Llegamos al centro comercial con Mariel e hicimos las típicas cosas que hacen 2 chicas en un centro comercial. Comprar, comprar, y comprar.
Reímos y luego fuimos a un Starbucks. Hicimos nuestros pedidos y una vez que nos los dieron, tomamos asiento en una de las mesas.
-Dió un sorvo- Y... cuéntame un poco de tu vida.
-Me encogí de hombros- No hay mucho que contar. No tengo amigas, bueno en realidad ahora te considero mi única amiga, mis padres jamás están en casa por lo que se puede decir que vivo sola, me sacaron del equipo de animadoras...
-Lo bueno vendrá pronto, te lo prometo. -Asintió con una sonrisa-
-Gracias. ¿Y tú?
-Vivo con mis padres y tengo una pequeña hermana nacida hace 2 meses.
-Awwwww. Algún día me la presentarás.
-Por supuesto, estaría encantada.
NARRA JULIAN:
Me estaba volviendo loco. Completamente loco. Me había dado cuenta que desde que terminé con Sabrina con la única chica que he estado ha sido Ori y la pelirroja de la fiesta. Era extraño ya que solía estar cada día con una chica diferente... pero cada vez que una chica se acercaba a mi era inevitable decir que no quería nada con ella.
Todo me recordaba a Ori, todo. Estaba hecho un idiota de primera clase. Hace 2 semanas no hablaba con ella y ya me iba a volver loco por lo que decidí hacerle una llamada.
-¿Hola?
-Ho-hola...---
-Suspiró- ¿qué quieres? Te he pedido por favor que---
-Le interrumpí- Te necesito. -Dije con un hilo de voz-
Pensé un momento en lo que había dicho y quedé sorprendido. ¿Era yo el que le decía que la necesitaba? Increíble.
-Estoy con una amiga... Y espera, ¿qué acabas de decir?
-Ori, yo... -Me mordí el labio intentando no sonar ridículo con lo que estaba a punto de decir. -Te extraño.
-Yo-yo... debo colgar...
-Espera.
-Debo colgar, en serio. Luego... luego te llamo.
Oí su voz y luego cómo la conversación finalizaba. Cerré los ojos y solté un suspiro. No podía creer lo que había hecho. Sonaba indefenso, caprichoso.. Hasta como una niña.
NARRA ORIANA:
-Alzó las cejas- ¿Con quién hablabas? Si se puede saber, claro.
-Mariel, prometeme una cosa.
-Lo que sea.
-¿Puedo confiar en tí?
-Claro que si puedes.
-Desde que ocurrió el desastre que provocó Sabrina, Julian no me había soltado una palabra y ésta es la primera llamada que me hizo desde ese día..---
-Abrió los ojos como platos- ¿Y qué te dijo?
-Que me necesitaba.
-¿Estás saliendo con Julian?
-No, claro que no. ¿Qué dices? Es un idiota.
-¿Y entonces cuál es el problema? -Se encogió de hombros- Ígnoralo y problema resuelto.
-Es que... no supe qué decir. ¿Viste cómo quede petrifiada?
-Cierto.
-Me habló como... destrozado, débil y con un hilo de voz.
-¿Crees que haya sido porque en verdad te necesite? No quiero sonar... no lo sé, pero Julian está cada día con una chica diferente y eso lo sabes.
-Claro que lo sé.
* * * * * *
Terminamos nuestros batidos y Mariel se ofreció a llevarme a casa. Acepté y cuando llegué a mi casa ví una nota encima de la mesada y caminé rápidamente hacia ésta.
"Llegaremos a las 2 de la madrugada. Besos. -Mamá"
La arrojé en el cesto de la basura, apoyé todas las bolsas y decidí devolverle la llamada a Julian.
-¿Oriana?, cariño, ¿eres tú?
-Asentí con la cabeza a pesar de que no podía verme- Soy yo. -Afirmé- Debía devolverte la llamada.
-Yo... no sé que te dije hoy cuando llamé. Ignóralo si te molestó, no lo sé.
-Dijiste que me necesitabas. -Dije en un bajo murmuro-
-Es verdad. Preciosa, escúcha. Extraño verte todos los días, extraño molestarte todos los días, extraño abrazarte todos los días, extraño besarte todos los días, extraño estar contigo todos los días. -Dijo- Te extraño a ti, cariño. Te necesito.
-El estómago me dio mil vueltas y la gargante se me secó. No sabía qué iba a decir-
-¿Me dejas visitarte?
-Es que---
-Solo unos minutos, lo prometo.
-Suspiré- Está bien.
Finalicé la llamada.
No entiendo qué era lo que acababa de pasar. Jamás había escuchado a Julian de esa forma, jamás.
En menos de 20 minutos sonó el timbre y abrí la puerta. Dirigió sus ojos a los mios y se entreabrieron sus labios en busca de aire.
-¿Hola? ¿Hola, Oriana? ¿Cómo estás? -Me encogí de hombros intentando hacerlo hablar-
-Se acercó a mi y dí un paso atrás. Volvió a dar un paso hacia adelante y me tomó por las mejillas para luego profundizar nuestros labios en un cálido beso. Sus labios se movieron por encima de los mios y yo me quedé totalmente quieta. Mordió mi labio inferior y lo tomé como una señal para hacer que mis labios se muevan a coordinación con los suyos. Se pegó aún más a mi y bajó una de sus manos hasta la cinturilla de mis shorts y me apegó contra su cuerpo. Clavé mis uñas en su cuello intentando dar una señal de "Stop". Me separé unos centímetros de su cara y me sonrió. Noté que mis manos aún rodeaban su cuello y atomaticamente las bajé hasta las suyas e intenté desprenderlas de la cinturilla de mis shorts. Las apretó aún más y dí por obvio que no iba a mover sus manos ni aunque le pase un cuchillo por encima. Pasé mis dedos lentamente por sus suaves mejillas y fui bajando por su cuello hasta sus caderas e inconscientemente las llevé por debajo de su camiseta, tocando cada centímetro de su abdómen. Volvimos a besarnos. Bajó sus manos hasta que me di cuenta de que estaba por tocar mi trasero, clavé mis uñas en su abdómen y noté como sonrió en el beso. Se separó un medio centímetro de mi cara- Debo decirte algo.
-Saca las manos de mi trasero y dime.
-Sonrió y subió sus manos hasta mi cintura- Cariño---
-No me llames así. Prosigue
-Me enamoré de ti.
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Una fiesta,un error PT |Orian|
RomanceOriana Sabatini es la chica más popular de la escuela, tiene 16 años, es bonita pero algo engreída. Sus mejores amigas son Jenny, Caro y Lola. Todas están en el grupo de animadoras de la escuela North High, aunque Oriana es la capitana. Sus padres s...