personas tenían poderes y cual, el problema vino cuando comenzó a sentir habilidades en niños pequeños tuvo dudas, comenzó a investigar y desde ese momento se dió cuenta de que los poderes de todos los Liyunetis los acompañaban desde su niñez
pero estos no se manifestaban, así que después de una nueva investigación exhaustiva se dió cuenta que todos las personas con poderes compartían algo en común.- hizo una breve pausa y continuo- Todos compartían el sufrimiento o momentos traumáticos en el momento de la primera aparición de sus poderes.- esto me hizo pensar directamente en Felix y lo mal que me trato durante tanto tiempo, hasta llegar al punto de intentar matarme. Flora no me dejó seguir pensando y continuo hablando - por eso no te habían dicho nada, es una tradición tan irrevocable como necesaria por que si se obliga a un niño a desatar su poder antes de su despertar, al principio toda parece ir bien pero comienzan a comportarse de forma agresiva y el mal los invade, les oscurece el alma pura y la ensucia de maldad... se convierten en manchados.
Pedro...ellos son imparables nos persiguen, nos matan por gusto y nosotros no podemos hacer nada -sus ojos están empezando a humedecer se y se nota que está recordando algo triste, nunca la había visto así ella siempre es muy fuerte.

le cojo las manos en señal de darle ánimos- ¿pero porque dices que son imparables? Algo se podrá hacer

-no, no se puede, ellos son muy fuertes y lo único que podemos hacer es encerrarlos por que si matas a un manchado se convierte en una sombra, que aunque son más débiles con ellas no tenemos ni idea de tratar. No se pueden encerrar ni mucho menos matar!!- esto lo dijo gritando con la voz rota y se desmoronó frente a mi, así que hice lo único que podía hacer abrí mis brazos y atraje su cuerpo hacia el mío y le di el abrazo más sincero que jamás he dado, ella no parecía ser consciente de la hora que era pero estaba haciendo demasiado ruido así que no me extrañó que Cristina llegará preguntando que pasaba, en ese momento Flora salió corriendo y se encerró en su habitación, intenté salir tras ella pero Cristina me lo impidió diciéndome que la dejara que ahora seguramente necesitaba estar sola. Dudé un instante en si hacerle caso o no y al final si que se lo hice y me quedé con Cris hablando

-¿sabes que le pasa?- pregunté

- no me hace falta ser una Hipnos para saber que estabais hablando sobre los manchados y las sombras... La conozco, se ha criado conmigo y ese es el único tema que la pone de esa manera. Ella no debería de haberte lo contado

- fue culpa mi, le estuve preguntando - hice una pausa, bajé la cabeza y respiré profundo, quería contenerme pero no pude y todo lo que pensaba en ese momento salio de su celda de contención - ¡¡estoy harto de que mi madre y tu me oculteis todo o solo me contéis las cosas a medias, soy lo suficientemente maduro como para entender cualquiera de las cosas que me digáis!!- estaba muy enfadado y mientras gritaba gesticulando mi rabia con las manos, la estantería llena de libros y figuras que había en mi adoptivo cuarto se rompió por la mitad pero no paré, seguí gritando y todo las cosas que había en el suelo más las que se habían caído de la estantería comenzaron a flotar mientras toda la casa temblaba; miraba a Cristina y leía en su rostro preocupación- Pedro cálmate estás perdiendo el control- y así era las paredes habían comenzado a agrietarse y yo estaba levitando en el centro de la habitación, mi madre e incluso Flora salieron a ver que estaba pasando, intenté parar pero no sabía, cómo así que cerré los ojos y simplemente comencé a respirar profundamente. Serenity apareció en mi mente y como siempre cada vez que ella esta cerca todo mejoró, logré calmarme lo suficiente. Miré seriamente a Cristina y a las demás y les grité para que se fueran, me dejaran tranquilo y cerré la puerta solo con pensarlo. Ahora si que no tenía ganas de hablar con ellas, no tenía mucha idea de como funcionaba todo esto pero empezaba a encontrarle el tranquillo.
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Fue una noche bastante movida después de un día intenso pero ahora me encontraba en un coche con mi madre, Cristina y Flora camino hacia el Grimeo con muchas ganas de verlo por primera ves después de que Flora se sincerase conmigo y yo con ella todo ha vuelto a la normalidad entre nosotros. Estuvimos conduciendo hasta que llegamos a un camino un tanto extraño en una zona donde ya no había asfalto, sino un camino de tierra con muchos baches y escondido en el bosque desde luego se notaba que no querían que cualquiera llegará ahí. De pronto el coche se detuvo y mi madre dijo que ya habíamos llegado pero allí no había nada. Flora, es tu turno le dijo mi madre, resulta que ella debía de enviarle telepáticamente un mensaje a alguno de los guardianes y en cuanto lo hizo un par de matorrales y de árboles inclinándose abrieron paso a un túnel subterráneo que acaba de aparecer frente a nosotros, nos apresuramos a entrar y caminamos durante un rato que se me hizo eterno, quería verlo ya. fue maravilloso cuando vi las enormes y relucientes puertas del Grimeo frente a mi.