CAPITULO # 7

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" UN DÍA RARO Y HERMOSO "

Sonó la alarma del celular de Manuela, ella se levanto tranquilamente y apagó su teléfono dejando un silencio torturador en su habitación. Miro a los lados y vio las notas de su madre. Se quedo pensando un poco. Recordando cuando fue que su familia cambio por completo y se convirtió en una bola de odio. En ese momento sonó la puerta.

-Manuela...si quieres que te lleve por los recuerdos de tu hermano...apurate te espero abajo en unos 20 minutos

-Si....- me detuve a decirle papá se que le molesta que le diga así, no quería pelear hoy

Me pare y comencé a tender mi cama y a ordenar un poco mi cuarto. Cuando termine salí con mis cosas de baño y me encerré en el. Mire al espejo y le coloque una toalla encima. Me molestaba ver mi reflejo. Salí después de unos 9 minutos ya vestida con unos jeans negros y una blusa de cuadros roja con negro. Al salir me tope con el pasillo y una oleada de recuerdos me retumbo en la cabeza.

~•~ Pasado ~•~

-Vamos Manu, llegaremos tarde- decía mi madre mientras se colocaba unos pendientes en la oreja izquierda

Mi padre y mi hermano estaban de traje y sonriendo al verme con un vestido color melocotón. El entorno era tan hermoso y cariñoso. Cuando nos presentamos en esa fiesta todo cambio para mi y para mi familia.

-Con que ella es la pequeña Manuela- dijo un señor alto y blanco como si le hubieran lanzado una cubeta de pintura blanca.

Yo me escondí en el vestido de mi madre y ella toco mi cabeza con ternura. Mi padre y mi hermano lo saludaron con amabilidad y mi madre se inclino y me miro con dulzura.

~•~ Presente ~•~

Aun no logro recordar que fue lo que me dijo en ese momento mi madre. Guarde las notas de mi madre en mi bolsillo y baje las escaleras, mi padre estaba ahí sentado esperándome con impaciencia. Bueno mi padre ah sido siempre así.

-Ya vámonos

-Si

Mire rápidamente y observe la puerta del jardín. ¡El Perro! Corrí hasta llegar a la puerta y estaba ahí, esperándome acostado en el jardín. Me sentí mal por dejarlo toda la noche afuera y no cumplir mi promesa. Así que abril la puerta y lo tome en mis brazos.

-¿A donde lo llevas?- preguntó mi padre al momento que sacudía su mano.

-Lo llevare a pasear- dije mientras buscaba su correa y unas bolsas para la higiene del perro.

-Bien, date prisa

Cuando salí de la casa mi padre ya estaba en el auto esperándome. Volver a estar junto a él de nuevo me resultaba incomodo y difícil de sobrellevar. Subí al asiento del copiloto y puse en mis muslos al perro que me veía tan bonito y de agradecimiento comencé a mimarlo.

-¿Dónde tienes que recoger eso?- pregunto rompiendo el silencio

Observe el papel

-El establecimiento esta en el centro, si quieres dejame ahí y yo busco el local- el asintió

Llegamos en 30 minutos y baje del auto. Me incline a despedirme y mi padre solo miraba enfrente.

-Adiós

-Adiós

Y sin más que decir el auto de mi padre se esfumo. Deje a Tom en el suelo y nos adentramos en la multitud y puestos del centro. En algunas ocasiones tenia que cargar a Tom, temía que se pusiera agresivo pero es de lo más pacífico que hay. Mire por tercera vez el papel y comparaba los nombres, números y calles. Hasta que al fin logre dar con el local.

SOMOS AJENOS (The GazettE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora